El consumo de carne porcina se incrementó 196% en los últimos 15 años y puede seguir creciendo

En 2016, cada argentino consumió 57 kilogramos de carne bobina, 37 de aviar y 13 de porcina, mientras que, 15 años atrás, las mismas variables rondaban los 59, 18 y 5 kilogramos, respectivamente.

El consumo de carne porcina se incrementó 196% en los últimos 15 años y puede seguir creciendo

El consumo de carne de cerdo se ha incrementado en los últimos años producto del costo de los alimentos de los animales de carne, el crecimiento poblacional y los cambios en los hábitos de consumo, según datos del INTA. Asi mismo, el avance en tecnológica genética, sanidad y alimentación mejoraron sustancialmente la productividad, la conversión alimentaria, la relación magro/graso y el rendimiento de la res. Generando en definitiva una carne mas rápida de producir, con mejor eficiencia de conversión, mas económica y saludable para el consumidor.

En este período, el consumo total porcino se incrementó un 196 %, cubierto por una producción nacional que creció un 205 % y con importaciones que representaron entre el 25 y el 1 % del consumo anual. En tanto, los precios en carnicería pasaron a ser más bajos que los de carne bovina y dejaron de percibir variaciones.

La tendencia no solo se ve en nuestro país, el consumo mundial creció a tasa sostenida, incentivado principalmente por los incrementos poblacionales. Este año, según proyecciones de la FAO, la demanda mundial de carne de cerdo sería de 119 millones de toneladas, 117 la de pollo y 69 la de bovino.

El incremento en el consumo de las carnes porcinas se explica principalmente por el aumento en la cantidad de consumidores, la frecuencia y el volumen consumido,estimulados principalmente por los precios y la disponibilidad de carne fresca.

Por el lado del productor, se incremento el numero, el plantel de madres y mejoraron la productividad de los establecimientos. También la industria y el comercio progresaron, y el desarrollo dejó de tener la exclusividad en las provincias del viejo núcleo maicero. Sin embargo, la expansión de la actividad porcina tiene significativas ineficiencias en los procesos de producción, industrialización, comercialización y consumo que, en ocasiones, suponen riesgos para la salud humana y generan daños ambientales.

“En la Argentina, aún es posible lograr una mayor expansión del sistema agroalimentario porcino con más beneficio para toda la sociedad, si se continúa con el desarrollo del mercado interno a partir de la oferta de carnes más económicas, saludables y sanas y se avanza en el fortalecimiento del mercado externo. En este contexto, es de vital importancia el rol de los estados nacionales, provinciales y municipales para implementar políticas que permitan alcanzar esos fines” expresó Rubén Suárez, coordinador del Centro de Información de Actividades Porcinas que analiza analiza la evolución y desafíos del sector.