Los préstamos bancarios al campo recién repuntarán en el segundo semestre del año

El sector financiero apuesta a créditos en dólares a largo plazo y tasas de un dígito.

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Definitivamente el 2016 no fue lo que se esperaba para los bancos. La buena cosecha que tuvo el campo hizo que los productores no necesiten tanto de los créditos y, al contrario de lo que se venía observando, terminó depositando dinero en plazos fijos y fondos de inversión, entre otros. Sin embargo, las entidades comenzaron a percibir un cambio en los últimos meses de 2016 con la mejora de compra de maquinarias, por eso ofrecerán préstamos a largo plazo, en dólares y a tasas de un dígito que deberían dar el efecto buscado recién en julio próximo.

Si bien hace un año el sector agropecuario arrancaba con optimismo tras los cambios como son la quita y reducción de las retenciones y apertura comercial, esto se fue diluyendo por lo menos en términos de negocios. Y es que no hubo un crecimiento en préstamos, dado que en muchos casos fue igual que los visto en 2015. Pero si un aumento de los pasivos que no es más que las colocaciones en fondos de inversión, plazos fijos, lo que fue positivo para los bancos.

«La cartera de préstamos se ha mantenido pese a que había líneas productivas con tasas del 17%; sin embargo, costó traccionarlo, con lo cual significa que el sector está líquido y que todavía sigue expectante, más no lo veo arrancando todavía hasta después del segundo semestre», sostuvo el gerente de negocios agropecuario del Banco Francés, Daniel Caimi.

En la misma línea, Marcelo Mc- Grench, gerente de agronegocios del Banco Galicia, afirmó: «El año pasado se vio una demanda sostenida de los créditos, pero no fue tan fuerte como esperábamos y esto tuvo mucho que ver con la liquidez del sector, pero en lo que va del año se está notando un cambio, por eso saldremos a ofrecer préstamos a largo plazo para financiar maquinarias a siete años de un dígito y en dólares».

Sucede que en un año electoral el productor esperara a ver que sucede, algo que ya se vio en años anteriores.

A esto se le suma la preocupación por la inflación y en especial del tipo de cambio, un tema no menor a la hora de liquidar los granos.

Desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), su titular Matías de Velazco se mostró contrario a lo que señalan los bancos. «Yo no veo al sector ahorrando en inversiones financieras. Hoy el sector está endeudado con los privados como son: dueños de campos, bancos, consignatarios. Además hay reprogramación de pasivos y renovación, con lo cual no es un rubro que esté holgado financieramente».

Respecto de las deudas, un trabajo del economista Juan Manuel Garzón de la Fundación Mediterránea destacó que «la mejora de la rentabilidad en el último ciclo le permitió al productor capitalizar su situación y además bajar la exposición de la deuda que era muy alta con los bancos».

El estudio mostró que en el caso de la actividad agrícola que el 2015 tenía una deuda superior del 13% respecto de 2014, el año pasado se redujo en un 14 por ciento. Pasando de esta forma de $34.000 millones a los actuales $29.000 millones.

Todo esto indica entonces que será el tercer trimestre donde podrían empezar a verse el efecto de los préstamos que deberían verse en abril próximo de cara a la siembra de la fina.

Para el director del Banco Nación, Carlos Castellani «el 2016 fue bueno porque se prestó mucho más que antes y este año se prestará aun más» además adelantó que «se presentará una nueva línea en pesos para compra de bienes de capital con un subsidio de Agroindustria y a una tasa cercana al 10%. Se estima créditos por más de $3.000 millones».

Dependerá entonces del productor.

Las herramientas financieras siempre estuvieron y este año llegarán con mejores condiciones.

Aunque la foto actual muestra que la soja y el maíz viene con buenos rendimientos. Los precios por ahora son aceptables y quizás siga apostando en inversiones a corto plazo. En dos meses se podrá empezar a ver si recurren a los bancos pensando en créditos más largos.

La situación político económica es lo que el productor observará para invertir en su campo.

 

BAE