Por el caso Monsanto, no vendrá Syngenta a Córdoba

La compañía suiza desestimó instalar una planta para acondicionar semillas de maíz y girasol en Villa María. Las dificultades de la estadounidense Monsanto en Malvinas Argentinas le hicieron rever el proyecto. Invertirá en el polo agroquímico de Zárate

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La Noticia era casi un hecho, pero le faltaba su confirmación oficial.

Y ese dato llegó ayer: la inversión que la empresa Syngenta tenía previsto realizar desde hace tres años en Villa María no se llevará a cabo. Así se lo confirmó a La Voz del Interior el presidente de la compañía suiza para Latinoamérica Sur, Antonio Aracre.

De esta forma, la instalación de una planta para procesar y acondicionar semillas de maíz y de girasol quedó descartada.

La principal razón para desactivar el proyecto fueron los inconvenientes que tuvo Monsanto para lograr construir una planta similar en Malvinas Argentinas.

La inversión de Syngenta se perdería en el cinturón maicero y se reorientaría hacia Zárate, provincia de Buenos Aires, donde la compañía llevará adelante una fuerte apuesta para la producción local de defensivos agrícolas, en particular herbicidas, dentro de su diversificada paleta para la industria agrícola.

“Tuvimos mucho tiempo en contacto con las autoridades de Villa María, que era el lugar donde íbamos a implementar el proyecto y, en función de las experiencias de Malvinas Argentinas (el hasta ahora frenado proyecto del semillero de Monsanto) concluimos con las autoridades de que no era el mejor momento para abrir un foco de conflicto, en un lugar donde no se terminaba de entender bien de qué se trataba lo que se pretendía invertir”, sostuvo Aracre.

El directivo de la multinacional estuvo ayer en Córdoba, durante el lanzamiento de dos nuevos herbicidas para los cultivos de soja y de maíz.

Con la decisión de Syngenta de suspender su inversión y las dificultades que tiene Monsanto para poner en marcha su proyecto para acondicionar semillas de maíz, la provincia pierde la posibilidad de generar 750 puestos de trabajo directos y de potenciar la estrategia de diversificar la canasta agrícola, hoy con un fuerte predominio del cultivo de soja.

Sobre la sensibilidad que genera en una parte de la sociedad urbana la radicación de inversiones vinculados con la biotecnología, Aracre admitió que no se está haciendo lo suficiente para revertir ese descreimiento.

“Me preocupa que no nos estamos ocupando del problema. Siento que todos los que somos responsables de hacer que la sociedad comprenda los beneficios de la tecnología no estamos haciendo lo que debemos hacer”, observó.

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Antecedentes

El 5 de junio de 2012, la compañía Syngenta anunció su decisión de invertir en el país 225 millones de pesos en la construcción de una nueva planta destinada a procesar y acondicionar semillas de maíz y girasol. El anuncio, que contemplaba otros desembolsos por cerca de 800 millones de pesos, fue realizado a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por el CEO global de Syngenta, Mike Mack, durante una audiencia en la Casa de Gobierno. De ese encuentro también participó Aracre.

Días antes, en Washington, la Presidenta había escuchado de boca de los directivos de Monsanto la intención de radicarse en la provincia con una planta de semillas de maíz, por un valor de 1.600 millones de pesos, junto a otras inversiones en centros de investigación, uno de ellos en Río Cuarto, que no contó con la autorización del intendente de esa ciudad, Juan Jure, pese a que sólo se trataba de una instalación para realizar etapas de un proceso de investigación sobre semillas y no de procesos agrícolas o industriales.

Reconversión

Lejos de abandonar su estrategia de invertir en el país, Syngenta ha decidido migrar su proyecto original hacia la sustitución de importaciones de productos para la protección de cultivos (fungicidas e insecticidas).

“Hay un polo químico ya instalado en Zárate, donde la sociedad conoce de qué se trata y lo valora, entonces el proyecto migró más hacia la sustitución de importaciones de productos para la protección de cultivos. Estamos trabajando en ese proyecto y la posibilidad de instalarnos ahí”, adelantó el titular de Syngenta en la región.

La filial de la compañía suiza elabora en el país productos para la protección de cultivos desde 2006. Cuenta además con una planta procesadora de semillas en Venado Tuerto y dos estaciones experimentales, en Santa Isabel (Santa Fe) y en Camet (Buenos Aires) para el cultivo de girasol.

En los últimos días, Syngenta y Monsanto volvieron a ser noticia a nivel mundial, a partir de la oferta que la estadounidense hizo para adquirir a la europea en 47 mil millones de dólares. El ofrecimiento, el segundo que Monsanto realiza desde mayo pasado cuando había ofertado 45 mil millones de dólares, fue desestimado por los accionistas de Syngenta. La fusión daría lugar a la compañía más grande de biotecnología en el mundo.

Inicialmente, la planta en Villa María iba a tener una capacidad de procesamiento y de acondicionamiento de 800 mil bolsas anuales de maíz y 300 mil de girasol. Su tamaño iba a ser menor que la de Monsanto, cuyo volumen anual proyectado es de 3,5 millones de bolsas de semilla de maíz.

La inversión de Syngenta se complementaría con aportes adicionales en el país por 325 millones de pesos en capital de trabajo, 100 millones de pesos en instalaciones de logística a campo y otro monto similar en investigación en semilla de soja. En total, el plan de inversión para la Argentina era de 800 millones de pesos. La filial local de la compañía suiza elabora en el país productos para la protección de cultivos desde 2006.

Cronología

Junio de 2012. Monsanto anuncia inversiones por más de 1.600 millones de pesos para la radicación de un semillero de maíz en la localidad de Malvinas Argentinas (Córdoba) y dos centros experimentales, uno en Río Cuarto y otro en Tucumán.

Julio de 2012. La europea Syngenta anuncia una inversión de 225 millones de pesos para la construcción de una planta de semillas de maíz y girasol en el centro del país (Villa María era una potencial localización, junto a Venado Tuerto y Río Cuarto). Sumados otros programas, la inversión total proyectada ascendía a 775 millones de pesos.

Agosto de 2013. Comienza el movimiento de tierra en el predio de Malvinas Argentinas.

Noviembre de 2013. Según directivos locales, Syngenta mantenía su decisión de radicar el nuevo semillero de maíz y girasol, pero recién resolvería sobre su ubicación en el primer cuatrimestre de 2014. En un pie de igualdad para ese emplazamiento se citaban Villa María, en la zona central de Córdoba, y Venado Tuerto, en la provincia de Santa Fe, donde la multinacional de origen suizo ya cuenta con otro semillero.

Enero de 2014. La Justicia de Córdoba ordena a Monsanto frenar la obra civil hasta tanto se complete el estudio de impacto ambiental.

Febrero de 2014. La Secretaría de Ambiente de la Provincia rechaza el estudio presentado por la compañía estadounidense.

Septiembre de 2015. Antonio Aracre, CEO de Syngenta para Latinoamérica Sur, confirma que está desactivada la instalación del semillero en Córdoba, debido a que la compañía reorientó inversiones hacia el polo agroquímico de Zárate.

fuente: Alejandro Rollán La Voz.com