Forrajes: el desafío es mejorar la calidad

Lo plantearon técnicos del INTA y privados que hablaron en una jornada en Sunchales, en donde también se mostraron novedades en maquinaria.

 

La Quadrant 3200, de Claas, fue una de las estrellas de las demostraciones a campo en la cuenca lechera.

La Quadrant 3200, de Claas, fue una de las estrellas de las demostraciones a campo en la cuenca lechera.

En la Argentina se siembran 3,7 millones de hectáreas de alfalfa, de las cuales 900.000 se henifican, pero todavía se valora poco la calidad del forraje. “Los henos tienen del 13% al 15% de proteína bruta, cuando en realidad se puede llegar al 20% de proteína, con mayor cantidad de energía”, explicó Gastón Urrets Zavalía, experto del INTA Manfredi (Córdoba).

Lo hizo en Sunchales, en el corazón de la cuenca lechera central, donde la empresa de maquinaria agrícola Claas realizó, hace pocos días, la jornada Experiencia Forrajera, que incluyó disertaciones de expertos en lechería y dinámicas con equipos forrajeros.

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El heno tiene la ventaja de que permite conservar la alfalfa con la mayor calidad posible, pero es clave estabilizarlo con un 15% de humedad y cuidar la hoja, que es donde se concentran gran parte de los nutrientes. “Hay que acortar el tiempo de secado usando una máquina cortadora con acondicionador. Pensando que estamos en un año niño, el tema es clave”, destacó Luis Romero, especialista en forrajes del INTA Rafaela (Santa Fe).

“La alfalfa tiene un costo de implantación alto -reconoció Ainalén Carassia, de Forratec- pero si se tiene en cuenta que puede durar cuatro años, el costo por materia seca la vuelve el insumo más barato a la hora de fabricar alimento”. Para aprovechar al máximo este forraje, aconsejó cuidar la raíz y la corona del cultivo.

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Un tema central es la tecnología de los equipos para henificar. Los especialistas del INTA precisaron que el 60% de las hectáreas se siguen cortando con máquinas de hélice, como las desmalezadoras, en vez de utilizar las que vienen con el sistema de segadoras, que permite hacer un corte neto y posibilita que el cultivo no se rompa. “La segadora se paga con la eficiencia que se gana. La diferencia con la hélice es de 1 a 4. Es un tema financiero, más que económico”, planteó Urrets Zavalía.

En las dinámicas de maquinaria forrajera, José Costamagna, de Claas, mostró la Quadrant 3200, una megaenfardadora prismática, que produce fardos de 1,20 metros de ancho por 0,70 metros de alto, con un largo de fardo que va de 0,50 a 3 metros.

Además, presentó una picadora Jaguar 960 con cabezal recolector de 3,80 metros para pasturas, que hizo su trabajo sobre una andana cortada el día anterior. También se mostró en acción una segadora Disco 3900, que va colgada del tractor y trabaja con máxima eficiencia, y el rastrillo giroscópico Liner 1550, que evita toda contaminación del material, entre otros fierros que apuntalan la productividad.