LA CADENA DEL MAÍZ VOLVIÓ A RECLAMAR LA ELIMINACIÓN DE RETENCIONES.

La superficie de maíz en el país cayó abruptamennte en los últimos años. En la presente campaña, la 2014/15, solo se sembraron 3,9 millones de hectáreas contra las más de 20 millones de hectáreas implantadas con soja. El principal motivo es la pérdida de rentabilidad del cultivo por los altos costos de producción y la baja del precio internacional.

En este contexto, la Asociación del Maíz Argentino (Maizar) volvió a reclamar la eliminación de los derechos de exportación para todos los productos de la cadena del cultivo. «Está demostrado que son el impuesto más distorsivo que se puede aplicar a cualquier economía y que tienen como consecuencia la destrucción de la capacidad productiva», indicó en un comunicado la cadena del maíz.

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En este sentido, Maizar destacó que la eliminación de las retenciones es fundamental para lograr la expansión del cultivo y la generación de valor agregado y riqueza en el interior del país a través de su desarrollo en zonas de menor productividad. «Las industrias necesitan que el área de siembra crezca y les permita obtener la materia prima en forma fluida y con un menor costo de flete», indicó.

Asimismo, el comunicado advierte que ningún país basa la competitividad de sus cadenas de valor en la aplicación de castigos a la producción de maíz. Por el contrario, la gran mayoría ofrece distintos tipos de subsidios o ayudas para incrementar la oferta o mantenerla estable.

«Por diversas razones técnicas y econométricas, el precio pagado por las industrias para abastecerse de maíz en Argentina ha sido a lo largo de la historia el más barato del mundo, aun sin ROEs ni retenciones. Y lo sigue siendo. Sin embargo, a pesar de tener un maíz más costoso, muchos otros países han logrado desarrollar industrias de transformación más competitivas que las nuestras», detalló el comunicado de la cadena maicera.

Por útimo, Maizar destacó que los costos de transacción son el principal factor que impacta negativamente sobre la competitividad de las industrias. «El mundo trabaja fuerte para reducirlos y desarrollar cadenas de valor competitivas; en cambio, nuestro país tiene una gran dificultad para dedicarle tiempo y recursos a estos temas».

Fuente: Clarín.