Buscan acordar parámetros mínimos para el uso de plaguicidas en los productos agrícolas

Promueven equidad en el comercio mundial para garantizar inocuidad.

Delegados de los países de América y Asia empezaron a discutir el impacto de los residuos de plaguicidas en el comercio mundial de alimentos con el objetivo de disminuir su aplicación en los productos agrícolas para llevar una equidad a nivel global. El objetivo es promover un mercado que garantice la inocuidad de lo que luego se llevarán a la boca los consumidores.

En el encuentro organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), que contó con la participación de 58 representantes de 18 naciones, se analizaron la normativa en el uso de plaguicidas con el fin de ir delineando un equilibrio entre consumidores, agricultores y intereses comerciales.

Para el especialista en Sanidad Agropecuaria e Inocuidad de los Alimentos del IICA, Erick Bolaños, «la presencia de plaguicidas no es un problema a futuro sino, por el contrario, es hoy una condición que puede hacer que un productor o un país pueda o no ingresar en un mercado».

En el último tiempo países como Estados Unidos o Canadá activaron medidas que se engloban en el marco de las políticas de seguridad alimentaria que ya vienen haciendo otros con el objetivo de proteger la salud de los consumidores, dado éste a partir del creciente aumento de los incidentes sanitarios. Europa es otro de los que lleva la vanguardia en materia de importar productos inocuos.

Frente a esto, Bolaños señaló que «el desafió de la región es poder hacer que las normas público y privadas puedan regirse por fundamentos científicos y armonizadas con las reglas internacionales».

En ese sentido, un trabajo elaborado por Gustavo Idígoras y Sabine Papendiek, a pedido del Ministerio de Ciencia y Tecnología, denominado «El futuro de las tecnologías en el año 2020 a nivel mundial en los complejos productivos industriales», destacó que hoy no existe inversión y desarrollo para la introducción de tecnologías salvo en empresas líderes en sectores de alto consumo.

En esa línea es necesario que todos los actores de la cadena alimentaria empiecen a comprometerse con las exigencias externas, y para eso hace falta un consumidor interno que reclame la trazabilidad en la góndola.

En el plano local, Argentina es uno de los países con menor incidencia de residuos detectados en granos a partir de poseer un sistema de evaluación agroecológica y ecotoxicológica que lo tienen sólo las naciones desarrolladas.

Sin embargo, el girasol suele ser el commodity que más trabas genera a partir de que no hay similitud de aprobación con los países que lo importan. Por ende, en este caso, el problema pasa por un tema más comercial que a nivel salud, dado que los residuos se evaporan en la elaboración del aceite.

Por lo pronto, las buenas prácticas agrícolas (BPA) son la herramienta más fuerte para mitigar los residuos de plaguicidas.

En tal sentido, y bajo la necesidad de producir cada vez más alimentos, está el desafío de la productividad, el cual sólo puede lograrse con sistemas sustentables en lo que hace al uso de recursos como agua, suelo, fertilizantes y agroquímicos, bajo un ordenamiento y correcta aplicación.