DATOS DE COSECHA EN ESTADOS UNIDOS PODRÍA PRODUCIR NUEVAS BAJAS.

Por Dante Romano. Profesor e Investigador del centro de Agronegocios de Universidad Austral.

La soja logró, la semana pasada, respetar los pisos previos y rebotar para terminar con un pequeño saldo positivo. En el caso del maíz, se respetaron los pisos, pero el mercado no logra despegar, mientras que las posiciones de trigo nuevo, que venían en niveles muy bajos, lograron marcar seis ruedas consecutivas de suba, seguidas de una toma de ganancias.

Es muy importante que el mercado esté logrando consolidar los pisos de maíz y soja, ya que los fundamentos siguen siendo negativos. La sensación es que la mala noticia estaría ya descontada en el nivel de precios actual. Sin embargo, parece demasiado temprano para aseverar esto: el foco del mercado sigue puesto en la discusión de rindes para EE.UU. Con la floración del maíz prácticamente concluida y la soja atravesando ya las etapas finales de definición de rendimientos con pronósticos prometedores, nadie duda de que la productividad sea elevada. La pregunta es ¿qué tan elevada será?

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El rinde norteamericano recién será un dato real cuando la trilla esté avanzada, hacia el mes de octubre. Mientras tanto se trata de detectar tendencias en el estado de los cultivos, las giras que van a comenzar a realizar los analistas por EE.UU., los sucesivos reportes del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos), que reflejarán el parecer del organismo con mucha prudencia, y finalmente a medida que avance la trilla, los reportes de rendimiento. Todas éstas serían noticias bajistas.

Recién luego de las fechas consignadas, el mercado comenzará a considerar la marcha de la demanda más seriamente, y las intenciones de siembra en Sudamérica. En cuanto a la demanda, las señales son de firmeza ante la caída de precios. Por el lado de la intención de siembra, Agrural estimó que Brasil incrementaría el área de soja. Esto parece difícil dado que los productores brasileños tendrían resultados negativos si se mantiene este escenario de precios. En la Argentina pasa algo similar. Se habla de una caída de área de maíz en la zona núcleo, que pasaría a soja, compensando así las pérdidas de superficie dedicada a la oleaginosa en las zonas más alejadas o de menor productividad, que no se sembrarían en estas condiciones.

Esto abre un gran interrogante: si tras la enorme cosecha norteamericana, viene una gran siembra sudamericana, ¿podrán los precios recuperarse sólo de la mano de la demanda? Posiblemente no: el shock de oferta sería descomunal y justificaría estos bajos precios.

El que resucitó esta semana fue el mercado de trigo nuevo en la Argentina. En parte esto refleja una firmeza internacional. En Europa se están registrando excesos de lluvia que generan un faltante de trigo de calidad. Mientras tanto, la tensión entre Rusia y Ucrania sigue creciendo. EE.UU. y Europa decidieron implementar sanciones comerciales y financieras sobre Rusia, las que no sólo fueron ineficaces, ya que Rusia movilizó unas 20.000 tropas a la frontera entre estos países, sino que inspiró a su vez la prohibición de importación a Rusia de alimentos europeos o norteamericanos.

 

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De todas formas, hay que tener presente que los valores FOB que se están manejando por trigo nuevo argentino permitirían pagar entre u$s 190 y u$s 200 la tonelada por la mercadería, cuando el precio real en el mercado interno pasó recién de la zona de los u$s 170 a los u$s 180. Sin embargo, no hay anuncios de Roe Verde, ni se publican valores FOB Índice sobre la base de los cuales cerrar negocios de exportación. Por estas razones salir a comprar trigo enero es una tarea riesgosa, que bien vale u$s 10 o u$s 20 la tonelada como compensación.