La Argentina aumentará los controles sanitarios a la carne brasileña

Involucrará los productos porcinos, aviar y bovinos, informó el Senasa; no cerrará el mercado

Entre las empresas señaladas se encuentran los gigantes brasileños BRF y JBS foto: AFP

Aunque no cerrará las importaciones de Brasil tras el escándalo desatado en ese país por la carne supuestamente en mal estado, el gobierno argentino decidió incrementar los controles a todos los productos cárnicos provenientes de ese mercado.

Así lo informaron el Ministerio de Agroindustria de la Nación y el Senasa en un comunicado. En 2016, Brasil le vendió a la Argentina 13.858 toneladas de carne fresca porcina, 199% más que en 2015. Además, en enero de este año ya colocó 1302 toneladas, una suba del 109% contra igual mes de 2016.

Por el lado del rubro bovino, en productos comestibles el Senasa informó que Brasil exportó a la Argentina el año pasado 1282 toneladas, 19% menos que en 2015. En el rubro pollo, desde ese país llegó carne fresca por 4976 toneladas, un incremento del 743% respecto de 2015.

«El Senasa tiene implementado desde el año 2000 un sistema de monitoreo y control de inocuidad y calidad de los agroalimentos. Ante esta situación, el organismo ha dispuesto incrementar aun más los habituales controles de todas las mercaderías de origen cárnico provenientes de Brasil», señaló Agroindustria.

De los 21 establecimientos involucrados en Brasil, solo una planta exporta a la Argentina. Se trata de Frigorífico Larissa, que en los últimos dos meses colocó unas 200 toneladas de carne porcina en la Argentina.

Según dijo a LA NACION el presidente del Senasa, Jorge Dillon, los análisis físico-químicos y de bactereología realizados en los últimos meses a Larissa dieron negativos. No obstante, indicó que se verá si hay carne en las cámaras de los importadores para realizar nuevas muestras. En tanto, indicó que se incrementarán en general los controles para todos los productos cárnicos de ese mercado. «Vamos a hacer un muestreo ampliado hasta tanto se aclare el panorama en Brasil», señaló Dillon.

Agroindustria consideró «prudente» que Brasil haya decidido «autoexcluir del comercio internacional a los establecimientos involucrados».

Por su parte, el presidente brasileño, Michel Temer, reconoció que el escándalo de las carnes adulteradas significó «una vergüenza económica» para Brasil, ya que varios países compradores suspendieron sus importaciones, aunque aclaró que la pronta respuesta del gobierno llevó a que algunos ya revirtieran su decisión.

«Evidentemente que esto causa, no puedo negarlo, una vergüenza económica para el país. Pero Corea del Sur ya eliminó su suspensión en función de las aclaraciones más que cabales e integrales en relación a la realidad de los hechos», señaló Temer, y resaltó que sólo fueron clausurados tres frigoríficos de los 21 investigados en el Operativo Carne Débil, de un total de 4837 unidades de producción animal que tiene Brasil.

Hasta el momento, China -y desde ayer también Hong Kong-, la Unión Europea, Chile y México suspendieron las importaciones de carnes vacunas y de pollo de Brasil, mientras que Rusia puso en marcha estrictos controles.