Cuánto mejoró el poder de compra de la exportación

Los productos pampeanos ganaron más por los cambios en retenciones, aunque los costos se multiplicaron por dos.

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El poder de compra en el mercado interno de un productor argentino promedio de alimentos de exportación subió un 20% respecto de noviembre de 2015, pero está 42% por debajo de 2006. El dato se desprende de un informe del economista de la Fundación Mediterránea Jorge Day.

En dólares, el precio promedio de los productos no pampeanos es 36% más alto que en 2006, pero 20 puntos porcentuales por debajo del pico de 2013/14. En cambio, los salarios en dólares subieron 133% respecto de 2006 y el precio del gasoil y el costo de vida se incrementaron 120 por ciento.

Si en 2006 con lo percibido por las ventas un exportador argentino podía comprar 100 canastas de bienes en el país, a fin del año pasado (previo a la devaluación) sólo adquiría 48 canastas. Hoy su poder de compra es de 58.

El poder de compra para la exportación en maíz es un 40% más alto por la quita de las retenciones
El poder de compra para la exportación en maíz es un 40% más alto por la quita de las retenciones. 

En maíz, si con la venta de un lote el exportador compraba 100 canastas de bienes en 2006, a fines de 2015 sólo podía adquirir la mitad. En setiembre de este año alcanzó a 70. La mejora de su capacidad de compra es más alta (40% más) por la quita de retenciones, sin embargo todavía está lejos de una década atrás.

Day subraya que la mejora no se da por los precios internacionales -en la mayoría de los casos, caen- sino por el dólar más caro y la reducción de impuestos a la exportación y la eliminación de trabas a las ventas externas.

El azúcar tiene el beneficio de un mayor precio internacional luego de años deficitarios en la producción en Brasil. Sin embargo, en la mayoría de los otros productos los valores están disminuyendo.

El economista plantea que mientras que hay un importante repunte en la región pampeana, con mayor superficie cultivada y compras de maquinarias agrícolas, en el Alto Valle continúan las penurias de la fruta.

«Su principal problema no está en su precio internacional», dice. Por ejemplo, en manzana, siguen con problemas estructurales, como la dificultad para ingresar sin aranceles a otros países (algo que sí puede hacer Chile, principal competidor) y altos costos laborales (es una actividad intensiva en trabajo).

En vinos, la mejora fue menor, con más bajos precios en promedio y una muy mala cosecha (en Mendoza cayó 40%). Los resultados fueron mayores costos de la materia prima y menos cantidad de vino para exportar.

El trabajo subraya que es muy llamativo como a partir de 2007-2008 los precios internacionales de productos no pampeanos se rezagaron con respecto a sus principales costos.

Tomando como base 2006, los precios aumentaron 36% en dólares en promedio, los salarios se duplicaron y lo mismo pasó con el gasoil.

Para el futuro, la preocupación es «doble», según Day. Por un lado, el bajo nivel de los precios internacionales. Por el otro lado, un dólar que no parece vaya a moverse demasiado. En ese contexto, estarían mejor posicionados aquellos productos que son menos intensivos en mano de obra, que es en el rubro que podría presentar mayores incrementos en costos.

Gabriela Origlia / La Nación / Campo