Para jugar fuerte con el trigo, la fertilización tiene la carta ganadora

Según la Asociación Fertilizar, el usode nutrientes mejora la ecuación económica del cultivo

El  cambio de escenario para el trigo presenta condiciones óptimas para la fertilización. Así lo remarcaron diversos especialistas reunidos por Fertilizar Asociación Civil en una jornada quienes dieron a conocer las cuatro claves de la fertilización.

Rentabilidad. Según Víctor Accastello, vicepresidente de Fertilizar, la fertilización en trigo es el mejor negocio que se le presenta al productor agropecuario. «Con respuestas promedio, puede obtener una renta del ciento por ciento en seis meses», dijo.

Si un productor invierte 150 dólares por hectárea en la incorporación de nutrientes puede esperar un incremento de rendimiento de dos toneladas de trigo por hectárea y una mejora significativa en el contenido de proteína. «Así, el ingreso del productor aumenta 300 dólares por hectárea, lo que se traduce en un retorno de la inversión del 100%», dijo Accastello, que citó los resultados de una red de 20 ensayos en los últimos diez años en el sudeste bonaerense.

Otra clave es la relación insumo producto. En la actualidad se requieren unos 2,3 kg de trigo para comprar 1 kg de urea y unos 3,5 kg de trigo para comprar 1 kg de fosfato diamónico. «Si consideramos el valor de trigo a futuro, logrando un grano con calidad panadera, esta relación de precios mejora aún más», destacó el vicepresidente de Fertilizar.

Una encuesta realizada por la entidad entre 250 productores agropecuarios, arrojó como resultado un aumento del 42% en la intención de uso de fertilizantes en trigo para la próxima campaña respecto del anterior. Esto ocurre tanto por crecimiento de área del cultivo como por mayor cantidad de kilogramos de fertilizantes a aplicar por hectárea.

Calidad y rendimiento. «En la última siembra se aplicaron dosis muy bajas de fertilizante nitrogenado y esta es una de las principales razones para explicar la mala calidad cosechada. Con más kilogramo de nitrógeno hay más producción de proteína por hectárea, la relación es directa», señaló Jorge Bassi, presidente Fertilizar.

Análisis de suelo y diagnóstico. Para maximizar la eficiencia del nitrógeno es fundamental realizar un diagnóstico adecuado. «Las actuales variedades requieren una mayor disponibilidad de nitrógeno para alcanzar los rindes más altos y, simultáneamente, conseguir aceptables niveles de proteína», destacó Bassi. «A su vez, monitorear el cultivo y realizar aplicaciones tardías de nitrógeno es una estrategia muy válida a la hora de mejorar los contenidos de proteína en grano».

Un elemento clave para conocer la disponibilidad de nitrógeno es el análisis de suelo. En años lluviosos, como el actual, es todavía más importante ya que se lavan los nitratos.

Por su parte, Cristian Hannel, integrante del Comité Técnico de Fertilizar, al referirse a las herramientas disponibles para lograr rendimiento y calidad en trigo, señaló que «hay que analizar y desafiar la tecnología que se venía utilizando en los últimos años y dar un salto de calidad».

Una de las herramientas de diganóstico para ayudar a tomar decisiones de fertilización es Triguero 2.0, una aplicación interactiva de acceso libre y gratuito en la web.

Se trata de un modelo de simulación que tiene en cuenta la información climática de los últimos 30 años y la descripción de los suelos de los principales núcleos de producción de nuestro país. Los resultados de la simulación fueron avalados por más de 250 ensayos a campo y permiten simular los resultados de diferentes estrategias de producción. «Las corridas del modelo muestran la importancia que tiene la humedad óptima en el momento de siembra, especialmente en la zona de Córdoba donde el invierno es seco», dijo Hannel. «En cambio en el sudoeste bonaerense se agrega la importancia del pronóstico de lluvias para la primavera, que es determinante en la respuesta al fertilizante».

Fertilización balanceada. El balance de nutrientes es fundamental para acceder a altos rendimiento particularmente por el balance de nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S). «El fósforo y el azufre son fundamentales para que haya respuesta a nitrógeno y más aún tratándose de lotes con doble cultivo trigo-soja, donde las necesidades de esos nutrientes se duplican. La fertilización balanceada es fundamental tanto para que rinda el trigo como para estabilizar la secuencia con soja de segunda», dijo Bassi.