Stoller : Tres tecnologías en un pack para alcanzar máximos rendimientos.

Stoller propone un pack de triple impacto para fortalecer la semilla durante el proceso de implantación, incorpora inoculante, un exclusivo bioestimulante y fungicida.

Para lograr rindes récord, no sólo las lluvias constituyen un aporte fundamental: el manejo desde la siembra hasta la cosecha ejerce una gran influencia y puede ser la explicación para que se alcancen o no los máximos rendimientos.

De cara a la próxima siembra gruesa, Stoller propone tres packs tecnológicos de “triple impacto” para soja: inoculantes más fungicida más bioestimulante, con el que se pueden incrementar los rindes en hasta más de 800 kilos por hectárea según ensayos realizados en INTA Pergamino.

Son 3 packs que incluyen un tratamiento suficiente para 3000 kilos de semillas (60 dosis): Pack TC (6 vejigas de 1,5 litros de Masterfix Premium más 4 litros de Thiram y Carbendazim), Pack TCM (suma 0,75 litros de Metalaxil) y Pack Premium (las seis vejigas de Masterfix Premium, 15 litros del conocido bioestimulante de Stoller: Stimulate, más 3 litros de Progus, una marca registrada de Syngenta).

Agustín Garnero, coordinador técnico de la zona centro sur de Stoller, remarcó que a cualquier de estos tres packs se puede adicionar el bioestimulante Stimulate, que aporta tres hormonas de crecimiento: auxina, citoquinina y giberelina.

“Lo distintivo de esta oferta tecnológica en relación a otras marcas, es la posibilidad de contar con las tres tecnologías en un solo pack”, subrayó. Garnero.

Beneficios

Según el asesor de Stoller, el principal beneficio de aplicar estos productos reside en la posibilidad de generar una mayor cantidad de nódulos funcionales en las plantas, debido a que hay mayor desarrollo radicular de la mano del bioestimulante; esto también otorga mayor aprovechamiento de los recursos, como agua y nutrientes. Asimismo, se logra alcanzar una mayor uniformidad entre plantas en la emergencia.

Ensayos realizados por la compañía estadounidense muestran que, combinando las tres tecnologías, la ganancia trepa a 830 kilos por hectárea más que el control absoluto.