Soja: por qué hay que pasar por el laboratorio antes de la siembra

Por el exceso de lluvias en el último ciclo, la incidencia de hongos fue elevada; hubo un alto número de granos dañados, según el INTA Marcos Juárez

Menos dañado / Más dañado

Menos dañado / Más dañado.

«Recomendamos a los productores realizar los análisis de calidad de semillas adecuados antes de la próxima siembra, teniendo en cuenta que la incidencia de hongos en las muestras fue elevada y esto afecta el poder germinativo», alerta Martha Cuniberti, jefa del grupo de trabajo del Laboratorio de Calidad Industrial y Valor Agregado de Cereales y Oleaginosas de INTA Marcos Juárez. Desde hace 19 años, este laboratorio realiza muestreos durante la cosecha de soja en acopios y cooperativas de la zona núcleo sojera y analiza su calidad. En la última campaña 2015/16 muestrearon 919.255 toneladas recolectadas antes y después del temporal.

Este año, la región núcleo-sojera aportó a la producción nacional 21,3 millones de toneladas con un promedio de rinde de 36,6 qq/ha. Pero hubo un antes y un después del temporal de abril en la soja de primera. Previo a las lluvias, se cosechó alrededor de un 41% hasta fin de marzo con un rinde promedio de 40,3 qq/ha. El resto rindió en promedio 34,7 qq/ha, muy por debajo de los 43 qq/ha promedio del ciclo anterior.

Desde el Laboratorio de INTA Marcos Juárez detallan que las más afectadas fueron las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, particularmente la franja este provincial. Buenos Aires, Corrientes, Chaco y Santiago del Estero se vieron también perjudicadas, pero con impactos menores. Se estiman mermas de 1 millón de toneladas en Córdoba, 1,5 millones de toneladas en Entre Ríos y 3,2 millones de toneladas en Santa Fe. Respecto de los rindes, solo en las regiones del centro-norte de Santa Fe, centro-este de Entre Ríos y este de Córdoba los rendimientos se ubicaron por debajo de sus promedios históricos. Por el contario, el resto de las regiones tendieron a ubicarse por encima.

«Desde que el cultivo de soja tomó significancia en el país hasta hoy, esporádicamente se han visto condiciones climáticas tan desfavorables durante la madurez y posmadurez del grano como las ocurridas en la última cosecha», dice Cuniberti al referirse a las lluvias y lloviznas intermitentes con alta humedad ambiente ocurridas durante el mes de abril de este año. Estas no sólo afectaron la logística de cosecha impidiendo recolectar gran parte de la producción lista para la trilla, sino también ocasionaron pérdidas de superficie por anegamiento temporario, y de calidad.

El equipo liderado por Cuniberti dividió las muestras entre las tomadas antes y después del temporal. El objetivo fue observar las consecuencias de las demoras en la cosecha. «La pérdida de granos por aperturas de vainas fue importante en algunas zonas y provocaron el brotado del grano que emergía en algunos casos a través de la parte fisurada, dando como resultado granos dañados. En vainas normales los granos se presentaban deformados, con aspecto fermentado, de color grisáceo a oscuro en su interior, constituyendo el mayor porcentaje dentro de la categoría de granos dañados», explica la especialista.

En su opinión, el deterioro del grano fue directamente proporcional a la demora en la cosecha y a la acción de un conjunto de enfermedades fúngicas que afectaron a vainas y granos. «La soja es particularmente muy vulnerable al ataque de microorganismos, muchos de los cuales son transmitidos a las plántulas que nacen de semillas infectadas. La presencia de enfermedades en la semilla de soja puede causar pérdidas de rendimiento y/o disminución de la calidad comercial del grano», detalla Cuniberti.

Granos dañados

A la hora de los datos, desde el Laboratorio de Control de Calidad aseguran que el porcentaje de granos dañados antes del temporal fue de 2,3% y después del temporal del 22,8%. De ahí resulta un promedio de granos dañados en la campaña de 11,1%. Los mayores porcentajes de daños se observaron en las localidades cordobesas de Freyre (82,2%), Porteña (72,2%), San Francisco (62,5%), Pozo del Molle (56,4%) y Las Piur (55%). Hay que tener en cuenta que la base y tolerancia de recibo según el estándar de comercialización es del 5%.

En los análisis del grano fue incluido el Peso Hectolítrico (PH) y el peso de 1000 granos, que a pesar de no ser métodos estándar de comercialización de la soja permiten demostrar la pérdida notable de peso del grano de algunas zonas más afectadas. En su informe, desde el Laboratorio detallan que el grano de soja normal, con humedad comercial, tuvo un PH de 70 a 73,6 kg/hl, mientras que en las muestras después del temporal, disminuyó en más de un 10% en las dañadas, estando entre 61 y 68 kg/hl, con promedio 67,4 kg/hl. El peso de 1000 granos, que en años normales suele estar en 165 gramos, este año promedió 145 gramos.

Por último, el porcentaje de granos verdes no fue un problema en la presente campaña, siendo de 2,3% antes del temporal y de 0,8% después del temporal, con un promedio general de 1,7%.