Monsanto reduce 6% su planta de personal por un plan de reorganización global

La empresa cuenta con 1200 trabajadores en el país. La baja será la única que se lleve a cabo en la Argentina.

Como parte de un plan global de reestructuración, la filial argentina de la multinacional Monsanto despidió a 84 personas su plantilla de personal que actualmente asciende a los 1200 trabajadores.

De esta forma, Monsanto Argentina redujo en 6% del total de su staff entre cuadros jerárquicos y personal con funciones intermedias.


La salida de estos trabajadores no está vinculada con razones locales sino con el plan de reacomodamiento mundial que el gigante de la biotecnología anunció en octubre pasado para hacer frente a la caída de los precios agrícolas y con la necesidad de cumplir con los resultados por acción prometidos por el directorio a sus accionistas.

En el país la compañía posee tres plantas y un centro de experimentación. Los establecimientos fabriles se encuentran en las localidades bonaerenses de Rojas y Pergamino que cumplen la función de acondicionamiento de semillas híbridas); Zárate, que se dedica a la producción de herbicidas (líquidos y granulados). En tanto, la estación experimental Fontezuela, en el partido bonaerense de Pergamino se dedica a investigación y desarrollo de semillas y agroquímicos. Desde septiembre de 2013 tiene paralizada la construcción de una planta en la provincia de Córdoba, en un predio ubicado a 600 metros de la localidad de Malvinas Argentinas, sobre ruta 19, también para acondicionamiento de maíz pero que se encuentra paralizada por la acción de movimientos sociales que se oponen. En la compañía explicaron que los despidos nada tienen que ver con esta situación sino con una estrategia de transformación del negocio global y local. De hecho, Argentina formaba parte de la región Latinoamérica Sur junto con Uruguay; Paraguay; Bolivia y Chile. Y ahora pertenece a Monsanto Sudamérica, que agrupa a estos países y Brasil.

Precisamente en el mayor mercado del Mercosur, la multinacional cerró su negocio de caña de azúcar en el marco de un recorte de negocios que implicará la salida de 2600 empleados en todo el mundo, lo que representa un 12% del total de su plantel.

Para la empresa, este proceso significa poner en marcha «una nueva estrategia de transformación» y aclara que «siempre basó su crecimiento en la innovación y a lo largo de su historia, se ha transformado en numerosas ocasiones». Por ese motivo, la compañía agrega que para hacer frente a este cambio en los modelos operativos, se implementarán acciones de reestructuración globales «que mejorarán la competitividad de la empresa de la mano de disminución de costos y del crecimiento esperado a largo plazo. La compañía espera que los cambios le permitan transformarse en una organización más ágil y mejor preparada para continuar con el liderazgo de la industria agrícola». Se espera que la fase inicial logre un ahorro anual global de u$s 275 millones a u$s 300 millones a finales del año fiscal 2017, a un costo total de u$s 900 millones.

fuente: Cronista