EL IMPACTO DEL MANEJO. ANÁLISIS TRAS CONGRESO DE APRESID.

Por Ing. Agr. Hernán García Kairuz, para Revista Chacra.

Desde el monocultivo de soja hasta el tránsito intenso de tolvas y cosechadoras en lotes de maíz muy productivos impactan de lleno en la calidad del suelo, ¿qué hay que tener en cuenta para mitigar el impacto?

Durante el úlltimo Congeso Aapresid, el Dr. Miguel Taboada disertó aceca del manejo de la calidad del suelo y su impacto sobre la absorción de agua y nutrientes y sobre el medioambiente. 

Así, el Director del Instituto de suelos del INTA buscó la explicación de cuánto influye en la la brecha de rendimiento la calidad del suelo. Entonces fue que repasó las diferencias entre los rindes potenciales bajo riego, en secano y logrado para maíz, trigo y soja poniendo énfasis en que si bien el agua limita hay factores que no son agua y equivalen a varias toneladas por hectárea. En el caso de maíz la dependencia del agua es mayor mientras que en soja las diferencias se agudizan por factores como malezas, plagas, etc.

 

Aquí es donde Taboada introduce al suelo como factor limitante de rindeadvirtiendo que generalmente no se lo advierte así. En el caso de soja, los rindes se explican por la ocurrencia o no de 180mm durante el período reproductivo, el contenido de materia orgánica y por las estructuras masivas.

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La calidad estructural vista como la existencia o no de estructuras masivas o laminares es determinante del éxito o fracaso de los cultivos. Las estructuras masivas son espacios sin porosidad muy comunes en lotes bajo monocultivo de soja mientras que las laminares generan graves problemas en zonas algodoneras y soja con una baja cantidad de residuos caraceristica.

Particularmente en la región pampeana existe una alta frecuencia de este tipo de problemas por monoculturas sojeras y barbechos invernales largos –aun con presencia de maíz-. Taboada se refirió a esto como andar por una calle de tierra con una Ferrari.

El agua y la calidad de los suelos

El vital líquido es el que define los rindes, basta con recordar que el rendimiento es producto del agua transpirada por eficiencia en el uso del agua por el índice de cosecha. La eficiencia en el uso es función de la cobertura, que define los niveles de infiltración, almacenaje y erosión.

Luego se considera el agua extraída por las plantas, que no siempre son los cultivos por lo que hay que considerar a las malezas. Una vez controlado este problema hay que observar como se distribuyen las raíces de los cultivos, lo que definirá cuánto extraerán los cultivos. La existencia de capas compactas son un problema gravísimo debido a que generan el doblado o delfexión de las raíces afectando de manera local al desarrollo. Además provocan una menor movilidad y una peor distribución de los nutrientes por lo que el aprovechamiento es mucho menor.

Este tipo de situaciones se observan en los huellones de las cabeceras por ejemplo, y este problema se agrava –paradójicamente- los años con muy buenos rindes de maíz ya que el ingreso y egreso de tractores y tolvas cargado es mayor. Por esto es necesario hacer una reingeniería del tránsito en los lotes, aun perdiendo algo de tiempo, porque es fundamental no compactar innecesariamente.

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En cualquier situación analizada, la mayor densidad aparente producto de la compactación genera una disminución del rinde sin importar si se fertiliza o no.

Otro concepto al que introduce Taboada es el del sistema productivo, “cuando hablamos de rendimiento hay que hablar del sistema en sí, sino se pierde mucha información”. El efecto de las gramíneas en las rotaciones es realmente muy importante, el mismo maíz en una rotación con 50% de gramíneas rinde más que el lote promedio y en soja aumenta notablemente –más de 600kg/ha-.

Un tema que se viene

Las consecuencias ambientales producto de la actividad agropecuaria son un punto a considerar ya que si bien el agro absorbe gran cantidad de dióxido de carbono, emite importantes cantidades de gases con efecto invernadero como el metano en el caso de los rumiantes y el arroz producido bajo inundación.

El uso agrícola de los suelos y el pastoreo deben prestar atención a la emisión del óxido nitroso producto de la anaerobisis en el suelo. Si bien con temperaturas menores a los 14°C las emisiones son ínfimas, cuando la temperatura aumenta la emisión aumenta proporcionalmente al nivel de porosidad del suelo –a menor porosidad mayor emisión- además hay que entender que son pérdidas de nitrógeno de un suelo al que no se lo fertiliza adecuadamente en la mayoría de los casos.