Destacan que Córdoba tendrá otra muy buena cosecha de trigo

Así se desprende de un informe de la Bolsa de Cereales provincial, que estimó que alcanzará los 4,15 millones de toneladas, el segundo registro más alto de los últimos diez años

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Las lluvias escasas, que en algunas zonas generaron un faltante de agua para los cultivos estivales, ocasionaron en cambio un ambiente favorable para el trigo, que alcanzaría el segundo registro de producción más alto en la última década, según datos de la Bolsa de Cereales de esta provincia.

La producción se ubicaría en los 4,15 millones de toneladas, cerca de un 20% menos que la campaña anterior. Si se la compara con el promedio histórico 2007/17 es un 84% más alta. El rendimiento promedio provincial es de 33,7 quintales por hectárea, un 4% menos que en 2016.

Los rindes promedio más altos se dieron en los departamentos Unión (48 qq/ha), Marcos Juárez (45 qq/ha), General San Martín (38 qq/ha) y General Roca (36 qq/ha), mientas que bajo riego ascienden a valores de entre 50 y 55 qq/ha en San Alberto y San Javier.

 

Los rindes más bajos se registraron en el norte provincial, con alrededor de los 17 qq/ha. Las mermas estarían dadas por las heladas en las primeras etapas del cultivo y por la falta de agua durante el periodo crítico.

La reducción estimada del 11% del área sembrada respecto a la campaña anterior también se reflejó en la superficie fertilizada, un 7% inferior. Respecto a la dosis aplicada, los planteos no lograron cubrir la demanda generada por el cereal. Así el aporte por hectárea cayó un kilogramo respecto al ciclo anterior.

 

La Bolsa señaló que el aspecto económico es una variable clave para determinar los niveles fertilizados. Luego de un 2016 en el que el precio del trigo se recuperó fuerte, al comienzo de la campaña 2017/18 la situación era diferente. En un año, bajó US$ 18. En junio la tonelada cotizó U$S 163 mientras el precio de la urea subió y el del fosfato cayó, pero menos.

De esta manera, indicó el informe, se explica por qué los productores disminuyeron el nivel tecnológico aplicado, ya que en términos relativos, la urea se encareció un 15% respecto al cereal y el fosfato diamónico un 4,5 por ciento.

Gabriela Origlia 

La Nación / Campo