Profertil invierte para ahorrar energía y Nidera consume menos usando girasol

La agroquímica PROFERTIL invirtió más de U$S 150 millones para ampliar su producción de fertilizantes con tecnología de  última generación, lo que le permite ahorar 30% por año en electricidad, en tanto NIDERA, líder en el negocio de oleaginosas, mejoró la producción de semillas a partir del uso de la cáscara de girasol como medio alternativo para consumir menos energía del sistema interconectado nacional.

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«Pusimos en marcha un proceso tecnológico que posibilitó ahorrar un 30% en el consumo diario de energía eléctrica, una reducción en el uso de agua y una disminución del 12% en la emisión de gases de efecto invernadero, y todo ello favoreció la producción de urea granulada y amoníaco», describió a Télam Marcelo Bertolino, Gerente de Relaciones Institucionales de Profertil.

«La inversión de más de u$s 150 millones permitió un aumento del 11% anual en la producción de urea granulada, que en 2015 superó ampliamente el millón de toneladas», dijo Bertolino, aunque puso mayor énfasis en el «importante ahorro en la demanda de gas, electricidad y agua por tonelada producida».

Según el directivo, la compañía desarrolla procesos internos «con una mirada específica sobre el ahorro energético. Creemos que es muy importante avanzar en el esquema dual que beneficie a la empresa y al país. Más producción y menos consumo de energía».

«Usamos menos gas natural para combustión y lo aprovechamos para producción», añadió.

«En materia de energía, el proyecto permitió un ahorro del 30% en el consumo diario de electricidad, lo cual implica una considerable disminución de la demanda al Sistema Interconectado Nacional», declaró a Télam.

Bertolino también hizo hincapié en la mejor ecuación ingreso-egreso de divisas en la Argentina.

«Mejoraremos la balanza comercial del país, produciendo más fertilizante que, de otra forma, deberíamos importar», acotó.
En tanto, Nidera, una compañía líder en la molienda de oleaginosas, profundizó en su planta de Junín el «uso de cáscara del girasol, separada en la producción de aceite, como materia prima en la generación de energía», según explicó Javier García Moritán, Gerente de Relaciones Institucionales y Sustentabilidad.

«En 2015, utilizamos como combustible a la biomasa generada como subproducto del proceso de elaboración de aceite y alcanzamos un 74,2% de autoabastecimiento energético a través del aprovechamiento del vapor producido en las calderas», describió.

«A partir de este tipo de iniciativas, contribuimos a la diversificación de la matriz energética, el cuidado del ambiente y a la conservación de los recursos naturales. Además, al estar prácticamente autoabastecidos por medio de una energía limpia y renovable, logramos reducir costos por generación y aminoramos el avance del cambio climático», agregó.

El ingeniero Gerardo Rabinovich, vicepresidente del Instituto Argentino de la Energía, General Mosconi, elogió las iniciativas de ambas empresas y aseguró que éste tipo de acciones «mejora un aspecto fundamental de la actividad económica y productiva, que es la eficiencia energética».

«La incorporación de nuevas tecnologías, mejores compresores, y el uso de materias primas alternativas como las cáscaras de girasol, madera, azúcar, maní o desechos, permitirán un sistema energético más eficiente», sostuvo.

En diálogo con Télam, reflexionó sobre la importancia de «evaluar muy bien los costos de este tipo de energía y, al mismo tiempo, garantizar la oferta de esas materias primas para la producción y el abastecimiento hacia el futuro».

García Moritán minimizó las dudas que planteó el experto acerca del futuro abastecimiento en las materias primas: «tenemos insumos para muchos años», consignó.

«La planta de Nidera tiene una capacidad para procesar unas 2.000 toneladas de semilla de girasol por día, de las cuales cerca del 20% se separan en el proceso de descascarado», añadió.

El ejecutivo de Nidera comentó otros aspectos técnicos del proceso de generación de energía eléctrica a partir de la cáscara del girasol.

«Está estructurado a partir de una caldera donde se combustiona la biomasa. El vapor obtenido allí mueve una turbina que alimenta al generador de energía y, de ese modo, se obtiene la electricidad necesaria para la producción de aceite vegetal (soja y girasol)».

«La totalidad del vapor es conducido a través de una Turbina de Contrapresión cuya capacidad es de 7 MW, de la cual salen dos corrientes de vapor, una de media y otra de baja presión, con las que se alimenta de energía el proceso», prosiguió.

Explicó además que «la cantidad de combustible (cáscara de girasol) necesario se modifica en función al tipo de aceite que se produce, por lo cual se construyó un depósito que ofrece adecuadas condiciones de almacenamiento».