Con más ventas, fabricantes de máquinas agrícolas se reinventan para la exportación

Distintos casos evidencian la tendencia de las empresas, cada vez más fuerte, a la modernización y eficiencia, en busca de bajar el «costo argentino»

Con más ventas, fabricantes de máquinas agrícolas se reinventan para la exportación

La definición del Presidente de la entidad que agrupa a las empresas del sector resulta clara: «estamos en la etapa de fuerte inversión en tecnología y mejora de procesos». Tras el año de despegue, que para el sector fue el año pasado, después de largos años de baja producción, el 2017 se perfila como el año de la «consolidación».

Raúl Crucianelli, Presidente de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA) destacó que esta temporada se trabaja en el sector con un «buen nivel de actividad», lo que llevará a un crecimiento en ventas de entre un 30% a 40% respecto al año pasado. Los datos del Indec lo avalan: la venta de maquinaria agrícola alcanzó durante el primer semestre del año, una facturación de $ 14.015 millones, 91,4% más contra el primer semestre de 2016. Tanto implementos como cosechadoras, tractores y sembradoras registraron fuertes alzas.

 

 

Las políticas del Gobierno de impulso a la cosecha agrícola motorizó la industria, así como también esas políticas están permitiendo el ingreso de máquinas importadas en gran cantidad (alzas del 326%, 277% y 151% en venta de implementos, tractores y cosechadoras de origen importado en el primer semestre), un panorama que está obligando a las fabricantes locales a tomar recaudos, y a la necesidad de bajar los costos para competir. «El costo argentino pesa mucho. De a poco se está empezando a exportar más pero no podemos competir con países como Brasil. El 50% del costo de una máquina son impuestos», advierte Crucianelli.

 

 

En este contexto, la fabricante Pla, especializada en pulverizadoras, decidió encarar desde 2015 un proceso de rediseño y profesionalización de sus procesos, que la llevó a invertir más de $ 6 millones en capacitación de personal y desarrollo de productos. «Bajamos 7% el costo de fabricación por la nueva tecnología y nuevos materiales, y hasta un 20% del costo de mano de obra», afirmó Santiago Cazes, CEO de la compañía que en 2013 fue adquirida por el fondo de inversión internacional Pampa Management.

 

 

Según cuenta Cazes, el concepto que impulsa hoy la compañía, obligada por el contexto de mayor competencia, es el modelo de gestión basado en la capacitación y mejora contínua para evolucionar a una cultura de estándares internacionales. «Buscamos alta producción y mucho control de impacto del medio ambiente, combinado con agricultura de precisión. Hoy somos reconocidos en este sentido», afirmó. Con 400 empleados, la compañía pasó de tener el 29% del mercado de pulverizadoras en 2015 al 42% el último año en el país.

 

 

Un proceso similar encaró Industrias Montecor, empresa cordobesa que cuenta con una planta de producción especializada en tolvas, mixers y maquinaria para henificación, donde implementó nuevas metodologías en busca de mayor competitividad. Implementó «Lean Manufacturing», una metodología que permite aprovechar recursos, tanto humanos como en maquinaria, y reducción de tiempos muertos para un menor coste.

 

 

«Trabajamos según las exigencias del mercado, ajustando la producción a la demanda, logrando flexibilidad para adaptarnos a los vaivenes del sector», señaló Marcos Roldan, Gerente Industrial de la compañía, que cuenta con una red de más de 200 distribuidores y exporta a países como Paraguay, Uruguay, Chile, Bolivia, Venezuela.

 

 

En el sector, las exportaciones están comenzando a mostrar niveles de crecimiento. Fuertemente afectadas en los últimos años (cayeron de u$s 369 millones en 2012 a u$s 125 millones en 2016) este año se espera que trepe hasta u$s 149 millones, según las proyecciones de Ieral. Para Crucianelli la quita de la tasa a la exportación (del 5%) y el reembolso del 6% más ágil, impulsó las ventas. En su empresa (Crucianelli, cuya planta está ubicada en Amstrong, Santa Fe) encara una inversión de entre u$s 6 y u$s 7 millones en infraestructura y maquinaria para afrontar la mayor competencia que representan los modelos importados.

 

 

En el caso de Pla, su foco también contempla competir en el exterior, como en el caso de Brasil donde está por cerrar un acuerdo de producción de pulverizadoras de alta tecnología. «Ya tenemos una fábrica y crecimos al 45% este año, pero todavía con una cuota muy chica. Tenemos la visión de llegar en algún momento al mercado de los Estados Unidos», comentó Cazes, al tiempo que para el 2022 proyecta crecer hasta los tres primeros fabricantes en el segmento de sembradoras a nivel local.

 

CRONISTA