Bioetanol: la industria apuesta a que se incremente el corte obligatorio en naftas.

Con 20% de capacidad ociosa, las industrias maicera y azucarera abastecen al mercado doméstico de bioetanol. Es necesario un aumento del corte en naftas y una mejora de precios. En agosto, el bietanol de maíz cayó a un mínimo histórico de US$ 0,44/lt.

En el esfuerzo de lograr una matriz energética más sustentable, Argentina impuso desde 2010 un corte obligatorio de etanol en la nafta del 5% (E5). En enero de 2014 la mezcla exigida aumentó al 9% y en febrero se elevó el corte al 10%. Dos años después, en 2016, el requerimiento de mezcla de etanol en naftas fue elevado al 12% (E12), y se mantiene en ese porcentaje desde entonces. Este último incremento del 2% en el corte debió ser otorgado a la industria azucarera de etanol. La ley determina, además, que la participación de etanol de maíz y etanol de azúcar en el total deberá mantenerse en proporciones idénticas. 

Según lo relevado por el Servicio Agrícola en el Exterior (FAS, por sus siglas en inglés) del USDA, la producción argentina de bioetanol se mantendría estable durante 2019, alcanzando 1.110 millones de litros. El consumo también se mantendría en valores similares a los de 2018, con una participación en las naftas de alrededor del 11,6%, en línea con la participación de los últimos dos años. 

El consumo de naftas está estrechamente relacionado al nivel de actividad económica del país. El principal motor de consumo para los combustibles líquidos en Argentina son los rodados (automóviles, autobuses y camiones) y, en menor proporción, la generación de energía. La nafta continúa ganando terreno en detrimento del gasoil en el mercado local, aunque el cambio en el patrón de consumo hacia naftas con mayor corte de bioetanol y vehículos propulsados 100% a biocombustibles o electricidad es aún muy lento. Sin embargo, es precisamente allí donde reside el mayor potencial de crecimiento para el etanol, y a pesar de los rumores de una suba del corte al 15% o al 27%, actualmente no existen políticas orientadas a imponer este cambio. 

La industria del bioetanol ha apostado a ampliar su capacidad productiva, sin embargo, el corte E12 no se modifica desde hace cuatro años. La capacidad ociosa del sector da fuerza al reclamo de las provincias productoras de bioetanol que buscan un incremento en el corte hasta niveles similares a países vecinos. 

La experiencia de otros países latinoamericanos como Brasil y Paraguay, donde el corte obligatorio para la nafta llega al 27%, indica que esta participación no compromete el buen funcionamiento de los automóviles. El caso brasileño es especialmente pertinente al sector de bioetanol argentino ya que ambos países tienen una flota automovilística muy similar con fabricación conjunta de numerosos modelos de autos.

La participación porcentual del bioetanol se mantiene en niveles similares desde 2017, sin embargo, el uso de la capacidad instalada ha caído desde entonces pasando del 92,5% en 2017 al 79% en 2019. El aumento de la capacidad ociosa se explica por la incorporación de cinco refinerías que incrementaron en un 16,7% la capacidad instalada nacional pero cuya habilitación no estuvo acompañada de un incentivo de demanda para el bioetanol. Por otro lado, las posibilidades de orientar al sector hacia el mercado externo son escasas en el corto plazo ya que el mercado estadounidense permanece cerrado y la Unión Europea continúa limitando la entrada del bioetanol por volumen y precio. 

A consecuencia de esto, y tomando como referencia la realidad brasileña, la industria argentina también aspira a un corte obligatorio de 27% de bioetanol en naftas. Las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires agrupadas en la “Liga de provincias bioenergéticas”, promueven la producción, uso y comercialización del bioetanol y el biodiesel. Los reclamos apuntan a aprovechar de manera más eficiente los bienes de capital instalados en el país al mismo tiempo que se mejora la sustentabilidad del transporte en Argentina, un país que depende fuertemente de los rodados en movilidad de pasajeros y comercio interno. Sin embargo, la posición del Estado Nacional de cara a la expiración del régimen promocional de biocombustibles en 2021 se orienta a flexibilizar y liberalizar este mercado, dada su imposibilidad de continuar apoyando al sector en el contexto de lograr el déficit cero.

Desde el mes de octubre de 2014 el precio del bioetanol en Argentina se diferencia según tenga su origen en la caña de acúzar o el maíz. El precio del biocombustible había sido fijado en $ 23,24 por litro en agosto, un 3% por encima del precio en pesos establecido para julio cuando el dólar cotizaba estable y el precio del maíz tendía a bajar. Sin embargo, en el mes de agosto el dólar se apreció un 25% frente al peso argentino y el valor del maíz comenzó a recuperarse, alterando consecuentemente al mercado del bioetanol de maíz. De esta forma, el precio del bioetanol de maíz para el mes de agosto medido en dólares cayó a US$ 0,44/lt, convirtiéndose así en el mínimo historico al caer por debajo del valor alcanzado en septiembre de 2018 (US$ 0,45/lt).

Además, la relación bioetanol/maíz cae a 3,58 kilos de maíz por litro de bioetanol, un ratio que se ubica muy por debajo del promedio mensual en agosto de los últimos cuatro años de 5,72 kilos por litro.  

El incremento del corte de bioetanol en naftas permitió que la producción argentina del biocombustible se multiplicara ocho veces en el período 2010-2017. Sin embargo, la producción de bioetanol en los últimos años no mostró mayores cambios, ya que no aumentó el consumo nacional de naftas, no se elevó el corte obligatorio ni se reactivaron las exportaciones.

En la hoja de balance del USDA para el bioetanol utilizado como combustible en Argentina se desprende que en el período 2010-2017 la producción nacional de etanol se ha multiplicado casi ocho veces, pasando de 125 millones de litros a 1.105 M litros. Este salto productivo exponencial estuvo acompañado de un importante incremento en el corte efectivo de la nafta que pasó de 1,9% en 2010 a 11,6% en 2017, así como de un aumento del 60% en la demanda de nafta. 

Desde 2017, ni el porcentaje de mezcla ni el consumo interno de nafta sufrieron cambios considerables, por lo que tampoco se percibieron mayores cambios en la producción local de bioetanol entre 2017 y 2019. En el caso del consumo de nafta, éste está estrechamente vinculado al nivel de actividad económica por lo que resulta lógico que no haya mostrado aumentos en los últimos años y que se espere una caída marginal en el consumo anual de 2019. Esta realidad hace esperar que sólo un incremento en el corte obligatorio de la nafta pueda motivar una suba en la producción de corto plazo. 

En lo que refiere a comercio internacional, en junio de 2019 el Mercosur y la Unión Europea firmaron un importante acuerdo que alcanza a la comercialización del biocombustible. El acuerdo prevé exportaciones de bioetanol originado en países del Mercosur por 570 millones de litros para uso industrial sin tasas de exportación y otros 250 millones de litros para uso como combustible con una tasa a la importación mínima. Ambas medidas se implementarán gradualmente en los próximos 6 años. Los países miembro del Mercado Común del Sur negociarán las cuotas de exportación y se espera que Brasil obtenga la mayor proporción, secundado por el bioetanol argentino y el tercer lugar el paraguayo.