Raúl Milano: «Con maíz barato, cualquiera encerraba animales y ocultaba sus ineficiencias»

Para el director ejecutivo de Rosgan, el aumento del valor del cereal generará un ajuste en el sector de los engordadores

Raúl Milano
Raúl Milano.

Cuando faltan pocos días para la reanudación de los remates mensuales de Rosgan, que se dará con la subasta 81, entre el 10 y el 11 del actual, se consultó al director ejecutivo de la entidad ganadera que durante 2015 comercializó 255.415 vacunos sobre las perspectivas de la actividad y sobre las variables que en los últimos meses pusieron al tope de la consideración pública la relación entre el precio de la hacienda y el valor de la carne.

-¿Cómo evalúa la perspectiva de precios para la invernada en el primer semestre de 2016?

-Tanto la invernada como el gordo registraron subas de precios, descontando las perspectivas halagüeñas que todos preveíamos a partir de las políticas del gobierno actual para el sector. Para la invernada, el primer semestre estará más calmo que el último trimestre de 2015, período en el cual la oferta de invernada siempre es escasa. Ese incremento es muy difícil que se mantenga, debido a la oferta que ingresará en las próximas estaciones de 2016. Por esta razón, la mayor oferta que habrá en la zafra deberá competir con la retención de hembras reservadas para futuras madres y de machos, que serán llevados a una recría en virtud de la perspectiva de caída del consumo y de incremento de la exportación. La mayor parición de terneros y terneras, que incrementó levemente el stock, estará disponible de acuerdo con las decisiones de venta y de retención de los productores, por lo que todo hace pensar que los precios serán levemente inferiores durante el primer semestre de 2016.

Foto:LA NACION

-¿Qué prevé para el valor del gordo en los próximos meses?

-El gordo estará fuertemente influenciado por las cuestiones macroeconómicas locales. Se puede pensar que existirá una caída en la venta de carne como resultado de la menor disposición de efectivo entre los consumidores y, a la vez, por la remarcación desmesurada de sectores vinculados con la provisión de carne al público, los cuales aprovecharon un incremento temporario de precios en el Mercado de Liniers que, tras el posterior descenso, dejó en los intermediarios finales una apropiación indebida de la renta del sector en su conjunto. Estos precios insostenibles para el consumidor son la cara visible de un desorden comercial que seguramente tendrá repercusiones sobre el precio del gordo en los primeros meses de 2016. Luego, la demanda se irá reubicando, en consonancia con las paritarias, hacia abril/mayo.

-¿Cómo puede afectar a los invernadores el fuerte aumento del valor del maíz?

-El incremento del maíz debe ser tomado como una corrección que tarde o temprano se iba dar, dado que no era lógico pensar que se podía comprar permanentemente un insumo estratégico a valores irrisorios de 80/90 dólares por tonelada. Para que se comprenda mejor, la relación histórica de maíz/precio del gordo nos daba que por cada kilo de gordo se compraban unos 12 kilos de maíz, pero en los momentos previos a la suba actual con un kilo de gordo se podían comprar 28/30 kilos de maíz, eso era ilógico. Estos desajustes son insostenibles en el tiempo y malos para un país que debe tender hacia el asociativismo dentro de las mismas cadenas.

-¿Cómo se puede compensar este mayor costo para que no se resientan los márgenes de la actividad?

-Con estos precios del maíz la situación de los sistemas de confinamiento (feedlot) va a estar más ajustada. También permitirá mostrar que aquellos que tienen mayor eficiencia en el manejo de sus sistemas estarán más aptos para enfrentar la situación. Con precios de maíz barato cualquiera encerraba animales y ocultaba todas sus ineficiencias, convirtiéndose en una competencia desleal para los más eficientes.

-¿Puede trasladarse al valor del gordo el aumento del maíz?

-La nueva definición de costos a partir del sinceramiento del precio del maíz difícilmente pueda ser imaginada como recuperable mediante aumentos en el valor del gordo, porque colisionarían con la posible caída de la demanda. Lo que sí es esperable en el mediano plazo, dados los mayores valores del cereal, es que de la actual cosecha, estimada en 25/26 millones de toneladas, se pueda pasar a niveles cercanos a los 30 millones de toneladas en la próxima campaña agrícola, de modo de tener mayores saldos para el mercado doméstico y para la exportación.

En síntesis, para el sector del confinamiento los mayores valores del maíz son una realidad sólo manejable en el mediano plazo. En el primer semestre habrá una dura pelea entre los feedloteros y los criadores por el valor de reposición del ternero, pero el nuevo punto de equilibrio recién comenzará a lograrse a partir de fines de 2016, con la aparición de datos certeros de la próxima campaña agrícola del maíz.

-¿La posibilidad de importar carne es vista como una opción viable o más como una advertencia para intentar contener los precios en el segmento minorista?

-La importación de carne hoy es más una amenaza que una medida concreta. El país fue un irrelevante importador histórico y apenas se concentró en los cortes parrilleros traídos de Uruguay, los cuales por su tenor graso no son fáciles de colocar en el mercado doméstico, de modo tal que difícilmente sea una medida relevante. La que sí debería ser tomada seriamente es la posibilidad de importar planteles de vientres generales, que ayuden a una rápida recuperación del stock ganadero en la Argentina.

-¿Cuál es la expectativa de Rosgan para el nuevo ciclo de remates que se inicia la semana próxima?

-Rosgan enfrenta este año colmado de expectativas positivas: a los remates habituales se incorporaron una gran cantidad de subastas especiales hechas en forma conjunta con las casas consignatarias que lo integran. Además, también se pone especial interés en la continuidad del remate especial de Palermo, en julio, y en la presencia por primera vez en Expoagro, iniciativas que nos permitirán exponer a Rosgan en los grandes encuentros del sector agropecuario. La consolidación de la marca Rosgan como referente de la ganadería nos obliga a seguir dándole mayor institucionalizad al sector, aportando ideas que mejoren su funcionamiento, con nuevos proyectos de financiamiento o sistemas de garantías, entre otras.

fuente: La Nación / Campo