S.O.S. para el maíz: hay riesgo de tener la peor siembra en 25 años

Al margen de las proyecciones de las Bolsas, en las empresas semilleras temen que de no haber señales políticas el área caiga a 2,1 millones de hectáreas, una contracción mayor al 40%

maiz

En  2012, cuando Monsanto anunció la construcción de una planta de maíz en Córdoba, hoy frenada por la oposición de un grupo de ambientalistas, el país venía de sembrar 4,31 millones de hectáreas del cereal para grano comercial. La empresa estadounidense había planificado la inversión proyectando que en unos cuatro años la superficie saltaría a 6 u 8 millones de hectáreas. Tres años después, hay una señal de alarma que retumba fuerte: la Argentina podría sembrar en esta campaña 51% menos que en 2012 y tener la peor superficie desde 1990, hace 25 años.

Hasta el momento, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires aguarda una siembra comercial con 2,72 millones de hectáreas, un 20% menos que los 3,4 millones de hectáreas del ciclo pasado. Y la Bolsa de Comercio de Rosario, en tanto, espera para grano 2,5 millones de hectáreas, sobre un total de 3,3 millones.

Discretamente, en algunos semilleros comenzaron a pensar en otro número, aún más bajo: 2,1 millones de hectáreas. Sería una contracción del 40% versus el ciclo pasado.

¿Qué argumentos hay detrás de esa cifra? Son varios. En junio, julio y agosto las ventas para siembras tempranas «nunca levantaron». Un dato que debería llamar atención porque se presenta un año ideal para el maíz temprano por las condiciones de humedad en los suelos y los pronósticos de lluvia y no tanto para el maíz tardío por su menor rinde potencial. Lo cierto es que en la zona núcleo, la caída del área para la siembra temprana ya se ubica en el 40%.

Además, en el Norte decenas de productores decidieron expulsar al maíz de sus planteos. Y tampoco hay certeza de que una eventual quita de las retenciones y los ROE con un nuevo gobierno impulsen al maíz tardío. En el fondo, la cuestión clave es que con las variables actuales -aun con un mejor precio que a igual fecha del año pasado- se pierde plata. Inclusive está el lastre de 5 a 9 millones de toneladas, según las fuentes, que aun no se pudieron vender.

«Éste era un año fantástico para hacer maíz de primera», se lamentó Cristian Russo, analista de la Bolsa de Comercio de Rosario. Según Russo, en la región núcleo la siembra de primera caerá de 500.000 a 300.000 hectáreas.

«Vamos a estar en torno de 2,1 millones de hectáreas, perforando un piso histórico», proyectaron en uno de los semilleros. En otros estimaron mermas que dejarían a la superficie comercial en 2,4 a 2,5 millones de hectáreas.

Martín Fraguío, director ejecutivo de Maizar, no reniega de los cálculos que circulan sobre la siembra, incluso del más bajista. «Lo que dicen los semilleros es cierto; estamos en una situación crítica y frente a una posible catástrofe para la siembra de maíz», subrayó. Y opinó: «Para que el área no caiga tanto y se haga una gran siembra de maíz tardío es indispensable que los candidatos a presidente expliquen al productor cómo van a hacer para que los ingresos que reciban, sin Roes ni retenciones, sean mejores a hoy».

Gustavo López, de Agritrend, sacó números calculando 2,6 millones de hectáreas comerciales versus 3,4 millones del último ciclo. Así, la cosecha bajaría de 25 millones de toneladas a 20 millones de toneladas y la exportación de 15 a 9,9 millones de toneladas. «La caída de 5 a 6 millones de toneladas de exportaciones implicaría US$ 900 a 1000 millones de ingresos menos», precisó.

En el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (SRA) manejan un área comercial con 2,88 millones de hectáreas. Igual, hicieron un ejercicio para La Nacion sobre qué ocurriría con 2,1 millones de hectáreas. En este escenario, la producción retrocedería 43% (de 25,04 a 14,2 millones de toneladas), las exportaciones un 60% (de 14,04 a 5,59 millones de toneladas) y el ingreso por divisas y retenciones divisas también se desplomarían 60%. Las divisas caerían de US$ 2360 millones a US$ 934 millones (US$ 1426 millones menos) y el cobro por retenciones bajaría de US$ 472 a US$ 186,8 millones (US$ 286 millones menos).

Pese a la enorme pérdida de valor para la cadena, y la salud del suelo con menos maíz, no se afectaría el consumo interno para las distintas demandas, ya que habría disponibles 8,7 millones de toneladas.

La sensación en empresas de insumos es que la caída del área puede ser mayor a lo que se espera.

«La realidad es que la venta de semillas de maíz da para una caída de área mayor que la que dicen las Bolsas de Cereales de Rosario y Buenos Aires. Salvo que el área de maíz tardío tenga un crecimiento importante, no se condice la venta de semilla a esta altura del año con el área estimada», opinó Horacio Busanello, CEO de Los Grobo.

Según Busanello, la caída en la venta de semillas está en un 30 por ciento. «Hoy los grandes semilleros tienen las cámaras de frío abarrotadas con bolsas que produjeron y no pueden vender», contó.

Desde Don Mario, Agustín Pontacuarto, gerente de trigo y maíz, evaluó el tema político. «Realmente todavía no está definida la superficie del cultivo, ya que hay muchos productores que terminarán de definir luego de las elecciones», indicó.

Si bien el año se presentó ideal para el maíz temprano, algunos se aferran a un repunte con el maíz tardío, si hay medidas políticas.

«La siembra de maíz tardío o de segunda viene creciendo y muchos de los números [de superficie] están hechos pensando que esa proyección se va a cumplir. Hay muchas expectativas de que eso traccione, dependiendo del resultado de las elecciones y si hay alguna noticia en el medio, o si se cumplen los pronósticos más pesimistas de quienes hablan de 2,2 millones, 2,1 o 2,3 millones de hectáreas, que sería algo nunca visto en maíz», afirmó Alfredo Paseyro, presidente de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA).

Una fuente del sector semillero señaló: «las ventas están en el peor año de los que tengamos memoria».

En este cuadro, Fraguío cree que, además del tema retenciones y ROE, deben acomodarse los costos. «Es imposible producir con los costos más altos del mundo combinados con los precios más bajos del mundo, generados artificialmente por trabas a la exportaciones y retenciones. El gasoil argentino está el triple del de los Estados Unidos, el doble de Brasil, un 30% que en la Unión Europea y un 50% más que en Ucrania», puntualizó el director ejecutivo de Maizar.

 

fuente: La Nacion campo