La brecha de precios entre tranqueras y góndolas disminuyo, la participación del productor fue del 30 %

La brecha de precios entre lo que pagó el consumidor y lo que recibió el productor en el campo por sus productos agropecuarios se redujo casi 20 por ciento en febrero y cortó así con la tendencia de diciembre y enero, informó este domingo la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME)

Según precisó la entidad, “la variación fue impulsada por la importante mejora que tuvieron los precios al productor en el mes (+26,3%), mientras que los precios al consumidor de los productos relevados subieron solo 0,7% promedio en los comercios de cercanía y 3,4% en los hipermercados”.

La brecha de precios para el promedio de los 24 principales productos agropecuarios que participan de la mesa familiar tuvo una importante mejora en febrero, al bajar de 5,51 veces en enero a 4,4 veces. La caída en esa brecha coincidió con la desaceleración inflacionaria (3,6% contra el 4% de enero) y responde a que el comerciante, ante una demanda debilitada por el efecto de la inflación sobre el poder adquisitivo de los salarios, prefiere “absorber” parte de los aumentos para evitar un impacto en las ventas.

La reducción de la brecha fue impulsada por la mejora que tuvieron los precios al productor (+26,3%), mientras que los precios al consumidor subieron solo 0,7% promedio en los comercios de cercanía y 3,4% en los hipermercados.

“Ese comportamiento se explica por el aumento de 26,3% en los precios al productor (recomposición interanual), mientras que los precios al consumidor tuvieron leves subas. Calabaza, zanahoria, pera y manzana roja, fueron los productos con más brecha. Acelga, repollo y lechuga, los de menos. La participación del productor en los precios de venta subió de 24,5% en enero a 30,4%”, precisó la CAME.

En febrero, para los 24 agroalimentos de consumo familiar relevados, los consumidores pagaron en promedio 4,4 veces más de lo que cobró el productor. En enero esa diferencia había sido de 5,5 veces.

Los productos con mayor suba mensual en sus brechas fueron: naranja, con un alza de 30,1%, y frutilla (+25,2%, tras subir 75,1% en enero); ambos fuera de estación. Mientras que los de mayor reducción fueron manzana roja (-44,6%) y lechuga (-48,0 por ciento).

Los datos surgen del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el sector de Economías Regionales de CAME en base a los precios de origen de las principales zonas de producción y a más de 700 precios de cada producto en destino, relevados no solo en verdulerías y mercados por un equipo de 30 encuestadores, sino también mediante un monitoreo de los precios online de los principales hipermercados del país, durante la segunda quincena del mes.

El IPOD frutihortícola bajó 22,5% en el mes, revirtiendo toda la suba de enero. La brecha para esos productos promedió en 4,7 veces (había sido de 6,1 veces en enero y de 5 veces en diciembre pasado). En tanto, el IPOD ganadero se mantuvo sin cambios con una brecha promedio de 3,3 veces. La brecha de febrero del IPOD ganadero resultó 30,5% más baja que la del IPOD frutihortícola.

Los productos con mayor suba mensual en sus brechas fueron: naranja, con un alza de 30,1%, y frutilla (+25,2%, tras subir 75,1% en enero); ambos fuera de estación. Mientras que los de mayor reducción fueron manzana roja (-44,6%) y lechuga (-48,0 por ciento).

“Si se tiene en cuenta que esa diferencia había sido de 45,8%, febrero marcó un significativo cierre en esa brecha”, indicó la CAME. Asimismo, añadió: “En febrero hubo algunos cambios relevantes. Por ejemplo, la manzana roja, que suele ser de los productos con más brecha, pasó al cuarto lugar bajando de 15,8 veces en el primer mes del año a 8,8 veces en el segundo, a causa del ingreso de la nueva cosecha”.

“El producto con más brecha fue la calabaza, aunque bajó de 12,9 veces en enero a 10,4 veces en febrero. Le siguió la zanahoria (10 veces) y la pera en tercer lugar, aunque reduciendo su brecha de 12,7 veces a 9 veces en el mes, dada la mayor oferta ocasionada por la nueva zafra”, precisó la entidad.

Por último, remarcó que “los productos con menores brechas fueron acelga (1,55 veces y bajando desde 2,8 veces en enero), repollo (1,7 veces, bajando desde 2,5 veces), lechuga (1,9 veces) y brócoli (2,2). “Todos ellos productos de estación. Nunca se había dado que tantos productos tuvieran en simultáneo brechas tan bajas”, concluyó.

Respecto a la diferencia de precios entre la producción y el consumidor en el sector de la carne, un trabajo de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA) publicado por Infobae marcó el recorrido y la multiplicación del precio a lo largo de los eslabones de la cadena.

En primer lugar, el precio promedio del kilo vivo de un novillito de hasta 390 kilos se ubicó en $177 en los últimos días de febrero en el Mercado de Liniers, un aumento de 7,3% respecto a los precios que se registraron en enero. A partir de allí, esos $177 por kilo en el animal vivo se convierten en $310,53 por kilo en una media res, ya que de la cantidad de kilos totales del animal vivo deben descontarse, entre otras cosas, las partes que no se utilizan o se quitan, como grasa, cuero y demás. Tomando un preso promedio del animal de 360 kilos, solo se obtienen de carne un 57%, es decir, unos 205 kilos.

Los productos con menores brechas fueron acelga (1,55 veces y bajando desde 2,8 veces en enero), repollo (1,7 veces, bajando desde 2,5 veces), lechuga (1,9 veces) y brócoli (2,2).

Al valor que surge de la media res hay que sumarle $9,4 por kilo de costos de distribución y $7,20 por kilo de impuestos, en los que no está incluido el IVA. Así, sumando otros gastos y costos, queda una media res que vale, en promedio, $350,02 por kilo que con un IVA del 10,5%, se eleva a $386,78, siempre por kilo.

El precio final de la carne, independiente de cómo se conforme la cadena productiva, se termina de definir en la carnicería, aseguró CAMyA. De esta manera, el precio promedio del kilo en la media res se transforma en $594,06 por kilo de asado, $612,06 de cuadrada, $770,64 de lomo, $738,91 de peceto, $655,32 de matambre, o $669,98 de vacío. De esos precios finales, el carnicero debe pagar el producto, los impuestos, los costos y obtener rentabilidad.