Montechiari o el ciclo completo del tambo a la góndola

La experiencia de Montechiari Agroindustria no solo ha sumado tecnología para la producción de leche en Monte Maíz. También respondió con manejo ante la necesidad de producir más leche. El emprendimiento incorporó valor agregado para fabricar quesos y llegar así a supermercados cordobeses.

La familia Montechiari de Monte Maíz dió hace unos años un importante salto productivo. De tener un tambo con un sistema pastoril, ha pasado a convertirse en estos ultimos dos años y medio en uno de los centros de producción de leche más novedosos en América del Sur, con la incorporación de la robótica para el ordeñe de los animales en un sistema libre. El emprendimiento familiar está en plena evolución y crecimiento, surgido desde la agricultura hace años, hasta llegar a un claro ejemplo de lo que significa el valor agregado en producción de leche. Montechiari Agroindustria hoy procesa miles de litros de leche en una planta de fabricación de quesos propia en Laborde (a escasos 15 kilómetros del tambo) para llegar a las góndolas de supermerecados cordobeses y mendocinos.
Rodolfo Montechiari y Marcos Pamparana

Rodolfo Montechiari, cara visible del emprendimeinto en Monte Maíz, recibió a MundoAgroCba en el tambo con la historia reciente del modelo de transformación. «Los cambios los empezamos a aplicar en los últimos años, dado que produciamos leche en base a un sistema pastoril, con encierre de vacas lecheras. Nos habíamos propuesto pasar a un sistema intensivo y con esa necesidad viajamos a Brasil para ver que estaban haciendo otros tambos. Queríamos construir un gran galpón para resolver un sistema confinado para producción y resolver el bienestar de la vaca. Lo que observamos nos abrió la mente y tras conseguir el financiamiento para empresas vinculadas a la Agroindustria, decidimos ir por tecnología, sumado a un manejo inteligente».

Montechiari Agroindustria construyó un enorme galpón para el alojamiento de vaquillonas y vacas, con una cama de compost, con asistencia permanente para el confort de los aninales. A eso se sumaron ocho robots marca Lely para automatizar el ordeñe en un sistema libre, que le da la autonomía a la vaca a asistir al corral cuando el animal lo disponga.

Según lo explicado por Montechiari a MundoAgroCba, «desde que se robotizó el sistema de ordeñe, la colecta diaria ha experimentado un proceso de crecimiento. Después de 13 a 14 meses con el ordeñe con los robots y con vacas de primer parto, que suelen ser un poco menos productivas respecto a vacas de segundo y tercer parto, estamos un par de litros arriba de las otras vacas que tenemos en el anterior sistema, que son vacas de dos, tres y hasta cuatro partos», apuntó Rodolfo Montechiari. Según apuntan desde la lectura que realiza el sistema productivo, las vacas ganaron en mayor producción de leche y en otro rubro clave: la sanidad.

No todo es tecnología de punta, también manejo…

Actualmente el sistema de tambo robotizado de Montechiari Agroindustria cuenta con 450 a 460 vacas en ordeñe, con una producción de hasta 37,5 litros (durante este último verano) con picos de hasta 41 litros por animal que se recuperaría durante el otoño. El sistema tiene una proyección notable de incorporcación de vacas al sistema de ordeñe, suponen que en tres años el número de 450 vacas crecería un 30 a 40 %, con una proyección de animales propios. También juega la genética un papel fundamental en el nacimiento de vacas para ser incorporadas al sistema: gracias a la utilización de semen sexado, la fertilización en vacas y vaquillonas permite que el número de nacimientos sea un 70 % hembras, que podrán en poco tiempo ser las futuras procutores de leche en Montechiari AgroIndustria.

Uno de los robots ordeñadores de Lely

Parte del sistema esta apoyado en la tecnología extranjera para el funcionamiento del tambo. Además de las terminales robóticas de ordeñe, cada vaca en el galpón posee un collar con sensores que marca cada uno de los movimientos del animal en plena producción leche. Esos indicadores van a un registro principal que marca, la sanidad del animal y cuando produce por día.

«En cierta medida, el sistema de collares es un diagnóstico de cada vaca», afirma Montechiari. «Nos envía permanente información si el animal esta bien. Eso es fundamental en nuestro proceso productivo. Primero da detalles si la rumua o el movimiento del animal es normal. Si no lo es, ya advertimos que puede haber un problema sanitario, como una mastitis. De esa forma nos anticipamos a un cuadro que puede complicar la producción de leche en una vaca, la tratamos con anticipación y de esa forma ahorramos problemas y hasta evitamos la posiubilidad de mortandad de animales».

Dentro del galpón, unos robots móviles aportan el trabajo que no realizan operarios para no molestar a las vacas en los compos. Se trata de los robots Lely Juno, que se encargan de deslizarse a lo largo de los comederos para arrimar el alimento a las vacas. El Médico Veterinario Marcos Pamparana señaló a MundoAgroCba que «el alimento de las vacas está compuesto por dos partes, la mezcla preparada y equilibrada en el mixer y un sustituto que sirve de atractivo para que el animal se aproxime a la ordeñadora. En cuanto el Juno, nos ahorra el trabajo del tractor para aproximar la mezcla al comedero que es abierto. El Juno pasa ocho veces al día y asiste a los animales respecto a la alimentación».

Robot Juno, acomodando la mezcla para vacas

El mismo profesional aportó algunos datos interesantes respecto al manejo. La mezcla para alimentar los animales son producidos en campos propios y otros alquilados por Montechiari Agroindustria: alfalfa, maíz, trigo y otras pasturas sirven para generar el alimento. Y los efluentes del sistema del tambo, el tambo tradicional en los corrales y el del galpón central, sirven para fertilizar los campos donde la agricultura hace el aporte nutricional.

Ingreso principal de Montechiari Agroindustria

Para el final, la familia Montechiari dió una buena respuesta a los problemas que cíclicamente suele tener el precio de la leche en Argentina. Rodolfo Montechiari dijo que con el empredimiento industrial, una fábrica modelo quesos saborizados, dulce de leche, leche en polvo y la crema de lech, pudo darse un destino certero a la producción generando más inversión, más mano de obra y apostando a una marca propia. «Apostamos por nuestros propios productos y esto ha generado buenas ventas y colocación de prodcutos en las góndolas en Córdoba y Mendoza. No descartamos que pueda existir el sueño de exportar al exterior, como nos motiva el sueño de crecer en nuestro tambo con más vacas y mas producción de leche», concluyó.