El médico veterinario Guillermo Racca, durante el 9° Congreso Veterinario Latinoamericano organizado por Drovet, enfatizó que la clave para combatir el virus de Aujeszky radica en un plan de erradicación progresivo y la acción colaborativa. Racca ilustró el impacto financiero con cifras contundentes: la pérdida productiva por la enfermedad puede alcanzar los tres millones de dólares, mientras que un plan preventivo cuesta apenas 30 mil.
En el marco del Congreso de Veterinarios organizado por Drovet, celebrado en el Complejo Metropolitano de Rosario, el médico veterinario Guillermo Racca expuso detalladamente las estrategias de diagnóstico y erradicación de la enfermedad de Aujeszky (EA), una enfermedad viral que presenta síndromes nerviosos, respiratorios y reproductivos.
El congreso, considerado el encuentro más importante de la industria veterinaria, tuvo como objetivo «aportar valor agregado a toda la comunidad veterinaria». Durante su presentación, Racca sentenció que la detección temprana y un plan de erradicación colaborativo no solo son cruciales, sino que el tiempo de detección de la enfermedad repercute «directamente en el impacto productivo que tengamos dentro de la granja».
El Costo de la Inacción
Uno de los puntos más contundentes de su exposición fue el impacto económico. Racca utilizó una poderosa analogía para ilustrar la importancia de la prevención y el control planificado: «Ese plan de erradicación me cuesta uno, vacunar la granja me cuesta 10 y que me agarre la enfermedad o que quiera erradicarla me cuesta 100».
Para dimensionar esta proporción en términos reales, Racca compartió cifras de un caso concreto: mientras que asociarse a un plan de erradicación podría costar 30 mil dólares, vacunar la granja ascendería a 300 mil. Sin embargo, la pérdida productiva causada por la enfermedad puede llegar hasta los tres millones de dólares.
Diagnóstico y el Riesgo de Latencia
Racca explicó que una herramienta diagnóstica fundamental para Aujeszky aprovecha la estructura del virus, específicamente sus glicoproteínas, lo que permite diferenciar entre un virus de campo y una vacunación, facilitando la identificación de animales infectados incluso en granjas que ya han sido vacunadas.
Un punto crítico abordado fue la naturaleza sigilosa del virus. Racca advirtió que la latencia forma parte intrínseca del ciclo viral. La excreción viral comienza uno o dos días después del ingreso del virus en el animal, es decir, antes de que aparezcan los síntomas clínicos. Por ello, hizo hincapié en la necesidad de tener cuidado, pues una granja puede carecer de sintomatología clínica y aun así mantener animales positivos que son portadores del virus.
Un Plan Progresivo para la Erradicación Total
El enfoque principal para el control y la erradicación propuesto por Racca consiste en un plan progresivo. El objetivo de esta estrategia es «ir incorporando en nuestro sistema reproductivo hembras negativas» hasta que la mayoría de la población esté libre del virus, momento a partir del cual se puede considerar una erradicación total.
Finalmente, Racca hizo un llamado a la acción colectiva, señalando que la clave es «trabajar en conjunto, pensar en este plan de radicación, identificar cuáles son las zonas calientes, identificar cuáles son los focos donde está Aujeszky y erradicarlo completamente».
El 9° Congreso de Drovet también incluyó la participación de otros destacados profesionales que abordaron temas relevantes para la industria, como la enfermedad de los edemas, la sarna, las neumonías y la situación actual del negocio porcino. Se informó además que el 10° Congreso ya se encuentra en marcha y se realizará en junio del próximo año.