CREA: Análisis de la situación económica en el país y el impacto en la producción.

Durante los últimos meses la economía local ha transitado un período de fuertes cambios con gran impacto en las empresas agropecuarias. Entre los cambios, se destaca la implementación de un nuevo régimen de derechos de exportación, cambios en la política monetaria del Banco Central de la República Argentina y las nuevas condiciones acordadas para el préstamo del Fondo Monetario Internacional.

Según indicaron desde CREA, los puntos salientes de la situación actual son:

  • Elevados costos financieros
  • Retracción del mercado interno
  • Ganancia de competitividad para el sector exportador

Así, el impacto de la volatilidad macroeconómica ha sido heterogéneo, por un lado se generan condiciones de mejora en la competitividad para el sector exportador y en la producción agrícola. Sin embargo, las actividades ganadera y lechera se ven fuertemente afectados por la presión de los costos dolarizados vía devaluación y de los costos pesificados vía inflación.

«Esto se debe a que los aumentos en términos corrientes del precio de sus principales productos no alcanzan a compensar los aumentos en los costos«, explicaron desde CREA.

En las actividades productivas, el impacto de las variables macroeconómicas puede tener dos vías de efecto: «Una mediante los precios de venta y otra mediante los costos (aumento por costos dolarizados y aceleración de la inflación)», explicaron desde CREA.

De esta forma, una manera de unificar la relación de estas variables es por medio de cuantificar la relación Insumo Producto, que expresa cuantas unidades de producto se necesitan para comprar una unidad de insumo o servicio.

De acuerdo al relevamiento de CREA, para el caso del cultivo de soja con las condiciones actuales de precio se necesita un 31% menos de producto que el promedio del último año para cubrir un sueldo de un empleado rural, un 36% menos que el promedio de los últimos 2 años y un 33% menos que el promedio de los últimos 5 años.

En el caso del gasoil, glifosato y la compra de una pick Up la relación actual es favorable respecto al promedio de los tres años de comparación. En el caso de la Urea, se necesita un 10% más que el promedio del último año y un 12% y 1% más que el promedio de los últimos 2 y 5 años respectivamente.

«Si bien la situación actual, en general, pareciera ser más favorable para el agricultor, es importante seguir la evolución de la inflación sobre los costos pesificados, debido a que, tras una devaluación como la ocurrida en Argentina, estos tienden a recuperar valor en un ritmo más lento producto del pase a precios vía inflación«, explicaron.

Para la ganadería la situación actual en general es desfavorable, respecto a los períodos analizados: «En la mayoría de los insumos, tanto para la actividad de cría, como para el engorde, hoy se necesita mayor cantidad de producto para acceder a los mismos«.

En el caso de los salarios, que todavía no se han actualizado respecto a la inflación hoy se necesitan menos kilos de ternero que el promedio del último año y los últimos 2 años, mientras que en el caso del novillo, hoy se necesitan menos kilos para cubrir un salario, que el promedio del último año, y últimos 2 y 5 años.

La relación Novillo-Maíz es la más afectada en la actualidad, necesitando un 17% más de novillo que el promedio del último año, para comprar una tonelada de maíz, un 26% más que el promedio de los últimos 2 años y un 42% más que el promedio de los últimos 10 años.

Durante los últimos meses el precio de la carne recuperó valor respecto a la inflación: «Si bien el poder adquisitivo del mercado interno cayó, las exportaciones han servido para absorber una posible sobreoferta que hubiera impactado en una baja en el precio de la misma».

En el caso de la lechería, las relaciones Insumo-Producto reflejan una desmejora en el negocio aún mayor que en la ganadería. Si bien se necesita menos producto para cubrir el salario de un empleado, deberá verse en el corto plazo como se ajusta esta variable.

Respecto a la mejora en la relación de compra con la vaquillona preñada, esto se debe a la merma en la expectativa del negocio, que afectan al precio de esta categoría.

Por otro lado, se necesita un 25% más de leche que el promedio del último año para comprar una tonelada de maíz y un 31% y 41% más que el promedio de los últimos 2 y 5 años.

En el caso del pellet de soja la situación es aún peor, necesitando un 36% más que el promedio del último año y un 53% y 48% que el promedio de los últimos 2 y 5 años respectivamente. Es importante tener en cuenta que el costo de alimentación representa aproximadamente un 50% del costo total.

Al hacer la comparación con el mismo mes del año anterior, el índice de costos aumento 68%, mientras que el índice de precio aumento 33%. El mayor aumento se dio en el rubro alimentación, donde no solo se ve reflejado el aumento del dólar, sino también el de los granos y sus subproductos.

En el caso de la lechería, «el productor deberá maximizar la eficiencia en el uso de los recursos para poder apuntar a resultados positivos», concluyeron desde CREA.

Fuente: Agrofy News.