Sorprenden, en medio de estimaciones a la baja, buenos rindes en soja

El mercado reparte su atención entre el tamaño final de la cosecha gruesa que finalmente se obtendrá en nuestra región y la siembra de los cultivos de primavera y verano en los EE.UU. En este sentido, el USDA (Departamento de Agricultura de EE.UU.) confirmaba en su último reporte semanal el avance de la siembra estadounidense de esta temporada. La superficie a dedicar con maíz se encuentra implantada en un 86%, en comparación al 75% de la semana anterior, 90% del año pasado a esta fecha y 85% del promedio de los últimos cinco años. Ya han emergido el 60% de los cultivos implantados, comparado con 43% de la semana anterior.



En soja, ya se encuentra cubierta el 56% de la superficie prevista, comparado con 36% de la semana anterior, 56% del año pasado y 52% del promedio histórico. Se encuentra emergido el 22% de los cultivos, en comparación con el 10% de la semana anterior.

La superficie cubierta con la siembra de trigo de primavera llega al 95%, comparado con 89% de la semana anterior, 95% del año anterior y 77% del promedio de las últimas cinco campañas. El USDA estima que el 76% de los cultivos se encuentra «bueno a excelente», comparado con el 69% del año anterior a esta fecha.

En cuanto al estado de los cultivos de trigo de invierno, el USDA informó que el 62% de ellos se encontraba en situación «buena a excelente», sin cambios respecto a la semana anterior y 45% del año pasado a esta fecha.

A medida que avanza la cosecha de soja de nuestro país, y más allá de los eventos climáticos que definieron una menor productividad sobre el final del ciclo, los rendimientos que se van verificando resultan en general superiores a los anticipados. La Bolsa de Cereales de Bs. As. sigue proyectando una campaña de 56 millones de toneladas, sin descartar la posibilidad de continuar sumando pérdidas de área por problemas de calidad, las que podrían ser compensadas con rendimientos por encima de lo previsto en diferentes zonas del país. 

La mejor estructura de precios de la soja, lograda recientemente en Chicago, y en función del daño sufrido en nuestro país, generará seguramente un aumento en la superficie de cultivo en los EE.UU. en detrimento de otras alternativas.

La consultora estadounidense Informa Economics proyectó recientemente una perspectiva de siembra de 37,8 millones de hectáreas con maíz y de 33,6 millones en soja. En marzo, el USDA proyectaba que la superficie a cubrir alcanzaría los 37,9 millones de hectáreas y 33,3 millones, respectivamente.

El clima en los EE.UU. marcará de ahora en más la tendencia en el mercado mundial de granos, especialmente a partir de ahora y hasta el final de junio, momento que nos permitirá definir con algo más de claridad el tamaño que tendrá la cosecha norteamericana. La excepción a esta regla lo constituye el trigo, que va cerrando su ventana de oportunidad climática para la ocurrencia de daños significativos, además del incremento en el potencial productivo que se verifica en el hemisferio norte y Australia.

El buen ritmo de la siembra norteamericana, asociado a la liquidación parcial de posiciones compradas de los fondos de materias primas, generó correcciones en las cotizaciones de Chicago.

Más allá de las alternativas climáticas que puntualmente se puedan desarrollar en el hemisferio norte, y que resultarán capaces de modificar el resultado final, es importante destacar que la demanda mundial continúa firme, fundamentalmente de la mano de China.

En 1995, este país adoptó la política de contar con un 95% de autosuficiencia en granos, y entre 2008 y 2012 incrementaron los precios sostén de trigo, arroz y maíz a niveles superiores a los de soja, determinando así que el cultivo de la oleaginosa no fuese tan atractivo para sus productores. Como consecuencia de esta decisión, y como resultado de una mejora en la calidad de vida de sus habitantes, observamos un crecimiento muy sostenido en las importaciones de este cultivo año tras año.

China cuenta también con una política de diferencial arancelario entre la soja y los subproductos de ella, que estimula la elaboración local. Como consecuencia de esta estrategia, la molienda de soja es la más grande del mundo y se ha edificado fundamentalmente gracias a la soja importada. Es probable que esta tendencia se acentúe en la próxima década, con algunas proyecciones que hablan de un monto de compras externas que pasarían de los 83 millones de toneladas de la campaña 2016/17 a alrededor de 110 millones en el ciclo 2025/26.