Cómo enfrentar el Mal de Río Cuarto

El virus del mal del Río Cuarto (MRCV) causa importantes pérdidas de rendimiento en el cultivo de maíz dependiendo de las condiciones ambientales de cada campaña.

La enfermedad, endémica del departamento cordobés del mismo nombre, es la más perjudicial para esta gramínea, por eso, tomar a tiempo las mejores decisiones de manejo es decisivo para lograr una menor incidencia de la virosis y mejores resultados a la hora de la cosecha. El Ing. Agr. Julián García, referente en la materia, brindó recomendaciones agronómicas para hacer frente al MRCV en una jornada virtual a campo organizada en Río Cuarto por la empresa semillera KWS. Precisamente allí, la compañía desarrolló un infectario para poner a prueba y estudiar el comportamiento de distintos híbridos frente al ataque de patógenos, a fin de generar información que les sirva a los productores para tomar las mejores decisiones de manejo.

“Una de las principales estrategias para hacer frente al MRCV es la elección de la fecha de siembra, escaparle a las siembras de noviembre donde por lo general tenemos los picos poblacionales de Delphacodes kuscheli (nombre vulgar chicharrita), el vector del virus”, señaló García.

Según el ingeniero, otro de los puntos fundamentales “para determinar cómo viene la población del vector según el año, es el monitoreo”. Además, remarcó la importancia de “entender las condiciones de siembra, la humedad y calidad del suelo, y los distintos comportamientos de los híbridos”. El especialista recomendó poner énfasis en la protección del cultivo en los primeros estadios de desarrollo y usar terápicos de semillas “que hacen a la protección del material además del mejoramiento genético”.

En la última campaña, en el departamento Río Cuarto predominaron las siembras tardías de maíz por falta de condiciones ambientales adecuadas en fechas tempranas, por eso, el ingeniero llamó a “hacer un buen seguimiento de los cultivos ya que si no se hicieron aplicaciones de fungicidas foliares, el tizón (muy presente en 20/21) va a seguir avanzando en algunos materiales y eso puede hacer que se tenga que adelantar la cosecha para evitar el vuelco del maíz y pérdidas aún mayores”.

Tal como dijo García, el perfil sanitario de los cultivos se va creando año a año: “Lo podemos ir modificando con los ambientes, con la situación de producción que le damos al cultivo, por eso hay que monitorear y tomar oportunamente las decisiones de aplicación”.

El mejoramiento genético ha permitido ampliar las ventanas de siembra de maíz. Por otro lado, de acuerdo al ingeniero “también se produjo una cuestión de cambio climático que hizo que fechas a las que les escapábamos, como enero, ahora no sean tan complicadas”. Por eso, consideró necesario y relevante generar información para la toma de decisiones a partir del estudio del comportamiento de los híbridos en campos experimentales con alta presión de la enfermedad.

Además, anticipó que se está trabajando en una recalificación de los niveles de pérdida de rendimiento en relación con los grados de infección ya que se pudo observar que a similares severidades que años anteriores, en la actualidad las mermas de rinde son menores debido al mejoramiento genético de los materiales.

Clarín Rural