La certificación es un camino para abrir nuevos mercados

Se trata de evaluaciones con validez internacional que son aceptadas en más de 66 países a nivel mundial.

Uno de los mejores boletos para garantizar competitividad a las empresas alimentarias exportadores es recorrer el camino de la certificación internacional y de la sustentabilidad en sus procesos de producción.

Esto aplica también a las fabricantes de alimentos para animales, un rubro en el cual Argentina es muy fuerte y en el que todavía puede crecer mucho más si sabe adaptarse a las nuevas exigencias de calidad de los clientes europeos y de otros continentes.

Así lo explicó Erica Siegrist, auditora líder en la parte de certificación de Schutter Group, una multinacional de origen holandés instalada en Argentina. La experta, que participó la semana pasada de un seminario sobre seguridad alimentaria animal organizado por GMP International, resaltó que una certificación «le puede brindar a una compañía argentina que produce alimentos para consumo animal nuevos mercados» ya que se trata de evaluaciones con validez internacional que son aceptadas en más de 66 países a nivel mundial.

«Hoy una certificación es un sello de confianza y de inocuidad alimentaria que ayuda a abrir barreras y a acceder a nuevos mercados», señaló Siegrist, para quien los clientes «pueden descansar en esa certificación».

El objetivo de esas auditorías es buscar conformidad y evaluar el grado de cumplimiento con la norma que implementa cada empresa: «Si no hay cumplimiento la empresa trabaja sobre eso, y en Holanda evalúan si la recomendación que se hace es apta para emitir el certificado, que tiene validez por tres años y tiene un mantenimiento anual».

La lista de buena fe. Una vez que las empresas están certificadas, su nombre aparecen en el sitio oficial de GMP, que es donde muchas veces van a buscar los compradores y que funciona como un punto de partida para un contacto de comercialización.

«Los clientes buscan empresas certificadas, los europeos y de otros destinos buscan esto, y Argentina ha ido evolucionando mucho en lo que es inocuidad alimentaria junto con Brasil y con Paraguay en la última década. Son países con firmas que están a nivel de empresas europeas y de Estados Unidos», explicó la auditora en su paso por Rosario.

Siegrist destacó la buena imagen internacional de Argentina en este rubro, y enfatizó el hecho de que los empresarios deben ver la certificación como una inversión y no cómo un gasto. «El hecho de implementar un sistema de gestión de calidad y otro de inocuidad alimentaria trae otros beneficios, porque organiza a la empresa», señaló la especialista, para quien «la base de todo sistema de gestión de calidad es el orden y la limpieza».

Estos sistemas también ayudan a asignar tareas y responsabilidades claras al personal, y además son compatibles e integrables con otros sistemas de sustentabilidad, una tendencia cada vez más consolidada en los mercados.