Zona núcleo: un baldazo de agua que altera la campaña

Las fuertes lluvias del fin de semana pasado, que en áreas del norte bonaerensey el sur de Santa Fe superaron los 300 milímetros, complican a sojas de segunda

 

Muchos lotes quedaron bajo el agua foto: LA NACION

La bomba de agua que cayó el fin de semana pasado en la zona núcleo, con acumulados que llegaron a superar los 300 milímetros, dejaron bajo el agua sojas de segunda recién sembradas y otras que ya estaban dando sus primeros pasos. Se salvaron en gran parte los lotes sembrados más temprano luego del trigo que ya habían logrado un buen desarrollo.

Otra travesura del clima en medio de pronósticos que alternan pulsos secos o verdaderos baldazos como los que cayeron en esa región agrícola.

El contraste es notorio con el sudeste bonaerense, que por la escasez de lluvias tiene demorada la siembra de soja. Allí faltan implantarse unas 600.000 hectáreas, según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Volviendo a la zona núcleo, cuatro técnicos de Red Surcos trazaron un panorama de la región  tras las excesivas lluvias del fin de semana.

Según Ricardo Michelud, de la sucursal de la firma en Venado Tuerto, allí la siembra de soja de segunda alcanza solo un 50%. En la zona de Venado Tuerto y alrededores cayeron entre 150 y 300 mm. A esto se suman 110 mm acumulados de la semana anterior.

«En cuanto al estado de los lotes, hay mucha agua sobre la superficie, sobretodo en zonas mas bajas, donde dependiendo de cuán rápido se retire el agua estará la posibilidad de supervivencia de las plantas», explicó Michelud.

Según precisó, en lotes de soja, por la sequía, muchas aplicaciones de herbicidas para el control de malezas antes que cierre el surco se habían suspendido por ese estrés. Pero cuando empezó a llover nunca quedó una ventana para la aplicación. «Seguramente, cuando las pulverizadoras vuelvan a entrar a los lotes la competencia con malezas será grave en muchos casos», remarcó.

Para Antonio Cavaglia, de la filial de la firma en Rosario, la falta de humedad ya comenzaba a afectar los cultivos de la zona, principalmente los maíces en floración y formación de granos, Sin embargo, las últimas lluvias se tornaron excesivas. «El exceso de humedad imposibilita, entre otras cosas, sembrar los lotes de segunda pendientes, así como realizar tratamientos de malezas e insectos. Por otro lado, en los lotes más bajos o zonas bajas de ciertos lotes, donde se encontraban cultivos recientemente implantados (sobre todo los de soja), se produjeron anegamientos temporales que afectaron el stand y la sanidad de plantas de una manera considerable», indicó.

Sebastián Parola, otro técnico, remarcó el cambio que tuvieron los lotes de acuerdo a la fecha de siembra. «A los lotes de soja sembrados sobre trigo temprano los agarró con un buen estado de desarrollo, sin complicarlos demasiado. Los últimos lotes sembrados sobre trigo están pasando de una situación de estrés térmico e hídrico a una situación de exceso de agua, lo que complica el stand de plantas y la uniformidad del lote», detalló Parola.

A Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja), le preocupa justamente la suerte de la soja de segunda. «Hay mucha soja sembrada naciendo, que puede morir por asfixia. Seguro va haber pérdidas», proyectó el presidente de Acsoja. Aparte de esta situación, a Rossi lo desvela el atraso de la siembra en el sudeste bonaerense. No descarta que pueda quedar soja sin sembrar o que directamente no rinda bien.

Según Agustín Bellesi, en zonas de Necochea, Lobería, San Cayetano y Balcarce, entre otras del sudeste bonaerense, la siembra se encuentra totalmente frenada, quedando un aproximado de 20 a 30% de soja de primera por implantar, un porcentaje similar en maíz.

«Si la situación continúa, la soja de segunda quedará en un alto porcentaje sin sembrar», alertó el técnico de Red Surcos.

«Los cultivos ya sembrados presentan un estado de estrés hídrico muy significativo, con malas implantaciones de girasol y soja, ocasionando en algunas situaciones la resiembra de los mismos. El panorama en cuanto a la ganadería es similar, con pérdida de peso importante por parte de los animales a causa de la falta de pasto», concluyó.

LA NACION / CAMPO