Proyectan un repunte de la leche en polvo en 2016

Es una tendencia clave para los tamberos e industrias lácteas, que enfrentan una grave crisis. Las perspectivas para el sector en el marco del nuevo Gobierno.

Con los números actuales, hasta un tambo de 30  litros por vaca se puede estar fundiendo, aseguro Marcos Snyder, especialista en lechería.

Con los números actuales, hasta un tambo de 30 litros por vaca se puede estar fundiendo, aseguro Marcos Snyder, especialista en lechería.

Después de casi un año y medio con cotizaciones muy bajas, que derrumbaron la rentabilidad del negocio lechero, el precio internacional de la leche en polvo, el principal commoditie lácteo, tendría un leve repunte durante el 2016 y oscilaría cerca de los 2.500 dólares por tonelada en junio del año que viene.

Lo adelantó Marcos Snyder, especialista en lechería y ex asesor de Aacrea, en el marco de una jornada que analizó el futuro de la lechería argentina en Sunchales y que organizó la empresa Claas. “Ahora, el panorama está complicado para los tamberos porque recién en el segundo semestre se estaría acomodando a 3,80/4 pesos el litro de leche. Hoy el productor está cobrando lo mismo que hace dos años“, reconoció Snyder.

En su opinión, en la dificil coyuntura que están atravesando los tamberos no alcanza con tener altos niveles de producción individual. “Un tambo con 30 litros se puede estar fundiendo. Hay que ver los costos, los litros libres. El maíz sin retenciones va a significar un aumento de costos para el tambo. Es más del 23% del costo del concentrado y más del 6% del costo directo actual. La variable de la eficiencia está hoy en la producción de alimento, en la experiencia forrajera”, destacó.

El precio de la leche cruda en los tambos estiman que crecería a $ 4 en el segundo semestre de 2016.

 

El especialista en agronegocios Iván Ordóñez también hizo su aporte en Sunchales e invitó a todos a “darse cuenta“ de que el mayor problema de los productores tranqueras afuera. “El 58% de las exportaciones argentinas provienen del sistema de agronegocios y los 18.000 productores agrícolas del país son la última línea de defensa de la macroeconomía”, dijo.

También contó que el sistema de agronegocios aportó 72.000 millones de dólares en 12 años. En ese mismo tiempo se murieron 30.000 personas en las rutas. “Hacer una ruta al lado de la que está sale el 8% de los 72 mil millones“, disparó Ordoñez, al criticar la falta de inversiones, y recordó que al menos 1 de cada 5 argentinos está empleado en los agronegocios, que el 100% de los granos se producen en pueblos del interior que tienen el 40% de la población, y que hay un mínimo de 998 actores claves tomando decisiones sobre el 80% del área agrícola, de los cuales el sector sabe poco según las encuestas.

El especialista mostró la estrategia de comunicación de los farmers de Estados Unidos y sostuvo que pese a que menos del 1% del país es productor, a ningún norteamericano hay que explicarle quiénes son.

“La comunicación es el nuevo desafío de la producción, como lo fue años atrás entender de tecnología, luego de impuestos y más tarde de informática. Se vuelve clave el manejo de esta herramienta para que el resto de la sociedad entienda el rol de los agricultores en el país“, expresó Ordóñez.

Al cierre de la jornada, el economista José Luis Espert aseguró que llega una etapa diferente en la que, más allá de cómo le vaya al país, al campo seguramente le va a ir bien. Entre otras cosas, porque el nuevo gobierno lo considera estratégico.

El especialista analizó la historia económica argentina mostrando que está cruzada por triángulos viciosos que han llevado periódicamente a sucesivas crisis. “En este momento, estamos frente a una nueva posible crisis y la pregunta es si Macri podrá evitarla”, dijo.
Además, Espert argumentó que en 58 años el Estado ha recaudado menos de lo que gasta. Sólo en 4 años, los de Néstor Kirchner, el país tuvo superávit fiscal. Además, opinó que tomar las medidas necesarias a modo de shock permitiría entrar en recesión un tiempo para comenzar a crecer hacia fines de 2016.

“Al hacerlo de modo gradual, la recuperación será más difícil. Tenemos costos más caros de los que podemos soportar. La devaluación debería ser del 50%. El campo es el principal beneficiario del libre comercio y los impuestos bajos”, concluyó.