Manejo químico y mecánico contra las malezas en el poroto

La jornada de actualización sobre legumbres de CLERA abrió con una disertación sobre cuál es la mejor estrategia a seguir para combatir a las malezas en este cultivo

El miércoles 15 de Mayo pasado, puso primera una nueva Jornada de Actualización Técnica y Comercial de Legumbres Secas, organizada por la Cámara de Legumbres de la República Argentina (CLERA) en el Hotel Sheraton de la ciudad de Salta.

Y la primera conferencia técnica apuntó a uno de los problemas que más creció en los últimos años: la proliferación de malezas, en muchos casos tolerantes y resistentes a herbicidas, que compiten con los cultivos y les restan productividad.

Lucas Paterlini, encargado de Desarrollo Técnico de Mercado en Salta y Jujuy de la firma Basf, presentó cuál sería un manejo integral ideal para un lote porotero en el norte del país.

«El trabajo tiene que comenzar el mismo día de la cosecha del cultivo anterior, y hay que pensarlo de entrada con una estrategia de manejo tanto químico como mecánico», puntualizó Paterlini.

A través de encuestas realizadas a productores de las diversas zonas de Salta en las que se siembra poroto, Paterlini determinó que las dos malezas más predominantes son Amaranthus (yuyo colorado) y Chenopodium album (cenizo).

«Eso ya nos pone algunas trabas, porque no podemos usar glifosato en post emergencia. Las herramientas para combatir las malezas de hoja ancha son limitadas», indicó.

Tratamiento

Según Paterlini, para lograr un correcto manejo, el barbecho largo debe iniciarse con el primer control entre junio y julio, para llegar con el lote limpio a noviembre. Antes, habrá que estar atento a que no aparezcan algunas especies como Digitaria o sorgo de Alepo que deban controlarse entre agosto y septiembre.

«Al llegar a noviembre, se puede combinar una aplicación con herbicidas hormonales o PPP, como 2,4-D y Dicamba, por ejemplo. A partir de ahí, la idea es promover el desarrollo de pasturas que sirvan como cobertura a lo que será la siembra porotera», explicó Paterlini.

A estas pasturas naturales hay que dejarlas desarrollarse y secarlas durante la primera quincena de enero, con glifosato más algún graminicida. Sobre ese pasto muerto, ocurrirá la siembra del 10 de febrero en adelante.

«Finalmente, si es necesario se puede realizar un control en post emergencia con Fomesafen o Bentazon. Y si aparece el pasto cubano, Halosulfuron», recomendó.

De todos modos, hizo hincapié en tener mucho cuidado con los principios activos elegidos para los tratamientos. «La mayoría de los productos que se utilizan no tienen registro para este cultivo», remarcó.