Acuerdo UE – Mercosur: diversas reacciones del sector productivo.

Entidades relacionadas a lo productivo aplaudieron y rechazaron el anuncio realizado por el Gobierno Nacional.

Luego de 20 años de negociaciones, el pasado viernes la Unión Europea y el Mercosur alcanzaron un acuerdo comercial que funcionarios, dirigentes y medios nacionales calificaron como “histórico”. Se trata del levantamiento y flexibilización de las barreras arancelarias para exportar e importar productos entre ambos continentes, pero contempla también la eliminación de barreras no arancelarias y facilidades de exportación, como pueden ser los protocolos fitosanitarios.

En los últimos días trascendió que dicho acuerdo beneficiaría preferentemente al sector agropecuario argentino. Por eso, mientras la industria prende las alarmas algunas entidades rurales celebran. Según datos oficiales, la UE liberalizará el 99% de las importaciones agrícolas del Mercosur: eliminará el 81,7% de la totalidad de los aranceles, mientras que para el 17,7% restante ofrecerá “cuotas o preferencias fijas”. Pero el acuerdo eliminará también aranceles en las exportaciones del sector industrial de la UE hacia el Mercosur, que ya no sufrirá el elevado costo impositivo de la región que representan actualmente el 35% para los automóviles, 14-20% para maquinaria, 35% para ropa y calzado o el 14% para productos farmacéuticos. Algunas pymes ya denunciaron que la puesta en marcha del convenio significará “el certificado de defunción” en la actividad de las pequeñas y medianas empresas.

La noticia también tuvo repercusiones en las entidades productoras de alimentos de la Unión Europea. A modo de ejemplo cabe citar el caso de ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias (organizaciones de productores de España) quienes ya emitieron un comunicado al presidente Pedro Sánchez para advertirle que el convenio comercial es «desequilibrado» por no tener en cuenta «ciertas producciones agrarias, especialmente algunas mediterráneas».

La letra chica permitirá dilucidar si habrá o no grandes ganadores o perdedores en los próximos años. Lo cierto es que al gobierno de Mauricio Macri le tocó encabezar la firma de un acuerdo que representa un importante impulso político para su gobierno. No obstante, por ahora no tendrá impacto directo en la economía. El acuerdo, que ya generó rechazos en Europa (Francia sugirió que podría desestimarlo) deberá entrar primero en una etapa de revisión legal y luego pasar por los cuatro países del Mercosur para ser aprobado (considerando, en el caso argentino, que la decisión quedará en manos del legislativo que surja en las elecciones de octubre, con la posibilidad de un viraje político). El tratado también deberá contar con el visto bueno del Parlamento Europeo, por lo que el proceso demoraría al menos 2 años, según las primeras estimaciones.

¿Qué reacción tuvieron los actores del sector agropecuario al respecto? Algunos de mesura. Otros de entusiasmo inmediato. Por ejemplo, el presidente de la Cooperativa Citrícola Agroindustrial de Misiones, Carlos Satur, dijo que este convenio logrará igualdad de condiciones con otros mercados exportadores y devolverá competitividad a la actividad citrícola de la provincia.

En el mismo sentido se expresó la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) en un comunicado difundido en el día de ayer: “Representa una noticia muy positiva para la exportación de manzanas y peras de la región. La existencia de aranceles de importación para nuestras frutas, nos debilita competitivamente frente al resto de los países que en general tienen Tratados de Libre Comercio sin aranceles o tratamientos preferenciales”, afirmaron.

Por otro lado, el presidente de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (APAMA), Alejandro Pannunzio, consideró que el acuerdo era algo esperado “desde hace mucho tiempo” por los productores de fruta y, aunque la novedad parece ser positiva, actualmente el sector arandanero tiene encima otras dificultades impositivas más urgentes que resolver, como son las retenciones. “Si el gobierno nacional piensa que es importante este tratado, no podemos pedirle a otros países que nos bajen los aranceles mientras tenemos un valor de retenciones que hoy representa un 10%”. No obstante, en un comunicado oficial APAMA respaldó el acuerdo: «La posibilidad de que el arancel se reduzca en algunos casos y que baje a cero en otros es una gran noticia para un sector que viene invirtiendo y apostando al desarrollo, compitiendo en la exportación con otros países como Perú a veces en condiciones desiguales», afirmaron.

También Carlos Ianninzotto, titular de CONINAGRO, puso un freno al entusiasmo generalizado: “Me parece que aún falta mucho por discutir como para decir que el sector agropecuario es el gran ganador en desmedro de automóviles o textiles, como se está diciendo. La UE liberalizará las importaciones agrícolas y quizás se beneficien algunos sectores como los vinculados al etanol, carne de res o azúcar, pero hay que ver en qué forma se distribuirán las cuotas intra-Mercosur. Además podemos temer una invasión de vinos europeos o un perjuicio para algunas industrias como la del olivo, así que lo central ahora pasa por las negociaciones sector por sector”, analizó.

Quien también mostró su desacuerdo fue el presidente de la Cámara de Productores de Fernández Oro, Carlos Zanardi. Si bien reconoció un beneficio directo en la eliminación de aranceles, negó que beneficie a la fruticultura del Valle por la su situación actual que atraviesa. Consideró el acuerdo “un tema electoral para demostrar que estamos abiertos al mundo”. A su vez, volvió a denunciar el mal pasar del sector productivo y solicitó “levantar las retenciones y restituir el reembolso de los puertos patagónicos”.

En el sector vitivinícola, Carlos Fiochetta, gerente de COVIAR (Corporación Vitivinícola Argentina) mostró cautela al afirmar que, si bien el sector siembre ha instado al gobierno nacional a la realización de acuerdos internacionales, “es importante establecer plazos y gradualidad, de manera de compensar las asimetrías que existen entre la vitivinicultura del Mercosur y la de la Unión Europea”. Y agregó que “la firma de un acuerdo entre estos dos bloques que incluya a los productos vitivinícolas requiere de un análisis pormenorizado”.

El correr de los meses brindará mayor información para entender qué impacto tendrá en la economía argentina dicho acuerdo comercial entre ambos bloques. En principio, la exportación de productos primarios se verá beneficiada, por lo que el sector agropecuario se muestra esperanzado. Aunque claro, esto podría suceder en detrimento de la industria nacional, por lo que crece el temor de una “invasión” de productos europeos a nuestro país.

El secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, respondió a las primeras críticas al acuerdo que llegaron en este sentido. “Son de un pensamiento medio acomplejado, de los que opinan a través del televisor y no tienen contacto con las fuerzas productivas”. Por otro lado, la secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher, aseguró que “no es una apertura indiscriminada. El Mercosur tendrá preferencias para el 100% de las exportaciones, mientras que la UE tendrá un acceso preferencial sobre el 90% del comercio actual”.

Por estas horas continúan las especulaciones respecto a la prosperidad que tendrá el acuerdo ante las declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, quien afirmó no estar en condiciones de ratificarlo, lo que podría trabar o demorar considerablemente su implementación.

Lista de productos con arancel cero

A continuación, la nómina de los productos del Mercosur cuyo arancel estará en 0%, en caso que el acuerdo entre en vigencia:

– Harina de soja y poroto de soja
– Aceites para uso industrial (soja, girasol, maíz)
– Despojos comestibles de especie bovina, porcina, ovina
– Algunos productos de la pesca, como merluza.
– Otros productos de origen animal (menudencias, grasas, semen bovino)
– Manzanas, peras, duraznos, cerezas, ciruelas
– Legumbres
– Frutos secos, pasas de uvas
– Uvas de mesa
– Maní
– Infusiones (café, mate y té)
– Especias
– Bebidas (agua mineral, cervezas, espirituosas)
– Productos de la pesca: Merluza, Vieiras y Calamares

Productos que entran en canasta de desgravación, en canasta de 4 a 10 años:
– Productos de la pesca (por ejemplo, langostinos) y conservas de pescado
– Hortalizas, plantas y tubérculos alimenticios
– Frutas Cítricas (Limones, naranjas y mandarinas)
– Frutas Finas (arándanos, frutillas)
– Harina de maíz
– Almidón
– Arroz partido
– Aceites vegetales (soja, girasol y maíz)
– Biodiesel
– Preparaciones alimenticias y pastas
– Golosinas
– Mermeladas, jaleas y otras preparaciones en base a frutas
– Hortalizas en conserva
– Helados
– Alimento para mascotas
– Manteca y demás preparaciones de maní

Cuotas:

– Vinos: hasta 5 litros, desgravación linear en 8 años, líneas arancelarias 22042100; 22042911. Vinos Espumantes: precio de entrada 8 dolares x litro x 12 años, y liberalización a partir del año 12.

Fuente: Revista Internos