Agricultura y cambio climático: la importancia de reducir la emisión de gases de efecto invernadero

La agricultura es responsable de casi la mitad de las emisiones de metano. Las medidas para reducir las emisiones de gases que contribuyen al calentamiento global.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU Medio Ambiente) es la autoridad ambiental líder en el mundo y en su rol de defensor del medio ambiente, informó sobre el nitrógeno (N2) y la importancia vital que tiene en la vida cotidiana.

El N2 es un componente esencial del aire que respiramos pero la conversión de este elemento en otras formas químicamente reactivas le causa al planeta una peligrosa y costosa contaminación.

La Evaluación Europea del Nitrógeno identificó cinco áreas clave amenazadas por la contaminación por nitrógeno: calidad del agua, calidad del aire, balance de gases de efecto invernadero, ecosistemas y biodiversidad.

La creciente demanda en los sectores de agricultura, transporte, industria y energía llevó a un fuerte aumento en los niveles de contaminación por nitrógeno y en las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas. Por ejemplo, el óxido nitroso (N2O) es un gas de efecto invernadero 300 veces más potente que el dióxido de carbono.

“Los humanos están produciendo un cóctel de nitrógeno reactivo que amenaza la salud, el clima y los ecosistemas, convirtiendo el nitrógeno en uno de los problemas de contaminación más importantes que enfrenta la humanidad. A pesar de esto, la magnitud del problema sigue siendo en gran medida desconocida y no reconocida fuera de los círculos científicos“, advierte el informe.

Por su parte, los procesos de combustión fósil y de biomasa liberan óxido nítrico (NO) y dióxido de nitrógeno (NO2), denominados colectivamente como: óxidos de nitrógeno (NOx). Si bien se realizan grandes esfuerzos para reducir los NOx de la generación de energía, las emisiones continúan en ascenso y con mayor velocidad en las partes del mundo que cuentan con un desarrollo más rápido. 

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Según un informe publicado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), la agricultura es una fuente importante de emisiones de gases que contribuyen al efecto invernadero. Libera grandes cantidades de dióxido de carbono a través de la combustión de biomasa, principalmente en zonas de deforestación y de pastos.

También es responsable de casi la mitad de las emisiones de metano. Aunque persiste en la atmósfera durante un tiempo más corto.

El metano (CH4) es aproximadamente veinte veces más potente que el dióxido de carbono en su acción de calentamiento y por lo tanto, un importante factor a corto plazo del calentamiento global. Las actuales emisiones antropogénicas anuales son del orden de 540 millones de toneladas y están creciendo a un ritmo aproximado del 5 por ciento anual.

Sólo el ganado representa aproximadamente la cuarta parte de las emisiones de metano a través de la fermentación intestinal y la putrefacción de los excrementos. A medida que aumente el número de cabezas de ganado y que la producción pecuaria se haga cada vez más industrial, se prevé un aumento del estiércol del orden del 60% para 2030. Las emisiones de metano procedentes del ganado aumentarán probablemente en la misma proporción.

El cultivo de arroz acuático es otra fuente agrícola importante de metano, que representa aproximadamente una quinta parte del total de las emisiones antropogénicas. Se prevé que la superficie utilizada aumente aproximadamente el 10% para el año 2030. Sin embargo, las emisiones pueden crecer más lentamente, debido a que una proporción mayor de arroz se cultivará con una gestión del regadío y de los nutrientes mejor controlada y a que se podrán utilizar variedades de arroz que emitan menos metano.

La agricultura es una fuente fundamental de otro gas importante que contribuye al efecto invernadero: el óxido nitroso. Este compuesto lo generan procesos naturales pero se ve aumentado por la lixiviación, la volatilización y la escorrentía de fertilizantes nitrogenados, y por la descomposición de los residuos de cultivos y residuos animales. El ganado representa aproximadamente la mitad de las emisiones antropogénicas. 

Muchas de las medidas necesarias para reducir los efectos del cambio climático o adaptarse a el, son valiosas para afrontar problemas existentes como la contaminación del agua y del aire, la erosión del suelo y la vulnerabilidad a sequías o inundaciones.

Medidas para reducir las emisiones de gases que contribuyen al efecto invernadero:
  • Eliminar subvenciones e introducir impuestos medioambientales en el uso de fertilizantes químicos y energía.
  • Mejorar la eficacia del uso de fertilizantes.
  • Desarrollar variedades de arroz que emitan menos metano.
  • Mejorar la gestión de los residuos del ganado.
  • Restaurar tierras degradadas.
  • Mejorar la gestión de los residuos de los cultivos.
  • Expandir la explotación agroforestal y la reforestación.
  • Desarrollar y distribuir variedades de cultivos y razas de ganado resistentes a sequías, tormentas e inundaciones, temperaturas más altas y condiciones salinas
  • Mejorar el rendimiento en el uso del agua mediante: agricultura no-labranza/de conservación en zonas de secano.
  • Aplicar precios apropiados al agua, gestión y tecnología en superficies de regadío.
  • Promocionar las explotaciones agroforestales para aumentar la resistencia del ecosistema y mantener la biodiversidad.
  • Mantener la movilidad del ganado en zonas de pastoreo sujetas a sequía.

El agua de lluvia se lleva consigo el fertilizante de las tierras agrícolas, el cual puede contaminar los cuerpos de agua dulce y causar floraciones de algas que emiten gases de efecto invernadero.

Para finalizar, los especialistas advierten que “el cambio siempre es difícil, pero si tienes la ciencia y la voluntad y confías en las políticas, se puede generar un cambio real”.

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