Febrero con buenas señales de lluvias que alejan el fantasma de la sequía

Tras un enero de lluvias claves que visitaron a cada semana la región pampeana y el norte del país, febrero de 2020 se presenta con indicadores de gran escala a favor de Argentina.

En diálogo con el doctor en Ciencias Atmosféricas José Luis Aiello, se abordaron los fenómenos que condicionarán las lluvias durante el segundo mes del año.

Tras un enero de lluvias claves que visitaron a cada semana la región pampeana y el norte del país, febrero de 2020 se presenta con indicadores de gran escala a favor de Argentina. Incluso hay un incipiente calentamiento en el Pacífico Ecuatorial que podría favorecer las lluvias para los cultivos tardíos. En una entrevista elaborada por la Guía Estratégica del Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), el Dr. Aiello cuenta que tras confirmarse lluvias muy importantes en el sur de Brasil, no hay que descartar la posibilidad de que la cosecha argentina tenga que vérselas con lluvias otoñales de consideración.

Comienza febrero, el mes que define la campaña de soja Argentina: ¿Qué puede pasar con las lluvias?

Febrero empieza con indicadores muy interesantes. El lento calentamiento del Pacífico, la posición del Anticiclón del Atlántico y los efectos que produce la actual distribución térmica superficial del Atlántico sur nos señalan un escenario de lluvias normales. En esta semana va a haber lluvias muy importantes en el centro norte de la región pampeana. Se van a generalizar en casi todas las zonas productivas. También van a alcanzar al noroeste argentino. Son pocas las chances de que se vuelva al pulso seco de diciembre.

¿Por qué las lluvias no llegan al sur de Buenos Aires?

Las pocas «llegadas» de lluvias al sur obedecen a que la actividad de los frentes no encuentran humedad suficiente en esa región. Eso se traduce en mayores precipitaciones en aquellas zonas que sí tienen humedad adecuada, cómo sucede desde el norte de Buenos Aires hacia el norte del país. Ni el Atlántico ni el Pacífico alcanzan a aportar humedad a las latitudes sur. Esa es una zona que va a seguir con complicaciones.

¿Qué está pasando con las lluvias en el sur de Brasil? ¿Puede ser un indicio de excesos en el norte argentino?

Brasil es un tema del que también habíamos charlado en diciembre, cuando hicimos referencias a que el norte argentino, Paraguay, Bolivia y Uruguay iban a tener episodios muy lluviosos, que es lo que está ocurriendo. Incluso en Minas Gerais hace pocos días se produjeron importantísimos efectos convectivos con lluvias muy intensas. Es algo a lo que hay que estar atentos y seguir. El año pasado tuvimos durante el invierno lluvias inéditas en Chaco. No veo el mismo escenario para este 2020, pero hay que seguir de cerca lo que suceda en las costas del sur de Brasil.

¿Qué está pasando en el Pacífico? ¿Hay algún calentamiento que pueda llevarnos a un Niño?

En el Pacífico Ecuatorial, que es donde se definen los efectos «El Niño», de la actual condición casi neutra entraremos en un progresivo calentamiento. La magnitud del mismo va a determinar cómo serán los impactos en las lluvias. Y esto tiene dos puntos importantes: lo primero es que sería favorable para el desarrollo de los cultivos tardíos. Lo segundo, es que podríamos llegar a tener un período de cosecha con excesos de humedad.

¿Qué fue lo que cambió a fin de año para que aparezcan las lluvias importantes en Argentina?

Hubo un decidido cambio de circulación de los sistemas atmosféricos sobre el sudeste sudamericano. A partir de fin de año, se activaron los flujos de humedad desde el norte y hubo incursiones húmedas desde el Atlántico. También se suma que los pasajes de frentes fríos fueron activos. Pero esto ya es historia conocida por la gente. Y lo estuvimos contando antes de que sucediera en un momento dónde había mucha preocupación en el sector. Las técnicas numéricas no generan pronósticos aceptables más allá del quinto día. Por eso insisto, hay que seguir los indicadores y contarle a la gente cómo funciona el clima para que pueda tomar mejores decisiones.

Desde el GEA vemos en el sector muchos pronósticos que en momentos de mucha incertidumbre fallan sistemáticamente. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

A mí me preocupa que por medios especializados se difundan una gran cantidad de pronósticos que no se cumplen. Esto genera una gran frustración en el productor y no le permite tomar decisiones más acertadas acercar de qué y cuándo sembrar. Y todo esto se agrava cuando se atraviesa una falta de agua que dura 6 meses y afecta a gran parte de la región pampeana Argentina. Por eso insistimos en que los productores tienen que estar atentos a los indicadores climáticos. Fíjate que en GEA anticipamos los pulsos secos y la presente reactivación. Las emisiones tuvieron un excelente rendimiento.

Fuente: BCR