Otra vez los excesos de lluvias golpean a los productores cordobeses

En la zona de San Justo, el sol quemó el maíz de primera y las lluvias anegaron los campos; hay 15.000 hectáreas bajo el agua

El calor intenso de la última semana -45 grados la sensación térmica el último sábado, con 42 grados de temperatura- y las lluvias de ayer y hoy profundizaron los problemas en los campos y tambos de la zona de Alicia y El Fortín, en el sur del departamento San Justo. Los productores estiman que hay unas 15.000 hectáreas bajo el agua.

 

Marisa Boschetti, dirigente de la Federación Agraria, explicó que los canales están desbordados y el agua avanza.

«Hubo máquinas de la provincia trabajando, pero los trabajos de sistematización no se alcanzaron a realizar. El agua está descalzando algunos puentes, como el que está sobre el canal El Florentino», describió.

 

La cuenca más problemática es la del Carcarañá, la misma que se extiende hasta más el sur, en el departamento Marcos Juárez, donde está el conflictivo canal San Antonio, donde los productores vienen reclamando obras «definitivas» desde hace tiempo.

Por los permanentes problemas de anegamiento, el año pasado un grupo de autoconvocados pidió a la Nación y la Provincia una solución «urgente» para el canal San Antonio y del arroyo de las Tortugas y advirtieron que se reservan la posibilidad de iniciar acciones legales contra los gobiernos.

 

Boschetti indicó que en los arroyos Martillo Grande y Chico no hay pasos de agua, por lo que se ejecutan retenciones y las inundaciones son «peores» que las registradas el año pasado. Al igual que en la región de Marcos Juárez, por la sequía no se realizó prácticamente nada de siembra de segunda y lo que se realizó de primera, la mayoría está casi perdido.

«Recorrimos lo más que pudimos porque los caminos están intransitables. El maíz de primera está quemado por el sol y, además, bajo agua», dijo. En la zona hay 48 tambos, la mayoría chicos, muy complicados. Producen unos 4000 litros diarios de leche.

La dirigente señaló que no quedan zonas secas y los animales son llevados «a donde se puede». Insistió en que no hay posibilidades de resembrado y que el ingreso de alimentos es muy problemático, además de las enfermedades que empiezan a tener los vacunos por la exposición al agua.