Maquinaria agrícola: Tendencias 2020: la electrónica marca el pulso de la eficiencia

A pesar de excesos de agua y de sequías en la Zona Núcleo, la soja y maíz de la campaña 2018/2019 y el trigo (campaña 2019/2020) ofrecieron en esa región central una producción final a cosecha de 41,3 millones de toneladas, que representan 14,2 millones de toneladas más, o un tercio más, que el año anterior.

El logro de estos resultados está relacionado con la maquinaria y tecnología empleadas que reúnen cambios y mejoras en sus prestaciones de manera notable, de acuerdo a un informe de la BCR.

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Entre esas mejoras se puede mencionar la tendencia sostenida hacia el empleo de elementos electrónicos y tecnología digital en los equipos. Tal es así, que es creciente la alícuota del precio de venta de un equipo referida a sus componentes electrónicos.

Y es por ello que no son pocos los fabricantes de maquinaria que destinan recursos para sumar estas tecnologías a sus productos desde su origen.

Respecto de estas experiencias, cuenta un especialista que trabaja en una fábrica importante de sembradoras, que hace unos 5 años se percibió que los costos relacionados con elementos electrónicos y de agricultura de precisión, participaban del precio de venta de cada sembradora con porcentajes importantes y crecientes. Esos elementos eran adquiridos a un pequeño proveedor en el que trabajaban 2 personas. En ese entonces desde la fábrica incorporaron al proveedor. Y hoy, a 5 años el sector electrónicos y relacionados ocupa a 20 empleados, muchos de ellos ingenieros. Es que agregar valor por 2.000 a 3.000 dólares por línea no es poca cosa, más allá del valor total del equipo.

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Este es el mismo proceso de incorporación de actividades referidas a tecnologías electrónicas, cibernéticas y de agricultura de precisión, que se inició hace más de 20 años en las grandes empresas multinacionales de maquinaria agrícola. Cada una de ellas, ofrece este tipo de productos incorporados en su marca.

En verdad, la razón de estas incorporaciones no es tanto el mayor valor de los equipos sino sus mayores prestaciones. Estas mejoran mucho más que el aumento del valor relativo.

Ejemplos de esta evolución se pueden ver en la marca Fendt con su proyecto Mars, o John Deere con diferentes desarrollos como el GridCom, o CNH con su el desarrollo del tractor totalmente autónomo. Queda claro que cada gigante de la maquinaria agrícola desarrolla varios proyectos relacionados con la cibernética.

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La aplicación de estas tecnologías implica reducir la brecha entre lo disponible –desarrollado por la industria– y lo aplicable por el productor. Y ello responde de manera directa a la expectativa que dicho productor o usuario tiene respecto a lograr un aumento en la productividad de su empresa.

Tal vez la expectativa principal es que estas mejoras bajen los costos de producción; costos medidos en plata y también en tiempo de trabajos. Ocurre que los tiempos que requieren las tareas indirectas suelen ser importantes –reparación, mantenimiento, calibración y puesta a punto–. Y esta “expectativa tecnológica” suele ser mejor, en términos de condiciones para producir, que las de otro tipo que también influyen en la empresa agropecuaria. Y por ello marcan la tendencia tecnológica para el 2020.

“Estoy cansado de perder tiempo y plata corrigiendo los errores cometidos en la operación de mis máquinas. Es que no consigo operadores con el entrenamiento y capacitación necesarios», comentaba respecto de estas cuestiones un productor de la zona de Río Cuarto, Córdoba. Y agregó: «¿Viste el dron de John Deere? Creo que ese es el camino para prevenir estos costosos errores”.

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Además de drones, entre los recursos y mejoras que son aplicados, o que pronto lo serán por los productores, se pueden destacar los mandos automatizados que se van aplicando cada vez más en diferentes máquinas. Veamos algunos…

Los dosificadores eléctricos de semilla en las sembradoras, con los que se regula la densidad de siembra por cuerpo de manera independiente. Así se pueden copiar entornos de montes, de bajos, y los límites de lotes de forma irregular, manteniendo constante la densidad de siembra.

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Además, con estos dosificadores se puede regular la densidad de siembra de manera manual, pulsando teclas en la computadora en la cabina del tractor y sin detener el avance de la sembradora al cambiar de ambiente, sin necesidad de usar navegación ni señal satelital alguna. La misma variabilidad de densidad se puede accionar de manera automática con el uso de un navegador satelital y la señal de precisión necesaria. Con ambas maneras de trabajo, se aprovecha mejor el espacio de tierra cultivable y el tiempo de trabajo efectivo es mayor. El accionamiento por línea es uno de los recursos más eficientes para evitar superposiciones en cabeceras irregulares y “serrucho” producto de la siembra al sesgo.

Otra mejora en la siembra son las trasmisiones electrohidráulicas, que aparecieron en el mercado antes que las eléctricas. Y como las anteriores ofrecen la posibilidad de regular la dosificación de semilla, o fertilizante, pulsando teclas en la pantalla de la computadora en la cabina del tractor, sin detener el equipo. La limitante es que no es un sistema muy práctico para lograr el comando por cuerpo. En ellos se comandan todas las líneas de la sembradora, o bien a lo sumo por conjuntos de líneas. Otro limitante de las trasmisiones electrohidráulicas respecto de las eléctricas, es que precisan el uso de aceite para el trabajo de los motores, y el aceite es un contaminante que requiere ser reciclado luego de su uso.

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Al igual que las sembradoras, las fertilizadoras ya cuentan con sus trasmisiones electrohidráulicas, o eléctricas para accionar sus platos esparcidores (con paletas). Y sus válvulas dosificadoras de fertilizante regulan su apertura con un actuador eléctrico. Todo se comanda desde la computadora de mando en la cabina del tractor, de manera manual o bien con la combinación de un navegador satelital.

Ganar-ganar

En las cosechadoras, la regulación de la luz rotor-camisa, se hace mediante la intervención automática de cámaras que distinguen la calidad del material trillado. Eso depende de la humedad del grano y de la planta. Así, la trasmisión electrónica regula la condición de trilla en función de la calidad del grano. Y las lecturas de la cámara son casi continuas en el tiempo. Por ende, la máquina se auto controla y regula de manera continua. Es decir, se gana tiempo de puesta a punto y calibración y se gana tiempo de re calibración y se gana en calidad de grano cosechado.

Existen ejemplos claros de estas mejoras que aumentarán la productividad de los equipos en otras máquinas, como en las picadoras de forraje, en los mixers, en rotoenfardadoras. Las analizaremos en próximas ediciones.

Rural – Clarín – Juan B. Raggio