Piden que sea gradual la apertura a la importación de maquinaria agrícola

El sector de la maquinaria agrícola repunta, emplea más gente y hay inversiones, pero también es creciente la preocupación por el aumento de las importaciones. Silos, pulverizadoras y sembradoras son los rubros más impactados.

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«Estamos preocupados porque hay gradualismo en las soluciones, pero no en la apertura», dijo Raúl Crucianelli, presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma).

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«No nos oponemos a la apertura, pero así como hay gradualismo en las reformas impositivas y laboral, el ingreso de importados no debería ser tan abrupto. Primero, en 2016 y comienzos del año pasado, fueron los silos y después se sumaron sembradoras y pulverizadoras», expresó.

La importación de pulverizadoras autopropulsadas se disparó el año pasado, cuando ingresaron alrededor de 180 unidades, lo que representa cerca del 25% del mercado total dominado por las locales Pla y Metalfor.

 

Crucianelli señaló que hay que competir sin estar preparados. «En la Rural (por la última Exposición de Palermo) el 80% de las máquinas expuestas era importadas y a igual precio. Muchas veces el productor elige la de afuera pese a que los productos argentinos en calidad y prestaciones siguen parámetros internacionales», dijo.

El dirigente sostuvo que los funcionarios los escuchan y les responden que se está trabajando para ganar competitividad. «Las reformas se hacen de a poco; el cobro de bonos (un reintegro a los fabricantes) está mejor, pero hay problemas y el saldo técnico de IVA es una aberración que no se da en otro lugar del mundo. Compramos con una alícuota y vendemos con la mitad», precisó.

 

Las pulverizadoras entran desde Brasil. Case IH, Jacto y John Deere se reparten el mercado de los importados y este año se sumó la marca New Holland. Pagan un derecho de importación del 14%. Desde la argentina Pla, José Morena planteó que las importaciones de pulverizadoras vienen de tener históricamente menos del 10% del mercado hasta llegar al 15% en 2016 y ya rozar el 25% en 2017.

«Es preocupante -agrega-. Estamos preparados para competir, pero hay que terminar de cerrar algunos aspectos; no descuidemos las empresas locales, hacen falta herramientas financieras para exportar. Por ejemplo, Brasil las tiene y las traslada a sus distribuidores».

Morena dijo que los reclamos del sector son «razonables» y pasan por establecer reglas de mercado claras, que no haya precios por debajo del costo en los países de origen y que se instrumente una política de crédito que colabore con la expansión de las exportaciones.

G.O. / LA NACION / CAMPO