Receta agronómica: hablemos de buenas prácticas

Desde CASAFE recuerdan la responsabilidad con la que se debe trabajar con agroquímicos. Cuidado del ambiente y la salud, las máximas premisas.

La gestión responsable de fitosanitarios tiene como objetivo lograr el manejo y uso responsable de los agroquímicos durante todo su ciclo de vida: desde su descubrimiento y desarrollo, ciclo comercial y uso en el campo, hasta su eliminación por el uso y disposición final de envases.

Los productos fitosanitarios no son inocuos, por eso deben ser utilizados de manera responsable y solamente para el fin que fueron creados: proteger los cultivos de plagas, malezas y enfermedades para poder producir alimentos en cantidad y calidad.

El uso responsable de los agroquímicos cuida la salud de la personas y del medio ambiente y se lleva a cabo antes, durante y después de la aplicación de los productos. Esto implica entre otras cosas, adquirirlos con una receta agronómica.

Según la legislación de cada provincia, el ingeniero agrónomo deberá elaborar una receta agronómica de expendio (o venta), de adquisición (o compra) y/o de aplicación sobre la base del diagnóstico que haya hecho de la adversidad a controlar. En la página web de Casafe se pueden encontrar los requerimientos de las recetas agronómicas por provincia.
> (https://www.casafe.org/requisitos-de-recetas-agronomicas-por-provincia/)

La prescripción de la receta agronómica pueden realizarla aquellos profesionales matriculados, luego de que hayan cumplido con cualquier otro requisito adicional que la legislación provincial exija.

Las recetas de compra o adquisición son aquellas que el profesional realiza para que el productor adquiera los productos fitosanitarios.

Tipos de receta

Las recetas de venta o expendio son aquellas que realiza el distribuidor al momento de vender productos fitosanitarios.

La receta agronómica de aplicación o uso es aquella que necesita el productor para aplicar los productos fitosanitarios. Allí se detallan todas las indicaciones que deben considerarse al momento de la aplicación de este. En ella deben figurar los siguientes datos: nombre y firma del profesional, número de matrícula habilitante, cultivo a tratar, principio activo y dosis. Pueden figurar también: lugar, fecha de aplicación, marca comercial del producto, diagnóstico y recomendaciones en cuanto a las condiciones climáticas, dependiendo de la legislación provincial en la que se realice la aplicación.

Es importante resaltar que la receta agronómica también es un documento legal ante posibles reclamos o casos de mala praxis. En caso de incumplimiento de las leyes o de acciones fraudulentas como la adulteración de recetas, el profesional es pasible de recibir algún tipo de sanción, conforme a la normativa local aplicable en cada caso.

Ingresá a la web de Casafe para conocer más sobre esta y otras buenas prácticas agrícolas. La agricultura sostenible es un compromiso de todos.