Ciclo 2015/16 amenaza con batir todos los récords de dificultad

Si habitualmente los planes de siembra de cada campaña son complejos, el ciclo 2015/16 amenaza con batir todos los récords.

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Si habitualmente los planes de siembra de cada campaña son complejos, dado el riesgo climático y de mercados a futuro que implican, el ciclo 2015/16 amenaza con batir todos los récords de dificultad, y de ahí los atrasos que se están registrando en cerrar los acuerdos de alquileres agrícolas.

Tanto arrendadores como arrendatarios no están logrando encontrar la fórmula final. Los primeros se resisten a bajar los niveles de alquileres, que tuvieron sus picos hace 7-8 años, cuando los precios internacionales eran récord y, vale recordar, cuando todavía actuaban en el mercado local los vapuleados pools de siembra, encargados de alquilar y financiar buena parte de los cultivos anuales, especialmente, en las zonas típicas de donde se retiraron hace ya tres campañas, lo que coincidió también con el inicio de la baja fuerte de los granos, y que llevó además a la paulatina disminución de los alquileres.

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Pero desde entonces no sólo se retiraron estos capitales, que fueron buscando mejores aires, sino que la presión impositiva siguió en aumento, y las cotizaciones internacionales de los commodities fueron debilitándose hasta ahora.

Con estos datos, la realidad cambió sustancialmente, lo que provocó un fuerte deterioro de la rentabilidad agrícola al punto que hoy hay cultivos tradicionales que son inviables aun en campos propios. Imposible pensarlos en campos alquilados.

Otro elemento de muy fuerte incidencia es el flete, que juega en forma negativa. En términos globales, se están tomando como límite los 350-400 km a puerto/fábrica, lo que también saca de mercado un volumen muy grande de superficie en la que se hizo agricultura estos años.

Alquileres en crisis

Ya en tiempo de descuento, el balance indica que en materia de alquileres las bajas son generalizadas, aunque mayores a medida que se sale de las zonas típicas y/o las distancias son mayores. «En general, los que alquilaban fuerte están bajando los precios, y también se ven muchos campos enmalezados, lo que indica que no se alquilaron todavía», señala Pablo Bressa, asesor CREA en zona núcleo.

Otros, más drásticos, indican que «el negocio agrícola sobre campo alquilado (que era la mayoría) se acabó, y eso determina que algunos propietarios se hayan decidido, finalmente, a explotarlos ellos mismos, pero ahí se enfrentan con otra cuestión, que es la falta de liquidez.

«Para los campos que hasta fines de julio no estén formalmente arrendados se abre una instancia distinta, que es la de esquemas asociativos en la cual intervienen a) el campo, b) el contratista que aporta laboreos, siembra y eventualmente cosecha, y c) el proveedor de insumos. Se apunta a sembrar sin plata, pero en virtud de la valorización de los respectivos aportes, se reparte el ingreso neto resultante a la cosecha«, explica el especialista Mario Arbolave, quien agrega, además, que «la baja de los arrendamientos expresada en quintales por hectárea está registrando un alargamiento de los plazos de pago. No habría que descartar que una buena parte se termine pagando a cosecha«, dice el director de la revista Márgenes Agropecuarios.

Propietarios e inquilinos, en una encrucijada

Para tener una idea de la encrucijada que enfrentan propietarios e inquilinos, Julio Lautier, también asesor CREA, destaca que «el flete es determinante, ya que a 500 km de puerto, el 50% de la carga es para pagar el flete. Y si bien el promedio de los arrendamientos bajó entre un 20% y un 25%, el descenso es mayor en dólares, porque hasta ahora estaban muy atrasados y, si la cuenta se hace en pesos, con la baja en los precios de los granos, la caída ronda el 50%».

De ahí que los propietarios resistan la renegociación a la baja. Sin embargo, del otro lado, para el que arrienda, la ecuación en muchos casos sigue siendo negativa, aun con las quitas, debido a los crecientes rindes de indiferencia que exige cada planteo por el aumento de costos. El problema, además, está en que son pocas las zonas que alcanzan -potencialmente- esos niveles de producción que, en general, se ubican por encima del promedio de la zona, y es una de las razones que justifican que todavía haya muchos campos sin cerrar acuerdo.

Opción de no alquilar

Pero también es difícil la opción de no alquilar, puesto que el costo de infraestructura, impuestos, etc. obliga a algún ingreso para afrontarlos, ya que el costo del dinero está muy alto y «las tasas de interés son impagables«, dicen en el interior.

El análisis se está haciendo campo por campo, y cada caso es un planteo distinto, lo que incluye cambios en los cultivos como la cebada para sustituir al trigo o el maíz Flint (colorado), que tiene bonificaciones de u$s 25 por tonelada. «En muchos casos, la baja forzada en el arriendo va de la mano de una escala según rinde, en virtud de la cual, si los rendimientos estuvieran por encima de una base acordada (por ejemplo, 33 qq/ha en algún caso, o 36 qq/ha en otros, según los costos y la distancia a puerto), se le reconocería al campo una participación del 30% del diferencial de rindes sobre la base acordada. Los arriendos del tramo fijo (7 qq/ha) cotizan a precio lleno, soja mayo/16, en tanto los quintales excedentes cotizan a precio mayo/16 neto de gastos de comercialización», explica, a modo de ejemplo, Arbolave.

Mientras tanto, la ganadería respira

Mientras esto sucede con la agricultura y todos coinciden en la fuerte caída que se va a registrar en el trigo y en el maíz, y el probable nuevo avance del área sojera, para los campos ganaderos el escenario es algo más estable. «Los campos ganaderos en la zona de cría bonaerense rondan los 50-60 kilos de carne por hectárea/año, y hasta 70 kilos si son un poco mejores», sostuvo Ignacio Gómez Alzaga.

Según este especialista, los campos ganaderos vuelven a ser competitivos. «Los que en la campaña 2013/14 se pagaban hasta 10 quintales de soja para arrendar ahora están a 6 quintales, y eso equivale aproximadamente a 70 kilos de carne», dice. De todos modos, ese planteo tampoco es para cualquiera. Sólo los que mantuvieron la estructura ganadera (aguadas, molinos, alambrados, etc.) hoy podrían volver.

Fuete: Ámbito