Acuerdan un sistema para evitar que una disputa con Monsanto trabe la comecialización de la soja

Gran parte de las entidades de la cadena agropecuaria aprobaron un sistema alternativo al que ideó Monsanto para reclamar un canon por su tecnología Intacta en soja, resistente a insectos, y evitar así que se trabe la comercialización.

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Con 34 votos a favor, dos en contra (de la Sociedad Rural Argentina y Confederaciones Rurales), la abstención de dos socios que se excusaron por vínculos con Monsanto y la Rural, y la ausencia de la Federación Agraria Argentina (FAA) al momento de la definición, el consejo directivo de la Bolsa de Cereales le dio luz verde a una iniciativa que busca evitar que se trabe la comercialización en la nueva campaña cuando Monsanto buscará cobrar por esa tecnología en todo el país.

En la última campaña, luego de haber lanzado esa soja en el Norte, Monsanto activó un test de control en puertos y acopios para detectar si el productor le había pagado la tecnología. Si el análisis daba que no lo había hecho, allí mismo la multinacional procedía a reclamar para que se descuente de la soja el canon correspondiente.

Ese sistema generó una fuerte disputa al interior de la cadena agropecuaria, donde muchos actores lo acusaron de ser «compulsivo» y de afectar usos y costumbres históricas en la comercialización, ya que Monsanto hacía incluir una cláusula en los contratos de granos para que se habilitara el test de control.

Como en la nueva campaña la empresa lo va a generalizar a todo el país, y ante la alarma de que la falta de solución al conflicto podría trabar la comercialización, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires convocó a representantes del sector y se terminó haciendo un sistema alternativo para que pueda adherir voluntariamente cualquier productor.

En líneas generales, la iniciativa, denominada Bolsatech, estará disponible a partir del mes próximo, o febrero a más tardar, y actuará como un sistema de débitos y créditos con la cantidad de toneladas que el productor informó para el pago de la tecnología. Ese dato provendrá de las mismas empresas de semillas.

En el caso de que el productor supere lo informado, se comunicará a la firma dueña de la tecnología en soja, que tendrá derecho a solicitar un certificado para eventualmente demandar al productor en la cámara arbitral de la Bolsa. También el productor tendrá derecho a quejarse si considera que le están reclamando por algo que no corresponde.

«Este sistema surgió para evitar el cobro compulsivo [de la tecnología de Monsanto]. Es un sistema voluntario y la Bolsa no va a cobrar nada por ello», señaló Ricardo Valderrama, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Según Valderrama, el sistema será «temporal», para esta campaña, hasta que las nuevas autoridades en el Ministerio de Agroindustria aborden normas que le den una salida a esta problemática.

«Esta iniciativa, que es de adhesión voluntaria, les va dar tiempo a las autoridades a que legislen», señaló Valderrama.

Desde Monsanto, una fuente manifestó su beneplácito por el sistema. «Ayuda a generar consenso», dijo y agregó que «si camina perfectamente» se podrá usar.

No está claro el escenario para el productor que no se sume a ninguno de los dos sistemas.

En un comunicado, el distrito VII de Federación Agraria, que agrupa el sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires, rechazó el sistema de la Bolsa de Cereales. «Esto fue aprobado a espaldas de los productores y por los mismos que se beneficiaron con las maniobras del gobierno kirchnerista durante los últimos 12 años y que somete a la cadena al servicio de Monsanto», señaló el comunicado.

En noviembre pasado, cuando trascendió la discusión por el sistema ahora aprobado, desde la Rural Daniel Pelegrina, su vicepresidente, también lo había objetado y calificado de «parche» ante «la imposición» de la multinacional Monsanto.