LOS ALTOS COSTOS DE CASTIGAR AL TRIGO. ANÁLISIS DE JUAN MANUEL GARZÓN.

El Licenciado Juan Manuel Garzón, egresado de la UNC y Master de Economía en Universidad del CEMA, es uno de los investigadores del IERAL (Instituto de Investigaciones de la Fundación Mediterránea). Está muy vinculado a estudios que tiene que ver con la producción del campo. Uno de sus últimos trabajo – realizado junto a la Bolsa de Cereales de Córdoba – fué presentado a fines de 2014 y permitió conocer el importante valor que el campo tiene en la generación económica para la Provincia de Córdoba. En este artí culo, publicado en Clariín Rural, Garzón analiza todo lo que perdido el trigo por las políticas erroneas del Gobierno Nacional. Aquí reproducimos textualmente ese análisis:

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«Por estos días se celebra la 59º edición de la Fiesta Nacional del Trigo en la ciudad cordobesa de Leones. No hay mucho para festejar. El mercado del trigo continúa sujeto a una fuerte intervención estatal, a pesar de los malos resultados obtenidos por esta política. Además de la tributación que recae sobre las exportaciones, la regulación sobre el mercado, que se ejecuta a partir de un esquema que utiliza cuotas de exportación para dosificar y controlar el flujo del cereal que se envía a los mercados externos, sigue tan activa como años atrás.  En la campaña 2007/2008, la producción de trigo llegaba a 16,3 millones de toneladas de acuerdo a estadísticas oficiales, tocando techos históricos. En las 7 campañas siguientes, que incluyen la actual campaña 2014/2015, el promedio apenas llega a las 11,3 millones de toneladas, un ajuste de un 31% respecto de los logros pasados. Lo más grave ha sido, probablemente, que el esquema de intervención no pudo frenar los precios internos de panificados y de productos elaborados en base a harina, los que se vieron claramente arrastrados por el proceso inflacionario.»

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«Para tener referencias, entre los meses de diciembre del 2005 y diciembre del 2014, el precio interno del trigo subió un 260%, pasó de $ 300 a $ 1.100 la tonelada tomando valores de operaciones por mercadería disponible del MATba. En ese mismo período una docena de facturas pasó de $ 3,6 a $ 41,4, es decir su precio se incrementó un 1.043%, y un kilo de pan lacteado (paquete chico) de $ 2,8 a $ 20,3, un aumento del 639%. La inflación, por su parte, fue de 538% según índices confiables. De acuerdo a estos números los panificados aumentaron bastante más que el promedio de bienes que integra una canasta de consumo (inflación general), y mucho más que lo que aumentó el trigo en el mercado interno. Además de haber tenido efectos nocivos sobre la inversión agrícola, de no haber podido contener los precios internos de los productos de base trigo, el esquema significó una fuerte transferencia de ingresos de parte de los productores hacia otros actores económicos, que incluyen al Estado, la industria molinera, los exportadores de trigo, las industrias panificadoras, y finalmente los consumidores internos de derivados del trigo.»

«Estimaciones propias indican que la transferencia de ingresos ha sido de U$S 9.148 millones en los últimos 9 años, casi 82 dólares en promedio por tonelada producida en el período. Como la transferencia de ingresos se genera a partir de un impuesto de tipo indirecto y de un esquema de cupos, no se puede precisar si la intervención termina siendo progresiva (se benefician quienes menos tienen), proporcional o regresiva (se benefician quienes más tienen). Si el esquema ha sido progresivo en su conjunto, lo ha sido de manera muy ineficiente, dado que resulta sencillo demostrar que dentro de los perjudicados hay familias de bajos ingresos (productores de trigo minifundistas) y dentro de los beneficiados familias urbanas de altos ingresos.»

» Finalmente, los catálogos on line de supermercados permiten comparar con relativa facilidad precios de productos a base de trigo en comercios locales y de la región. Desafortunadamente, en muchos casos, los precios locales están igual o por encima de los precios de otros países, medidos en una misma moneda.»

«Para tomar un ejemplo que puede verificarse rápidamente, el pan lactal de primera marca (empresa internacional) se encuentra un 30% más barato en Chile, país importador neto de trigo, que en Argentina.»

» ¿Extraño? No tanto, la aparente paradoja deja ser tal cuando se consideran los mayores costos que soportan las actividades industriales y comerciales en el país (impositivos, de insumos, laborales, financieros) y al hecho que, en los últimos años, los actores han dedicado mucho más tiempo a adaptarse al cambiante esquema regulatorio y macroeconómico del país que a mejorar tecnologías y ganar eficiencia en sus procesos productivos y en el funcionamiento de la cadena en su conjunto.»

Fuente: Clarín Rural.