Oncativo, una cadena porcina local en desarrollo

El INTA impulsa la transformación de esta zona en clúster de producción porcina a partir de la planificación de una cadena que abarca desde la cría hasta la comercialización.

 Oncativo es una ciudad ubicada en el centro de Córdoba, que pertenece al departamento de Río Segundo. Con el apoyo de diferentes actores públicos y privados y programas de financiamiento, el INTA impulsa la transformación de esta zona en clúster de producción porcina a partir de la planificación de una cadena que abarca desde la cría hasta la comercialización.

En este contexto, se destaca la experiencia de la firma Aprocer SA compuesta por 24 socios de pequeña escala que se reunieron para fortalecer una etapa clave de la cadena: la reproducción y gestación de lechones hasta los 30 kilos. 

Mediante una granja intensiva, los criadores poseen 500 cerdas que les permiten obtener altos índices productivos –26 lechones por madre al año–, homogenizar la calidad de la carne y disminuir costos. “A mediano plazo, el objetivo es ampliar el plantel de madres, asociarse para afrontar la etapa de engorde y articularse con un frigorífico para llegar al desposte”, explicó Mario Bragachini, coordinador del Proyecto Integrador 1 “Procesos tecnológicos para agregar valor en origen en forma sustentable” del INTA.

“Esto permitirá alcanzar el máximo valor agregado que es el salame de Oncativo, un producto que se vende a 220 pesos el kilo, multiplica 28 veces el valor e incrementa las horas de trabajo de la soja y el maíz que se partió”, acentuó Bragachini.

En Oncativo, la cadena se inicia con la producción de granos: 200.000 toneladas de soja, 150.000 de maíz y 60.000 de sorgo. Luego, esta materia prima adquiere diferentes destinos: puede ser recuperada por una planta para elaborar alimento balanceado, por dos empresas que se dedican a la fabricación de expeler de soja o por otras tres firmas desactivadoras de soja. Posteriormente, otras tres plantas se ocupan de comercializar el alimento y los insumos para la producción porcina, entre otros servicios.

La faena de los animales se realiza en dos frigoríficos que cuentan con habilitación provincial, mientras que 18 pequeñas y medianas empresas utilizan esa carne para elaborar chacinados de alto valor agregado que venden en la región.

Este caso, que constituye la cadena de mayor demanda laboral de la ciudad, permite observar el nuevo rol de los municipios: ir más allá de sus responsabilidades de gobierno y colaborar con infraestructura para el desarrollo local”, afirmó Bragachini.

En este sentido, resaltó la conformación de mesas de gestión local que en Oncativo se materializa con un clúster porcino y, además, promueve el diseño de planes estratégicos de desarrollo regional, basados en la “instalación de parques industriales y agroalimentarios y la formación de recursos humanos con capacidad para produciragroalimentos inocuos, de calidad y con procesos innovativos”.

Asociarse, la clave 

Según datos del INTA Marcos Juárez, el 94 % de los criadores porcinos del país posee menos de 100 madres y representan el 51 % del stock nacional. Por su parte, el 6 % de los productores tienen planteles que superan las 100 madres y constituyen el 49 % del stock nacional. Bragachini destacó el impacto del asociativismo en el crecimiento de los criadores a pequeña escala.

“El valor agregado en origen asociativo con participación directa de los productores en eslabones de industrialización y acceso directo a los consumidores es la llave que utilizamos para lograr más trabajo, renta distributiva y pymes competitivas y la herramienta para recuperar la competitividad del pequeño y mediano productor en base a su trabajo genuino”, analizó.