BCCBA: derecho de exportación desincentiva agregado de valor en Soja

La molienda de soja en la campaña 2017/18 se redujo producto de la sequía y, con un total de 28,6 millones de toneladas procesadas, se convirtió en el volumen más bajo de las últimas seis campañas. La caída podría haber sido mayor, pero fue parcialmente mitigada por el consumo de stocks del poroto que pasaron de 8,2 a 4,4 millones de toneladas. En este nuevo escenario, la eliminación del diferencial en las alícuotas de los derechos de exportación al complejo sojero aumentaría la exportación del poroto sin procesar a costa de una menor producción de aceite y pellets.

Informe BCCBA: las medidas económicas desincentivan el agregado de valor en Soja

Por motivos económicos y avances tecnológicos, el área cultivada de soja se multiplicó por dos en los últimos 20 años, pasando de 8,8 millones de hectáreas en la campaña 1999/2000 a 17,6 millones de hectáreas en la campaña actual. En conjunto con un mayor rendimiento por hectárea, la producción más que se duplicó en igual período, llegando en la actualidad a volúmenes promedio de 54 millones de toneladas. El complejo sojero representa alrededor del 30% de las exportaciones de Argentina, lo cual lo convierte en el principal rubro exportable del país y, por ende, en la principal fuente de generación de divisas. Dentro de las exportaciones del complejo sojero, la harina de soja es la más importante representando el 60% de las mismas, seguido por el aceite de soja con una participación del 20%.

Al mismo tiempo, el Estado ha gravado las exportaciones de la soja y sus derivados con distintas alícuotas. Hasta el año 2002, tanto los pellets como el aceite, productos principalmente orientados al mercado exportador, tenían una alícuota insignificante o nula con el objetivo de fomentar el agregado de valor ya que permitía a las compañías aceiteras afrontar el costo de ingresar a mercados donde los países importadores imponen barreras arancelarias y pararancelarias en ambos productos1 . De esta manera, el diferencial entre los derechos a la exportación de productos primarios y productos manufacturados intentan compensar la menor competitividad de una rama de la producción por los obstáculos que enfrenta para el ingreso de sus productos procesados a otros mercados. Respecto a la magnitud de las alícuotas, estuvieron ligadas a diferentes objetivos de política de acuerdo con los intereses del gobierno de turno: controlar precios internos, promover el desarrollo de determinadas actividades económicas y/o generar ingresos fiscales2 . Desde su implementación, los derechos de exportación para el poroto se ubicaron siempre por encima de los subproductos. Sin embargo, a partir de agosto de 2018 los derechos de exportación se igualaron para los principales componentes del complejo sojero. Este hecho, genera un desincentivo para transformar la materia prima en origen debido a que se elimina la ventaja en términos de precio que tenían los subproductos.

En este nuevo contexto y sumado a la fuerte sequía que afrontó la producción agrícola durante la campaña 2017/18, la molienda de soja al mes de diciembre (último dato disponible) se ubica en 28,6 millones de toneladas cuando aún restan tres meses para la finalización del ciclo comercial, convirtiéndose en el volumen más bajo de las últimas seis campañas. Respecto a igual período de la campaña pasada representa una merma en la industrialización de más de 4 millones de toneladas.

En la provincia de Córdoba se encuentran instaladas más de 50 empresas dedicadas a la molienda de soja, siendo sus principales productos la harina y aceite y, en menor medida, biodiesel. Para la campaña 2018/19, la industrialización de la oleaginosa se encuentra en uno de los niveles más bajos de los últimos cinco años con 1,6 millones de toneladas procesadas a diciembre de 2018 (último dato disponible). La menor industrialización se reflejó en una fuerte caída en las exportaciones para la campaña 2017/18 las cuales registraron el menor valor de los últimos nueve años con 26,3 millones de toneladas.

Los productos industrializados que Argentina produce a partir de la soja llegan a más de cien destinos, diversificación que es imposible alcanzar con la colocación de materias primas oleaginosas. La existencia de una industria procesadora local activa, que compite efectivamente por la compra de soja en el mercado interno, posibilita no solo el diferimiento de la oferta en el tiempo, sino también una activa presencia de la producción argentina en el mercado internacional a través de todo el ciclo comercial internacional. La eliminación del diferencial en las alícuotas provocaría un menor ingreso por exportaciones en el futuro y generaría mayor incertidumbre para los productores de oleaginosos, al restar el soporte que para los precios significa una demanda diversificada y competitiva a lo largo de todo el año. Sin embargo, estos cambios no son instantáneos debido a factores estructurales propios de la industria aceitera y a compromisos comerciales ya pactados con el exterior que deben cumplir. Esta situación explica porque la molienda de soja no se vio muy afectada por la igualación de las alícuotas en los meses inmediatos posteriores a su implementación. La molienda en esta última campaña se redujo principalmente por la menor disponibilidad del poroto de soja, producto de la sequía en la campaña pasada y fue parcialmente mitigada por el consumo de stocks que pasaron de 8,2 a 4,4 millones de toneladas. En el escenario actual es más rentable exportar el poroto sin procesar, lo cual podría generar una menor actividad en la molienda de soja comparando con años con volúmenes similares de producción. Para la campaña 2018/19, de acuerdo con datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), se estima una recuperación en las exportaciones de poroto, harina y aceite como consecuencia de un mayor volumen de producción esperado. Los efectos del nuevo esquema de derechos de exportación para el principal complejo exportable de Argentina serán visibles en el mediano plazo.

Fuente: Departamento de Economía. Bolsa de Cereales de Córdoba.

Foto: Planta Pronor