En Corral de Bustos los productores siguen esperando por un canal que ya pagaron

Productores de Córdoba pagaron por una obra, pero siguen con los campos anegados. Son de Corral de Bustos y pusieron 1,8 millones de pesos para una canalización; los trabajos se iniciaron hace dos años y con cada lluvia se pierde una parte.

El canal para la obra en la subcuenca 4

El canal para la obra en la subcuenca 4.

Los productores agropecuarios de Corral de Bustos, al sudeste de esta provincia, a unos 350 kilómetros de la ciudad capital, reclaman por una canalización por la que pagaron de sus bolsillos 1,8 millones de pesos para evitar anegamientos de campos y que sigue sin terminarse. Desde el Consorcio Canalero admiten que esto es así por «problemas de suelo».

Mónica Bruno Bessone, productora y vocera de sus colegas, explicó que la obra fue «sostenida íntegramente» por ellos interesados en canalizar la subcuenca 4 de la zona, que comienza en la laguna «Baja de Bala» y termina en la «Jume», desde donde va a desagotar al Carcarañá.

Los recursos los pusieron los 106 productores de la cuenca, aun cuando no estuvieran anegados. La determinación de los campos la realizó la agencia Inta de Corral de Bustos, que determinó un pago de 500 pesos por hectárea. La planimetría de la obra la aprobó la Dirección de Recursos Hídricos de la Provincia.

La ejecución de los trabajos quedó en manos del Consorcio Canalero de la zona. Su presidente, Gustavo Basi, admitió a este medio que no pudieron terminar de colocar las alcantarillas porque «el terreno no deja trabajar; se complica». Indicó que tienen en marcha otras siete obras y en la mayoría existen «estos problemas».

Los productores eligieron ellos la empresa para «garantizar la transparencia». La firma trabajó «mientras pudo» y después «empezaron palos en la rueda» y lo que faltó quedó a cargo del consorcio. «La Municipalidad, que tiene representante en el consorcio, también se involucró, pero no se avanzó nada», contó.

La canalización se extiende por 25 kilómetros y sufrió diferentes demoras, por ejemplo, porque no se cortaba la ruta 12 (une Corral de Bustos con Camilo Aldao) para seguir las tareas hasta la 11. «Nos decían que no podían terminar, que no había tablas estacas para amurar, que no había cabezales de alcantarillas en fábrica», describió la productora.

Afirmó: «Estamos peor que antes; tenemos más agua y no la plata y cada lluvia arrastra una parte de lo hecho».

«Ni bien el agua drene podremos colocar alcantarillas -agregó Basi-. Son trabajos que lamentablemente arrancamos en época de lluvias y no paran. Estamos en emergencia hídrica desde el 2012».

Reconoció que, con el paso del tiempo, parte de lo ejecutado se dañó. Para demostrar que no es un problema del consorcio, señaló que por «tercera vez» se está realizando un alteo en la ruta 12 y que «30 milímetros que llovieron se llevó una parte».

MAS PROBLEMAS

El agua cruzando la ruta provincial 12 es un dolor de cabeza para toda la zona. Los pobladores de Guatimozín y Cavanagh llevan casi dos años aislados; el camino alternativo habilitado -señalaron- es «un riesgo, sólo para andar de día».

En agosto -después de varias protestas de productores- la Dirección Provincial de Vialidad comenzó con los trabajos de alteo y anunció que se destinarían 70 millones de pesos. La vía está cubierta por el desborde de la laguna La Blanqueada.

El proyecto del alteo es elevar un metro por sobre el nivel del pavimento, a lo largo de casi cinco kilómetros. Las últimas lluvias arrastraron buena parte de lo hecho.

En ese lugar en julio murió ahogado un comerciante de 38 años que quiso cruzar la ruta en su auto por la noche.