El girasol podría crecer un 35% en el Chaco, según especialistas de Asagir.

ASAGIR realizó dos jornadas de actualización técnica en el NEA donde se abordaron las estrategias para el control de malezas, el cuidado de los suelos, el daño por aves y las perspectivas comerciales del cultivo. Allí se anunció la existencia de un híbrido experimental que evita el problema por aves y se hizo hincapié en las excelentes condiciones que presenta la zona para la expansión del girasol. 

girasol

Un importante grupo de productores y técnicos se dio cita la semana pasada en Pampa del Infierno y Charata, en la provincia del Chaco, donde la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR) realizó dos talleres de actualización técnica en el cultivo.


Después de ocho años de retenciones y en apenas un año, la superficie sembrada con girasol en el país creció un 40%. Solo en el Chaco el porcentaje de incremento en el área fue del 50%. Para la próxima campaña, la expectativa es lograr unas 700.000 hectáreas de girasol en el centro norte de Santa Fe y Chaco. Esta superficie significaría un nuevo crecimiento del 35% en la región. “Es un área posible de alcanzar -dijo el asesor económico de ASAGIR, Jorge Ingaramo, durante los encuentros- ya que fue la superficie que se sembró en la campaña 2007/08, antes de la suba de las retenciones”. Para el total país, el analista considera que es posible crecer otro 30% en una o dos campañas.

El productor del Chaco mira el nuevo ciclo con buenas perspectivas. Le antecede una buena campaña 2016/17 y precios de 280 dólares la tonelada que sumados a la bonificación por contenido de aceite hacen la poco despreciable cifra de 300 dólares la tonelada. A esto se suma una óptima disponibilidad de agua en el perfil.

Los productores de esta región producen lo que se denomina girasol primicia. Son las primeras toneladas de grano a las que la industria procesadora ubicada en Córdoba y Santa Fe puede echar mano. “Esta es la industria que procesa para el mercado interno y tiene una necesidad de aproximadamente 1,5 millón de toneladas. El resto de la producción, especialmente la del sur de la provincia de Buenos Aires se destina únicamente a exportación”, explicó Ingaramo y agregó: “estas plantas tienen que abastecerse rápidamente de producción entre el 15 de diciembre y el 15 de marzo, antes de que ingrese el aluvión de la soja. Y es la región del NEA la que provee de la mercadería”.

Así, el productor chaqueño tiene viento de cola para apostar al cultivo: buena humedad del suelo –“de abril hasta la semana pasada había 300 mm de agua acumulada”, dijo Graciela Guevara, de INTA Sáenz Peña-, hay un buen precio de partida y una demanda sostenida del producto.

Cuatro recomendaciones para cuatro dilemas

Como ocurre también con otros cultivos, los productores girasoleros del Chaco deben enfrentarse a una serie de desafíos de manejo agronómico que los obligan a trabajar con sintonía fina.

Aves. Una de las dificultades tiene que ver con moderar el daño por palomas y cotorras. En las jornadas organizadas por ASAGIR fue Sebastián Zuil, especialista de INTA Reconquista, quien aportó las novedades en la materia. Además de elegir híbridos inclinadores, reducir la densidad del cultivo al momento de la siembra, hacer buenos planteos productivos que potencien el peso del grano y anticipar la cosecha desecando el cultivo cuando llega el grano a 25% de humedad, Zuil llevó una novedad bajo el brazo. “Estamos trabajando en una nueva tecnología, un híbrido entre aceitero y confitero, con un tamaño de grano que la paloma no puede tragar y que no pierde tanto aceite por su incremento en el porcentaje de cáscara”, anunció el técnico. “Se trata de un híbrido que está en etapa de evaluación por parte de una empresa semillera y que creemos, según los ensayos realizados en Reconquista, que va a funcionar porque muestra escaso nivel de daño”, acotó Zuil.

Manejo del suelo. Verónica Sauer, de INTA Las Breñas, se refirió a la importancia de la rotación de cultivos en la preservación de las propiedades de los suelos. La especialista presentó estudios en los que después de 12 años concluyeron que la incorporación de gramíneas en un 50% dentro de la rotación permite mejorar la materia orgánica, la fertilidad y la calidad física del suelo. Los ensayos realizados en Las Breñas evaluaron monocultivo de soja contra rotaciones que van incorporando 25%, 33% y 50% de gramíneas en los sistemas de rotaciones en ciclos que duran tres años. “El mejor planteo es el que incorpora el 50% de gramíneas. Se va alternando maíz, girasol, trigos de verano como cultivo de cobertura, y soja como cultivo de prueba”, detalló Sauer.

Malezas. Graciela Guevara, especialista de INTA Sáenz Peña, dijo que una de las etapas más importantes para la siembra de girasol en Chaco es la del barbecho. “Tenemos que evitar que las malezas consuman agua”, acotó. La etapa que le sigue es la de implantación del cultivo, en el período temprano que va desde emergencia hasta seis hojas. “Es ahí donde se determina el período crítico de competencia”. Y la tercera etapa clave es el control de malezas en pre cosecha, “cuando aparecen las malezas primavero-estivales y hay que dejar preparado el lote para el cultivo siguiente”.

“Entre las malezas invierno-primaverales en girasol se encuentran parietaria y la algodonosa o peludilla. Más avanzado el cultivo está el yuyo colorado en sus dos versiones y empiezan a germinar las gramíneas estivales. Ahí hay que empezar a pensar en controlar las latifoliadas y gramíneas con herbicidas selectivos”, explicó Guevara.

Pero es el manejo integral de las malezas es la principal recomendación de la especialista. “En esta zona debemos recurrir tanto a estrategias químicas como a tácticas culturales: cultivos de cobertura, elección del híbrido más adecuado, muchas veces hay que pensar en intervenciones mecánicas y fundamentalmente en el manejo de herbicidas rotando modos de acción de acuerdo a la problemática específica que tiene cada lote”, enumeró Guevara.

Comercialización. “Argentina tiene el 7% de participación en el mercado mundial de girasol contra el 57% que tiene Ucrania”, especificó el asesor económico Jorge Ingaramo y recordó que es ese país quien sirve de referencia para el precio del cultivo en la Argentina. A su vez, el asesor destacó que, a diferencia de otros granos, el precio del girasol lo determina su aceite. Al explicar cómo se forma el precio de girasol en la Argentina, el economista especificó que la diferencia entre el precio FAS y el FOB son los costos de “fobbing”, que en los granos que se exportan tal cual son unos doce dólares pero en el caso del girasol la diferencia es mayor y esto se debe a que se trata de un grano que se industrializa en su totalidad por lo que cuenta con elevados costos e impuestos. “En la Argentina tenemos una herramienta como el SioGranos (https://www.siogranos.com.ar) que le permite a los productores conocer los precios de referencia pagados por la industria en cada región productiva. Se trata de una herramienta muy útil que le da transparencia al mercado de girasol”, puntualizó.

Para concluir, Ingaramo sostuvo que las perspectivas para el girasol en el mercado son muy positivas. “El consumo mundial creció el 4,4% anual acumulativo y la importación al 8,9% anual acumulativo. Es un mercado extremadamente dinámico. Ucrania, principal exportador, ya está en su tope de capacidad de crecimiento”, dijo.