Sigue cayendo la intención de siembra de soja y hay preocupación en el Gobierno

Los productores buscan alternativas a la commodity estrella de la era K por las inundaciones y la carga impositiva.

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La soja ya no es la vedette del campo como lo fue durante era kirchnerista. Es que, a diferencia de Cristina, Mauricio Macri decidió incentivar la producción de otros cultivos fuertemente castigados en los últimos años como el trigo y el maíz.

 

La jugada del Gobierno podría no salir del todo bien. Sucede que a la decisión de postergar la prometida baja de retenciones a la soja (que hoy se ubican en el 30%), ahora se sumaron las inundaciones registradas en algunos sectores de la zona núcleo pampeana.

 

Solo en General Villegas -la localidad más golpeada- los cálculos preliminares hablan de pérdidas por más de $ 700 millones para el sector agropecuario, mientras que también se advierten cuantiosos daños en el sur de Córdoba y norte de La Pampa.

 

Sin embargo, lo que más preocupa ahora en las zonas afectadas por las inundaciones es la imposibilidad que hay para sembrar soja. En el oeste bonaerense los caminos rurales están intransitables y el retraso en las labores de implantación es de alrededor de 12 puntos.

 

Es decir, mientras el año pasado en los campos de Villegas se había sembrado un 24% del área de soja prevista, en la actualidad se sembró apenas un 12% (una situación similar atraviesan Santa Fe, Córdoba y otros sectores del norte de Buenos Aires).

 

«Esperamos que el impacto sea el menor posible porque sabemos de la importancia de la soja para la economía», dicen en los pasillos de Agroindustria.

Según un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), este año se sembraría en todo el país un total de 19,6 millones de hectáreas, por debajo de las 20,1 millones que se implantaron el año pasado con el kirchnerismo en el poder.

 

Las razones de la caída son claras. El exceso de lluvias complicó los planes de los productores, al tiempo que la presión fiscal interna y los precios internacionales de la soja son hoy por hoy una invitación a incursionar en otros cultivos.

 

«Hay un atraso creciente en los trabajos; los productores están preocupados por las complicaciones que se presentan en caminos anegados que afectan la logística de la siembra», dijo el especialista de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Cristian Ruso.

 

Para colmo, los especialistas alertan que si las condiciones meteorológicas no mejoran durante las próximas dos semanas, es posible que la intención de siembra de soja caiga aún más hasta ubicarse dentro de los niveles más bajos de los últimos años.

 

 

 

En este sentido, en diálogo con LPO, Gustavo López, director de la consultora Agritrend, comentó que «todos los productores están esperando que se normalice el clima; el tema es que se necesitan varios días soleados para que los suelos recuperen su condición».

 

La cuestión es que la tercera inundación grave de la era Macri generó preocupación en la Casa Rosada. «Esperamos que el impacto sea el menor posible porque sabemos de la importancia de la soja para la economía», dicen en los pasillos de Agroindustria.

 

Cabe recordar que en medio de las inundaciones de marzo/abril de este año -en plena cosecha- se perdieron alrededor de 4 millones de toneladas de soja (la producción cayó a 56 millones de toneladas cuando las estimaciones iniciales hablaban de 60 millones).

 

De esta manera, la Argentina continúa cómodo como tercer productor mundial de soja del mundo detrás de Estados Unidos (114 millones de toneladas) y Brasil (100 millones), al tiempo que las importaciones de China continúan firmes.

 

En este contexto, el precio de la soja en el Mercado de Chicago (CBOT) se negocia este miércoles en torno a los u$s 360 por tonelada, mientras que en la zona de influencia de Rosario (Up River) los valores ofrecidos se ubican en $ 3900 por tonelada.

 

En maíz, por su parte, la BCBA prevé un área de siembra a nivel nacional de 4,9 millones de hectáreas que también podría verse reducida a causa de las inundaciones. En este caso, contrario a la soja, el aumento sería del 27% respecto a la campaña anterior.