Por las lluvias, hay fuertes pérdidas en soja y angustia por lo que viene

Productores y asesores de la zona afectada cuentan lo que ya sufrieron y esperan regresar a los campos para definir qué hacer con lo que queda

Caminos rurales intransitables, lotes anegados, plantas de soja sin poder cosecharse, animales atrapados en el barro, camiones y máquinas enterradas. Este es el panorama que hoy se ve en la zona núcleo, queClarín Rural pudo comprobar recorriendo la región esta semana. La zona más afectada por las lluvias es una franja que incluye, básicamente, partes de norte de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y sudeste de Córdoba.

 

Ante esa situación, este suplemento habló con los productores y asesores de cada zona, que cuentan cómo la están afrontando.

 

Hugo Batani, productor que siembra entre los pueblos de Santa Isabel y Villa Cañas, en el sur de Santa Fe, contó que desde octubre (cuando se siembra la soja) a esta fecha llovió en esa zona más de 600 milímetros. Y en el último mes, más de 150 milímetros. “Pudimos cosechar un 45% de los lotes de soja y los rindes no son malos, ya que rondan los 3.800 kilos, pero esperábamos cerca de 5.000 kilos por hectárea”, contó.

Castellanos, Santa Fe, inundados por las copiosas lluvias.

 

Así, sin poder trillar el otro 50% de los campos, asegura que el grano se está deteriorando severamente. “Si sale el sol, el problema es cómo entramos a los lotes. Tengo un campo alquilado a 6 kilómetros del pueblo y no puedo llegar”, describió. “No hay tantas máquinas embolsadoras para hacer silo bolsa y tampoco hay superficie disponible, porque hay mucha agua en todos lados”, relató angustiado.

 

Además, otro tema a considerar en la cosecha, como recordó el productor, es la humedad del grano. “Debe ser menos de 14% pero hoy hay que sacar los granos del campo sí o sí. Hasta 17% o 18% se puede, para que el grano no se estropee con la máquina”.

 

Y, lamentándose, hace algunas cuentas: “Si no cosecho, pierdo el capital que había hecho en los últimos 10 años. Podría haber hecho una diferencia en esta cosecha”.

 

Durante la recorrida de Clarín Rural, en la autovía que une la Capital Federal con Rosario, ya se empieza a ver la crueldad del agua, con el desborde el río Arrecifes.

 

Más arriba, en sur santafecino, en Cañada de Gómez, el asesor Alejandro Abrugnara, informa que llovieron 700 milímetros desde enero hasta la fecha, cuando el promedio anual es de 800 a 1.200 milímetros. “Hace un mes que viene con lluvias constantes. Cayeron en ese período 300 milímetros”, resaltó.

 

Según el asesor, el porcentaje de cosecha es de 30% a 40%, por ahora. “No sabemos verdaderamente que hay en los lotes. Hay gente que directamente va a picarlos para que coman los animales”, espetó.

 

En Oliveros, muy cerca de esa zona, este diario pudo observar lotes sojeros llenos de agua y con las malezas que se extienden por todos los lotes.

 

En el centro oeste de la provincia, en San Jorge, Maximiliano Roveli, quien asesora y produce en la zona, describió también que de enero a esta semana llovieron 700 milímetros. Y en los últimos 20 días las precipitaciones fueron cercanas a los 250 milímetros. “De los productores que asesoro, algunos pudieron cosechar una proporción del área, pero la gran mayoría todavía no pudo entrar al lote”, describió.​

Y agregó que hay granos de lotes de soja de primera podridos y livianos, lo que hará perder calidad y rendimiento. Y en los lotes de segunda, que calculaba que iban a estar en mejor condiciones que los de primera, también ya hay muchas plantas con la chauchas podridas. Así las cosas, “la calidad de la semilla para la campaña que viene no será buena”, proyectó.

 

Sumado a esto, la lechería es el sector con más dificultad en la actualidad, porque hace tiempo que ya viene complicada. Y Santa Fe cuenta con una de las cuencas lecheras más importantes del país.

 

El presidente de la Mesa Provincial de Lechería de Santa Fe, Marcelo Aimaro, manifestó que el 100% de los tambos santafesinos está afectado por las inundaciones. Las lluvias, en algunas zonas superaron los 800 milímetros en menos de un mes. “Aun no se pueden cuantificar los daños”, advirtió.

 

Aimaro destacó que “la cuenca lechera santafesina vive el peor desastre que vi en 49 años” y aseguró que “lo que más preocupa no es el presente, sino el futuro, porque el productor tambero ya estaba al límite”.

 

Agregó que “ya está cortada la cadena de pagos en algunos pueblos, ya que de la lechería viven localidades enteras”, alertó. Y sostuvo que “cuando baje el agua, debería haber un comité con un ingeniero y un veterinario que releve productor por productor para ver los problemas que tienen y asistirlos financieramente”.

 

En paralelo, Fernado García Frugoni, quien coordina los 15 CREA de Entre Ríos, destacó que esa provincia no escapa a la realidad compleja que vive Santa Fe. “Si se divide a la provincia a la mitad, la situación del norte es dramática. Los lotes que no se cosecharon tienen un promedio de daño que es del 50%. Hay productores con destrucción total y otros con menos. En cambio, en el sur, no es tan complicado, pero también habrá mermas”, opinó.

 

El técnico del CREA observó que en los últimos 15 días hubo lugares en los que cayeron 800 milímetros, como es el caso de San José de Feliciano y La Paz. Y en el sur entrerriano, de 250 a 500 milímetros. “Nunca había visto en mi vida una soja a la que le faltaban 30 días para madurar y que se pudriera por la humedad. No queda nada. La pérdida es del 100%”, narró.

 

Asimismo, precisó que hay muchos productores cosechando “como sea” y rompiendo lotes con doble tracción y goma pala. “Están todos tomando decisiones muy complicadas para que sea el mal menor. Evalúan si cosechan lo que tiene 80% de pérdida, pero si caen más lluvias pierden el 100%, o si cosechan el lote que tiene un 30% de daño pero que si se produce otro temporal puede pasar al 80%”, explicó.

 

Otra zona que también resultó golpeada por el temporal es el sudeste de Córdoba. Allí, Ramiro Oviedo Bustos, que trabaja fuerte en la región, cuenta que la situación está bastante más que complicada por las continuas lluvias. “No hay caminos, no hay piso para cosechar y hay un deterioro bastante importante de lo que es cantidad y calidad de los productos, que estamos cosechando”, indicó.

 

Una de las claves en esa zona fue que adelantaron la fecha de siembra, por lo que pudieron levantar el 70% de la cosecha. “Pero estamos en el doble de lo histórico para abril. Llovieron 180 milímetros contra los 80 milímetros que es el promedio habitual”, relató.