Arranca este martes el blanqueo y el Gobierno espera que sea una señal para las inversiones

En la Casa Rosada creen que si tiene éxito habrá más confianza y nuevos proyectos. También, despejará dudas sobre la gobernabilidad. El escenario internacional favorece actualmente este tipo de medidas.

 

Alberto Abad, titular de la AFIP. Foto: Luciana Granovsky/Télam

Con la necesidad de mostrar señales para apuntalar la economía, la entrada en vigencia a partir de hoy del blanqueo de capitales genera una doble expectativa en el Gobierno: los principales funcionarios del Poder Ejecutivo aseguran a coro que será un «éxito» que hará aumentar la recaudación para paliar el déficit fiscal y afrontar el pago a los jubilados, y a la vez expresan el deseo de que funcione como un espaldarazo en términos políticos. En la Casa Rosada apuestan a que el llamado régimen de sinceramiento fiscal fortalezca la imagen de gobernabilidad de Mauricio Macri, y movilice a los empresarios argentinos -los extranjeros tendrían menos desconfianza, según el discurso oficial- a concretar las demoradas inversiones para comenzar a revertir el estancamiento de la economía.

En la intimidad de su despacho en Balcarce 50 un alto funcionario hizo cierta autocrítica por los costos de anunciar «metas» luego incumplidas, como la declamada recuperación en el segundo semestre, aunque en este caso no parece haber reparos: tanto ese dirigente como otros hombres clave de la gestión descuentan que el blanqueo será un éxito, por el contexto internacional «favorable» y la insistencia de Macri en que el Estado dejará de ser un «obstáculo» para la actividad privada. «Es una combinación inmejorable. El mundo ha cambiado y es cada vez más difícil tener plata en negro, con un gobierno que no te va a salir a cazar», dijo a este diario uno de los tres integrantes más influyentes del Gabinete. La expectativa se basa en algo más que interpretaciones: sus sondeos con representantes de fondos de inversión en las últimas semanas permitirían una mirada optimista.

Luego de cierta tensión con un sector del empresariado en los primeros meses de gestión, el Presidente moderó sus reclamos en público más allá de algunos comentarios en discursos o entrevistas, como la diferencia que trazó la semana pasada entre los «buenos» y «malos», o la advertencia de que «acá se acabó la joda para todos». En la Casa Rosada algunos funcionarios todavía muestran asombro por lo que consideran una injustificada falta de confianza. «Muchos no creen que un gobierno no peronista termine su mandato. Uno me lo dijo acá, en ese sillón, en el verano: ‘No creo que lleguen a junio, Macri no va a poder gobernar'», reveló un integrante del Gabinete, con la expectativa de que un resultado positivo del blanqueo -Macri habló de una cifra «superior a los 25 mil, 30 mil millones de dólares»- despeje el panorama en ese sentido: «Todavía no creen del todo, recién están recalculando. El éxito del blanqueo va a ser una señal de confianza».

En la Casa Rosada esperan unos 25.000 a 30.000 millones de dólares

Desde el inicio y en los momentos más complicados en casi ocho meses de gestión, el Presidente se preocupó especialmente de que su imagen en términos de gobernabilidad no se debilitara. Los decretos en los primeros meses, el anuncio con anticipación del veto a la llamada ley antidespidos y los esfuerzos de sus funcionarios más cercanos para que el freno judicial al aumento del gas no se tomara de ese modo funcionan como muestras. «A los que están pensando en invertir les interesa saber si vamos a poder gobernar y tomar las medidas necesarias o si la política nos lleva puestos. Ya tomamos decisiones muy importantes sin crisis y esto no es un retroceso», buscaba despejar incertidumbre uno de los principales laderos de Macri luego de la reconsideración del cuadro tarifario.

Un encumbrado integrante del Gabinete, con incidencia en las decisiones económicas y con fuertes vínculos con los referentes empresarios y en particular con una de sus entidades, sumó a modo de muestra del escenario que el Gobierno se propuso revertir: «Estando más de acuerdo con nosotros, la gran mayoría votó a Scioli porque creían que esto no lo podía agarrar nadie que no fuera peronista. Les cuesta, pero van cambiando de opinión».

«Es difícil analizar a los empresarios argentinos. Tienen muestras sobradas de gobernabilidad y previsibilidad del área económica, todo conducido por un jefe racional como Macri. Mejor combo imposible para el blanqueo y la inversión», ratificaba anoche esa mirada un funcionario del área política. Otro, de perfil más técnico, estimaba que para evaluar los resultados del blanqueo habrá que esperar dos o tres meses: «No van a venir todos ahora ni van a esperar hasta el último día».

Las ocho claves del blanqueo

En el decreto 895/2016, el Gobierno publicó en el Boletín Oficial la reglamentación de la ley de blanqueo de capitales (ley 27.260/2016), con el objetivo de aumentar la recaudación y mejorar el financiamiento del Estado. Estos son sus puntos fundamentales.

¿Quién puede acogerse?

1. El blanqueo está abierto a todos los residentes con bienes o plata no declarada ante la AFIP, en la Argentina o en el exterior.

Este punto tiene dos salvedades:

– No podrán blanquear los cargos públicos que enumera la ley 27.260.

– Tampoco podrán blanquear las personas marcadas por la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF), por estar involucrados en lavado de activos relacionados con narcotráfico, trata de personas, fraude a la administración pública (excepto delitos tributarios) y todos los que contempla la ley anti lavado.

2. Si bien la persona que blanquea los bienes tiene que ser sí o sí residente en Argentina, se le autoriza a que exteriorice bienes defamiliares directos que no sean residentes. En este caso, los bienes pasarán al nombre del residente que los blanquea (salvo los gastos del escribano, estas transferencias no tendrán costos tributarios ni deberán cumplir con regímenes de información).

Ese residente que blanquea los bienes también podrá incluir en su declaración los bienes a nombres de terceras personas que hayan actuado en su nombre. A diferencia de lo permitido para familiares directos (que pueden ser no residentes), estos testaferros sí tendrán que ser residentes en el país para que el contribuyente incluya sus activos en la exteriorización.

¿Qué activos pueden ser blanqueados?

3. Todos los que no tengan relación con lavado de activos relacionados con narcotráfico, trata de personas o fraude a la administración pública (excepto delitos tributarios).

4. Si el contribuyente olvida incluir en el blanqueo alguno de sus activos, el Gobierno no lo penalizará anulando por completo el blanqueo, como estaba previsto en el borrador del decreto. Si la AFIP detecta bienes que no fueron incorporados a la exteriorización, no habrá ninguna consecuencia mientras el valor de esos activos no supere los $305.000 o el 1% del valor de los bienes exteriorizados (lógicamente, en este caso se exigirán los tributos que se adeudan por los bienes que no se incorporaron al blanqueo).

¿Blanqueo o moratoria?

5. Muchos contribuyentes solían calcular la menos costosa entre dos opciones: moratoria impositiva o blanqueo.

Hasta ahora, en las moratorias de la AFIP se permitía a los contribuyentes ampliar sus declaraciones de bienes personales para incluir activos no declarados. Sólo se exigía que esos activos hubiesen sido adquiridos con fondos legítimos (sueldos en blanco que ya habían tributado, por ejemplo) y el pago de los impuestos adeudados.

De esta forma, si los impuestos adeudados sumaban menos que la tasa de penalización prevista en el blanqueo, muchos contribuyentes optaban por esa opción. Este “pseudo blanqueo” se terminó con el decreto publicado hoy: los bienes no declarados no podrán sumarse a la moratoria tributaria. La única posibilidad de exteriorización es a través del blanqueo oficial.

¿Cuánto hay que pagar por el blanqueo?

6. Para los bienes inmuebles, un 5% de su valor de mercado.

7. Para el dinero no declarado, hay más opciones:

– Pagar una tasa del 10% de su valor (hasta el 31 de diciembre, si lo declaran entre esa fecha y el 31 de marzo de 2017, el porcentaje aumenta hasta el 15%) .

– Comprar un bono en dólares, a 7 años y tasa de 1% (sólo transferible a partir del cuarto año). La ley del blanqueo establecía que cada dólar invertido en este bono eximía del pago de la tasa de blanqueo por tres veces ese monto. Es decir, que un bono de 1 dólar servía para exteriorizar hasta 3 dólares sin pagar más gravámenes. En resumen: el que tenga 100 mil dólares sin declarar tendrá que comprar bonos por 33 mil dólares para evitar la tasa del 10%.

– Comprar un bono en dólares no transferible a 3 años y tasa de 0%. En este caso, no hay efecto multiplicador. Si son 100 mil dólares los exteriorizados, 100 mil dólares habrá que destinar a la compra de este bono (para eludir la tasa del 10%).

– Destinar el dinero exteriorizado a un fideicomiso nuevo, que se deberá orientar a inversiones productivas, de infraestructura o de vivienda. Los fondos no podrán moverse en un plazo de cinco años.

8. El decreto también aclara lo obvio: los bienes que se blanquean deberán incorporarse a partir de 2016 a las declaraciones juradas de los impuestos. Por ejemplo, tendrán que estar en Bienes Personales (y algo que no le va a gustar a muchos: se incorporan al valor de mercado, que va a ser mayor al valor de adquisición original).