Atención a las enfermedades de fin de ciclo de la soja

Es fundamental prestarles atención para lograr buenos rendimientos en el cultivo de soja.

Las EFC están constituidas por bacterias y hongos que provocan importantes pérdidas de rendimiento en la soja: en promedio generan un daño de entre un 8 y un 10% y pueden llegar hasta un 30%. Esto se debe a que, al afectar principalmente a las hojas, la capacidad del cultivo para captar la luz del sol disminuye y por lo tanto lo mismo ocurre con su rendimiento.

Asintomática pero presente

En los últimos años ha crecido la incidencia de las EFC debido al monocultivo de soja bajo siembra directa, ya que los agentes de estas enfermedades pueden sobrevivir en los rastrojos y, sin una adecuada rotación, estarán presentes para desarrollarse en el próximo cultivo.

Estas enfermedades poseen un período de latencia largo, es decir que pueden estar presentes en el cultivo pero no visualizarse los síntomas hasta que comienzan a aparecer en estadios reproductivos, cuando el cultivo no puede compensar la pérdida de hojas ya que sus recursos están destinados al llenado de granos.

Estrategias de control

Se recomienda el manejo integrado de enfermedades, con monitoreo continuo y periódico del cultivo, tratamiento de semillas y rotación adecuada, junto con la alternancia de principios activos para evitar la generación de resistencia.

En cuanto al uso de fungicidas, los momentos en los cuales hay que estar más atentos es cuando comienza el período reproductivo (o comienzo de floración), entre los estadios R2 y R3 de la escala Fehr y Caviness, etapa que constituye el período crítico del cultivo. Aquí es cuando más se deberá intensificar el monitoreo, extendiéndose hasta R6, que es cuando comienza el llenado de granos. El monitoreo consistirá en tomar plantas al azar y cuantificar la cantidad de folíolos que presenten algún signo de enfermedad, obteniendo la incidencia de la enfermedad como número de folíolos enfermos respecto de los sanos.

La decisión de aplicar entre R2 y R3 estará basada en la expectativa de rendimiento. En aquellos de alto rendimiento se recomienda aplicar cuando la incidencia de la enfermedad de encuentre en un 20%. Por el contrario, en cultivos de bajo rendimiento se podrá extender la decisión de aplicar hasta un 30% de incidencia*. También se deberá tener en cuenta si viene de antecesor soja y si presentó síntomas de alguna enfermedad foliar durante el período vegetativo, lo que incrementará las posibilidades de que aparezcan las EFC.

Otro punto muy importante a tener en cuenta es que las EFC se desarrollan únicamente cuando existen condiciones de humedad, es decir presencia de lluvias normales o por arriba de la media de la zona. Esto significa que si el cultivo transcurre las etapas reproductivas en condiciones secas o de baja humedad no será necesaria la aplicación.

Leer las etiquetas

Cabe destacar que la aplicación de fungicidas deberá estar basada en fundamentos ecológicos, económicos y sustentables, y deberá realizarse de manera eficiente, evitando derivas. Para ello es vital conocer cuál es el número de gotas por centímetro cuadrado y el tamaño de gotas adecuado a cada producto, el volumen de aplicación y las condiciones ambientales correctas para la realización. Esta informacion está disponible en las etiquetas de los productos, que deben leerse a conciencia para lograr una aplicación responsable.

Fuente: Casafe