EL MINISTERIO DE AGRICULTURA SE MOSTRÓ PREOCUPADO POR LAS CAMPAÑAS ANTI-AGROQUÍMICOS

El secretario de Agricultura, Gabriel Delgado, sentó la posición oficial en un evento organizado por las Cámaras de Tecnología Agropecuaria.

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No es usual que los funcionarios del Gobierno nacional hablen públicamente sobre los agroquímicos. De hecho, es un tema que en los últimos años el kirchnerismo prefirió evadir por su cercanía a diversos grupos ambientalistas que confrontan con el campo.

Pero esta estrategia política pareciera que comenzó a quedar atrás cuando, en un cóctel de fin de año organizado por las Cámaras de Tecnología Agropecuaria (ACTA), el segundo del ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, sentó la posición oficial.

Se trata del secretario de Agricultura, Gabriel Delgado, un hombre formado en el INTA de buena relación con el conjunto de los integrantes del sector agropecuario (confeso hincha de Boca, es uno de los pocos funcionarios que asiste a buena parte de los eventos del agro).

Así, en la sede porteña de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), Delgado advirtió: «Detrás de la palabra ‘Agrotóxicos’, hay una militancia con un accionar estructurado, que puede traer problemas para el desarrollo de nuestro país».

Las declaraciones del hombre de confianza de Casamiquela no pasaron desapercibidas: se dieron ante la presencia de los máximos directivos de ASA, CASAFE y CAPROVE (las entidades que conforman ACTA).

«La institucionalidad pública y privada es el único camino para revertir estos vaivenes que tanto daño generan», señaló Delgado, para luego mencionar que «los esfuerzos que hay que hacer en materia comunicacioonal son tremendamente importantes».

Luego, el funcionario de Agricultura contó con preocupación una campaña en un medio de China que pudo observar cuando en octubre visitó el país. «Leí un artículo de 3 páginas con 11 fotos titulado ‘Argentina envenena al mundo con sus productos alimenticios'», destacó.

«Las imágenes con envases de agroquímicos eran terribles; imaginen el efecto que eso genera en el público urbano del centro de Pekín que, con muy buena voluntad, no cuenta con la información necesaria para sacar conclusiones con base científica», afirmó Delgado.

«Tenemos que generar instancias de diálogo para que, si realmente existe algún efecto negativo, el Estado tenga las herramientas para tomar las medidas que haya que tomar; y sino, para aumentar los recaudos necesarios en prevención», agregó el funcionario.

Por su parte, otro que habló en el evento fue el presidente de ACTA, Hernán Bagliero: «Pedimos a todos que acompañen este esfuerzo que hacemos por mantener la competitividad en la producción respetando el medio ambiente», dijo.

«Estamos convencidos que en la actualidad el modelo productivo es de menor costo ambiental; tenemos el enorme desafío de abastecer la demanda mundial de alimentos y para esto la base científica es la que nos da la reputación», concluyó Bagliero.