Maquinaria agrícola: la baja en las ventas amenaza el empleo

El uso de capacidad instalada en la provincia es inferior al 60%. Las fábricas ya suspendieron las horas extras. Reclaman un alivio fiscal y mayor competitividad.

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La fuerte caída en las ventas durante los primeros seis meses del año –que en algunos rubros llega hasta 50 por ciento en relación con 2014– ha puesto en crisis al sector fabricante de máquinas agrícolas en la provincia. A tal punto que los industriales admiten que, de no haber medidas inmediatas, está en riesgo la continuidad de los puestos de trabajo.

La preocupación quedó expuesta durante la última reunión que mantuvieron en el seno de la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola y Agrocomponentes de Córdoba (Afamac). La fuerte caída en la actividad ya recortó en la mayoría de las fábricas las horas extras y amenaza con el normal desempeño de los turnos de producción.

Hasta el año pasado, y de acuerdo con un estudio del Ieral-Fundación Mediterránea, la utilización de la capacidad instalada en el sector apenas superaba el 60 por ciento, un indicador que se perforó en los últimos meses. El polo fabricante de la maquinaria agrícola y agropartes reúne en la provincia a cerca de 500 empresas y proporciona empleo directo a 10.400 personas.

La mayor densidad de fábricas se ubica en el este y sudeste cordobés, aunque también registra una fuerte presencia en localidades próximas a la ciudad de Córdoba y en el sur. Por eso es considerada clave en la generación de mano de obra y en la contribución a la formación del tejido social en el interior provincial.

El actual parate está ligado directamente a la caída en las ventas internas, como consecuencia de la falta de rentabilidad en el sector agrícola, y al estancamiento en las exportaciones, debido a la pérdida de competitividad en materia cambiaria, la suba de los costos internos y al crecimiento de la presión tributaria.

Sube y baja

En la última década, esta industria en la provincia mostró dos etapas bien marcadas. El período 2003/2008, caracterizado por un fuerte crecimiento en las ventas tanto en el mercado interno como en el externo, se desenvolvió en un buen contexto para los precios agrícolas, una inflación controlada, y la competitividad del tipo de cambio. Sin embargo, desde 2009 hasta la fecha, la producción ha encadenado ciclos de alto desempeño con otros de fuerte contracción. Su mejor performance fue en 2011, cuando trabajó con una capacidad instalada del 92 por ciento.

Según una encuesta del Ieral entre las empresas del sector, la solución al atraso cambiario, la reducción en la presión tributaria, la mejora de la rentabilidad de los productores a través de la eliminación de las retenciones agropecuarias y el control de la inflación son algunas de las medidas requeridas para la reactivación. El estímulo a la demanda, a través de créditos blandos, es otra de las alternativas, como así también la puesta en marcha de algún sistema de promoción directa.

En 2009, y luego del conflicto entre el agro y el Gobierno nacional por la resolución 125 (sobre las retenciones móviles a los granos), el exgobernador Juan Schiaretti implementó un sistema de reintegro del 10 por ciento del valor de la maquinaria para aquel productor que adquiriera equipos de fabricación en la provincia. Según recuerdan los industriales, la medida fue positiva.